Jorge Fernández Gonzalo en su sugerente Manifiesto Pospolítico- Rutas ideológicas para la izquierda del siglo XXI ( Dado Ediciones), da cuenta de un episodio de la conocida serie Modern Family en la que la pareja de gais Mitchell y Cameron acude con Lily, su hija vietnamita adoptada, a solicitar plaza en un selecto colegio progre seguros de ser aceptados dada su condición, pero pierden toda esperanza al presentarse una pareja interracial de mujeres lesbianas , una de ellas en silla de ruedas, y con el correspondiente niño adoptado…He recordado esta anécdota al conocer que Arantxa Echevarría ha recibido el Goya a la mejor dirección novel por su película Carmen y Lola, que, como es conocido, versa sobre la relación entre dos lesbianas gitanas.
He de confesar que no voy ya mucho al cine, que casi » me llevan» ,y supongo que esto se debe a que en su momento me quedé anclado en un tiempo en el que los diálogos y las situaciones articulaban los films. Por otro lado, o por ello mismo, no me veo capaz de hacer ninguna «crítica cinematográfica» de la mentada película. Me fío y mucho de algunos colegas críticos, como por ejemplo Juan Zapater, que en su siempre interesante Ghost in the blog, decía: » En Carmen y Lola el contexto tapa la debilidad del texto. Cuando muestra resulta fascinante, cuando demuestra, el verbo se le atraganta. Pese al buen trabajo interpretativo de sus jóvenes actrices, Arantxa ha dibujado unos personajes planos»,para terminar afirmando que » la duda razonable apunta a pensar que Arantxa Echevarría, con casi tres décadas años de profesión a sus espaldas, se sabe (y se siente) más documentalista que creadora de ficciones».
En efecto, es más que posible que lo documental haya impregnado esta obra más que lo narrativo, dada además la orientación sexual confesa de la autora, pero es precisamente en la elección de lo narrativo desde donde crece mi duda sobre la oportunidad de la misma que se puede convertir en oportunismo a la vista de la dinámica de los tiempos que corren , en los que las grandes referencias identitarias religiosas o ideológicas , articulaciones últimas de cualquier narración, parecen estar siendo sustituidas por micro-referencias que pueden ir desde el veganismo hasta el chalequismo…amarillo.
En una reciente entrevista en un periódico local, Arantxa Echevarría anunciaba al ser preguntada por su próxima película- y espero que la trascripción del periodista esté bien hecha – : » Hablará de las segundas generaciones de inmigrantes, adolescentes chinas que wasapean cuando sus padres no hablan español. Me gustaría rodarla en el País Vasco. Chicas euskaldunes, que se sienten vascas, pero cuyos rasgos les delatan».
Sin profundizar mucho en el tema- lo de » cuyos rasgos les delatan» daría para mucho ya sólo por el verbo que utiliza ( este aspecto se lo debo a mi señora esposa a fuer de filóloga ) y no sé a dónde llevaría algo así como » niñas etíopes euskaldunes» – me pregunto si dentro de poco no estará en pantalla otra obra de esta realizadora bilbaína, tan oportuna como Carmen y Lola…