Gracias al ciclo de cine organizado por el COAVN de Bizkaia, cuya actividad cultural no deja de ser envidiable, pude ver ayer de nuevo, por segunda vez en un mes, Ama Lur, la mítica película de Néstor Basterretxea y Fernando Larruquert.
En la excelente presentación de Eneko Lorente se hizo una cuidadosa caracterización del contexto de su filmación, 1968, y de las condiciones de censura «positiva» en que se llevó a cabo – como mencionar al menos tres veces la palabra «España». También de las contingencias históricas propias – en pleno franquismo- y ajenas- con el horizonte del mayo francés o de la guerra de Vietnam.
Después, al referir las fuentes ideológico -culturales del film, hubo dos menciones , entre otras, que no me pasaron desapercibidas.
Una, la de Jorge Oteiza y su Quousque tandem! , publicado en 1963, y compendio de las bases de la nueva estética vasca que se desarrollaría posteriomente y singularmente en el ámbito de la escultura ( Chillida incluido)… Y me vino a la memoria la ocasión en la que, en el Centro Psicosocial de Pamplona, hace casi cuarenta años , estuve discutiendo ardorosamente con él desde mi perspectiva crítica marxista sobre lo que entonces consideraba un auténtico delirio teórico.
La segunda mención fue para Federico Krutwig, y en concreto sobre su obra Vasconia ( también de 1963), que desplazaba el punto de referencia de la identidad vasca desde la raza a la lengua y proponía la creación de un frente cultural que sería uno de los caballos de batalla internos de ETA. .. Y me recordé presentándole en uno de aquellos cursos que organizábamos en la UNED de Bergara y respondiendo a las preguntas muy perfiladas de Txema Larrea…Y luego asistiendo a varias de sus charlas en las que tanto insistía en el aprendizaje del griego clásico…Y posteriormente, más avejentado, compartiendo en silencio un txakolí en una fiesta multitudinaria de viejos y queridos amigos…
Vi de nuevo , como he dicho, Ama Lur, y disfruté de nuevo de su inacababilidad. Y a la salida, mientras volvía a casa bajo una lluvia fría e insistente, me pregunté si no debería volver a abrir los dos libros mencionados , ya dos clásicos de un posible «pensamiento vasco» , ahora que los puedo leer con la distancia de los años y con un a modo de agradecimiento intelectual retrospectivo…