En Florencia, y como quien echa un avión de papel al aire en una comida familiar , el presidente de la Comisión Europea , Jean-Claude Junker, se pasó el otro día del inglés al francés, arguyendo que «el inglés está perdiendo importancia a un ritmo lento pero constante en Europa».
Y al luxemburgués no le falta razón , pues cuando se culmine el tan traído y llevado Brexit, ya sólo será lengua oficial de Europa en la República de Irlanda ( y eso si a los irlandeses no les da por lanzarse a la recuperación unívoca del gaélico.
Allá por los años treinta, José Ortega y Gasset le recomendó a Octavio Paz: «Estudie el alemán y dedíquese a la filosofía». La postguerra mundial – para muchos historiadores anglosajones,comienzo de la auténtica Edad Contemporánea- conllevó el apartamiento del alemán y la emergencia cultural del francés y el inglés, hasta imponerse este último como consecuencia de la hegemonía política de los Estados Unidos de América.
Pero todo va cambiando, y, por ejemplo,mi profesor de chino mandarín ya me dijo hace diez años en su brevedad sintética: «Chino, lengua de futuro». Sí Chino…y/o Árabe.
Por aquí, no obstante seguimos empeñados en que los modelos escolares trilingües mantengan el inglés y todavía se puede valorar más una publicación científica en inglés aunque, como ya se está generalizando, sea necesario pagar por ella.
Y en fin, a modo de corolario, a mi siempre me ha parecido que las lenguas de los vascos ,- ahora que ya no estamos en la época del «Ein Volk, Ein Reich, Ein Führer!»- son tres: el euskera, el castellano y el francés. Así que podríamos comenzar a pensar en darle una vuelta a todo esto.
Pues cualquier día podría ocurrir que los famosos cartelitos que decían «English spoken here» pasen a decir «Do not speak English».
Todas las lenguas son… ¡de quienes las aprenden!. Baita ere matematika, musika, e.a. Bien sûr!
Of course…