
En la celebración oficial del Día de la Constitución , el alcalde de León José Antonio Díez ( PSOE) ha dicho que los leoneses no se sienten castellanos y que reclaman «autogobierno, reconocimiento y derechos » teniendo en cuenta la condición primigenia del antiguo Reino de León.
Sus palabras han sorprendido a las autoridades civiles , militares y eclesiásticas asistentes al acto, pero nadie le ha enmendado la plana probablemente porque no era ni el lugar ni el momento adecuado.
De cualquier manera, es de esperar que pronto antes que tarde se alcen voces advirtiendo de la inconstitucionalidad de la propuesta y, acaso, se le acuse de que pueda formar parte de la operación en curso para desguazar España.
No me suele gustar escribir sobre estas cuestiones pues tengo compañeros por arriba y por abajo que lo hacen con más tino y gracia, pero no he podido evitar consignar esta anécdota para indicar que , como se decía antes, en todos los sitios se cuecen habas.
Esas habas, legítimas por inevitables y quizá necesarias que a Rafael Sánchez Ferlosio , ahora de nuevo tan de moda, le sacaban de quicio por su particularismo populista sin límites y que a Agustín García-Calvo le llevaron a escribir un panfleto singular titulado Manifiesto de la Comuna Antinacionalista Zamorana.
Pero, claro, aquellos eran otros tiempos, diz que franquistas o transicionales, y no había discrepancias mayores entre los partidos del bipartidismo emergente .Ahora parece que a todos les salen discrepancias menores. Aunque lo de «León no quiere ser Castilla» da para pensar un rato, pues desata de nuevo el debate sobre los espacios de los territorios históricos y su vigencia política actual en clave identitaria, lo cual , en este caso es de singular interés, dado lo que ha sido Castilla para España…








