La misma semana que hemos conocido la segunda condena a España del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos y que el Tribunal Constitucional anima a los jueces a tomar en consideración las quejas de los presos, resulta que los medios de comunicación, presentan como relevantes los datos aparecidos en el último estudio del CIS, pero leídos de un modo incorrecto desde un punto de vista periodístico, pues destacan que el 77,4% de los españoles no percibe que para la Administración de Justicia, todos seamos iguales ante la Ley. Concretamente, para el 48,6% de los encuestados, los ricos son los más beneficiados seguidos de los políticos para el 26%; y de los poderosos para un 13,3%. En este sentido, un 60% aprecia que los tribunales no protegen a los ciudadanos de los poderosos y un 82,6% cree que la Justicia no dispensa igual trato a un político que a un ciudadano corriente…Mas, en las facultades de periodismo, dejan muy claro desde el principio que, la noticia no se halla en un perro que muerde a un policía, sino en un policía que muerde a un perro y en consecuencia, lo suyo sería que se resaltara en titulares ¡Todavía un 22,6% de la población cree en nuestro sistema judicial! asunto verdaderamente preocupante.
El modo estúpido de presentar la interpretación de este tipo de estudios pseudocientíficos queda evidenciado con el mismo método con el que se recomienda atender el discurso de cualquier político en campaña, cuál es, el de ponerlo en negativo para apreciar lo superfluo de su mensaje dado que decir lo contrario de ¡Vamos a hacer lo posible por erradicar la droga de nuestras calles! O ¡Vamos a luchar contra el paro y crear empleo! sería absurdo, que en el caso que nos ocupa quedaría tal que así: el 77,4 de los españoles cree que los Tribunales tratan con equidad a todos los ciudadanos; Es más, para el 48,6 de los ciudadanos, los ricos son los más perjudicados, seguidos de los políticos y poderosos etc.
Paradójicamente, del nuevo informe del CIS se desprende que, los profesionales son los únicos en salvarse de la mala opinión que tienen los españoles del sistema judicial. Jueces, abogados, fiscales, policía judicial y personal administrativo de los juzgados aprueban, superando todos ellos el cinco, quizá porque el Jurado Popular les aplica la atenuante de falta de medios, pues el 61,6% de los encuestados los considera insuficientes, casi un 40% estima que hacen falta más jueces, un 28% más y mejores medios informáticos y un 21,4% más personal auxiliar. Por el contrario, las más importantes entidades jurídicas del Estado como son el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional o la Audiencia Nacional, no cuentan con la misma confianza de los ciudadanos quienes pese a todo, sin llegar a aprobarles, les valoran mejor que a las Cortes y al Gobierno. Este último dato, unido a que los números son sensiblemente mejores respecto a un idéntico estudio de 2005 en el que hasta un 84,1% de los encuestados percibía un trato desigual, anima a tener esperanzas. Y es que el que no se consuela, es porque no quiere.
Pero no deja de sorprenderme el hecho de que, mientras en la política personalizamos la corrupción con nombres y apellidos para no privarnos de votar una y otra vez a los partidos que los amparan sistemáticamente, aplicamos la operación inversa en el aparato judicial, o sea, eximimos de culpa a quienes integran su maquinaria y no tenemos empacho en suspender a las entidades que sin su concurso no serían posibles. Pero ahí están los bancos para mostrar la lógica que rige entre nosotros y ayudarnos a comprender estos resultados, pues es evidente que los bancos no tratan por igual a los ciudadanos, que son los que más discriminan, las entidades menos democráticas, opacas y oscuras de cuantas nos gobiernan, que nos prejuzgan, juzgan, condenan y ejecutan sin derecho a réplica ni impugnación y sin embargo, les confiamos todo nuestro dinero.
Categoría: Política
Euro-Diputada Socia-Lista
La eurodiputada y euroescéptica británica, Nikki Sinclaire, denunció en el diario News of the World que, algunos eurodiputados llegan al Parlamento Europeo, fichan y en menos de media hora se plantan en el aeropuerto para coger un vuelo, triquiñuela que les permite cobrar los 305 euros de dietas. Uno de estos casos es el de la socialista española Eider Gardiazabal Rubial, nieta del histórico y verdadero Socialista Ramón Rubial.
Desde el PSOE a modo de justificación, se asegura que la parlamentaria pillada in fraganti, tuvo reuniones esa mañana en Bruselas viéndose obligada, por motivos de agenda, a volver a Bilbao para llegar a tiempo a otra cita ineludible. Lo que no obsta para que como reconociera la socialista implicada al diario ABC que su proceder “es algo legal y totalmente generalizado”. Sin embargo, corrige Sinclair, no hay reuniones en Estrasburgo el viernes, y mucho menos a las siete de la mañana.
Los Europarlamentarios tienen un sueldo base que ronda los 100.000 euros anuales, a parte dietas, gastos de viaje, de representación, etc. Si cada una de sus señorías ficharan 40 viernes adicionales, ganarían más de 12.000 euros extras al año por cabeza. Cantidad tentadora que explicaría por si sola la total generalización de dicho comportamiento entre los Eurodiputados a la que apunta con naturalidad la intercepta, actitud cándida la suya que recuerda a la manifestada en su día por el también socio listo Roldán quien mantuvo en todo momento que él se limitó únicamente a hacer lo que hacían los demás.
Casualmente, Eider Gardiazabal Rubial comentaba hace unos meses en un Chat de El Mundo que, lo que cuesta la UE, unos 235 euros por ciudadano al año, no representa una cifra elevada si se toma en consideración el buen destino que se le da, para acto seguido explicar que su motivación para ir en las listas europeas del PSOE era una «cuestión de valores”. Cosa que, visto lo visto en el reportaje, no dudamos, pero deberá tratarse de los valores que circulan por el IBEX 35 y ciertamente, a ella, socialista de la escuela Pajinética Zapateril, seguramente le salga a cuenta las idas y venidas del IVA al recuperar en un solo Finde la parte contributiva que le toca que para ella, evidentemente es un buen destino. Todo un ejemplo de Euro-Parlamentaria y de socia lista.
Brigadas vecinales de observación de los DDHH
Desde que saltara la polémica durante el 2009, cuando se filtró a los medios una honrosa circular de la propia Policía denunciando lo discriminatorio de las redadas contra los inmigrantes que sus superiores les mandan ejecutar, el Ministerio del Interior ha negado sistemáticamente la existencia de dicha práctica en nuestro territorio. Al objeto de poner en evidencia su desmentida realidad, en todas las ciudades donde hay al menos un reducido grupo de personas bienacidas, se han constituido desde hace año y medio, las denominadas Brigadas Vecinales de Observación de los DDHH integradas por lo más selecto de la sociedad, quienes dedican su tiempo libre a hacer patrullas dos o tres veces por semana por las zonas con altas tasas de extranjeros, denunciando públicamente la presencia de estos controles policiales, provistos unicamnete con chalecos reflectantes para “vigilar al vigilante”.
Pues bien, la hipocresía del Gobierno criminal de Zapatero, parece haber llegado a su fin o cuando menos su zorril Rubalcaba paciencia, dado que la pasada semana ¡Por fin! los españoles podemos enorgullecernos de contar entre nosotros, por primera vez desde la aplicación de la inhumana Ley anti-inmigrantes, con cuatro personas multadas con 301 euros cada una, por ayudar cristianamente al perseguido, encarcelado, torturado, vejado, denigrado y estigmatizado, cuando los pasados 21 y 22 de Diciembre mientras los demás nos felicitábamos las Navidades e íbamos de compras al Puto Inglés, ellos hicieron su noble cometido en los barrios madrileños de Lavapiés y Carabanchel advirtiendo a los viandantes de la presencia de estos – secretos que no discretos – controles “Caza inmigrantes” La cosa es que, a raíz del informe que realizaron los agentes implicados, la Delegada del Gobierno, María Amparo Valcarce, cómplice que llena de ignominia al fruto de su vientre y de vergüenza a sus progenitores,, les acusó de cometer una falta grave según la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana: «Provocar reacciones en el público que alteren o puedan alterar la seguridad ciudadana», según versa la denuncia contra uno de ellos.
Seguramente, usted sea una de esas almas bienintencionadas que disfruta sentadita en su sillón frente a mamá televisión comiendo patatas fritas y bebiendo Coca Trola ejerciendo de buena persona llena de nobles sentimientos, dispuesta al auxilio de desamparados, cuando en una de romanos, aparecen en la arena del circo inocentes e indefensos cristianos amenazados por fieros leones y hasta se avergüenza de aquellas gentes capaces de regocijarse con tan sangriento espectáculo; Su inteligente mente se pondrá siempre de parte del débil permitiéndole a su conciencia encarnarse e identificarse en todo momento con el héroe justo y valiente del relato; Fluirán entonces todos los ¡Yo haría! ¡Yo no haría! que cabe imaginar, tantos como lágrimas que inundarán sus ojos viendo en el cine la vida cruel que debieron soportar los esclavos negros en las plantaciones americanas, situación que le hace asentir internamente su apuesta por la libertad diciéndose para sí una y otra vez ¡Yo no aceptaría eso! ¡Yo lo denunciaría! ¡Yo jamás tendría esclavos! ¡ Yo lucharía por su liberación! ¡Yo sería abolicionista! Elogiable Yoísmo que nada tiene que envidiar al propuesto por el idealismo de Fichte y que aflora interrogativamente espeluznado cuando se nos presenta en la gran pantalla cualquier escena del Holocausto de Gitanos y Judíos a manos de los malos Nazis bajo las fórmulas ¿Cómo pudieron? ¿Cómo lo consintieron? ¿ Cómo nadie se rebeló contra tan magna barbarie?…en cuyo caso, permítame avisarle de que usted, ¡Sí! el majete sentadito en su sillón al que aludían los Celtas Cortos, es el villano de la trama aquí expuesta en nuestras calles y aceras: el Pilatos que se lava las manos después de condenar a la cruz a uno que sabe inocente, el cortesano que ríe las gracias salvajes de un Calígula en palacio, el capataz que chasquea el látigo sobre la desnuda espalda de los esclavos, el miembro de las SS que conduce a los niños a la cámara de gas, el Gobernador de Texas que firma la pena de muerte de un deficiente menor de edad de 14 años ejecutado en silla eléctrica al cumplir los 18…Pero como no es tiempo de tragedia, usted también está a tiempo de volverse bueno como Schindler y figurar en la lista de los justos uniéndose a estas Brigadas Vecinales de Observación por el cumplimiento de los DDHH en su ciudad y al tiempo, salvará el buen nombre de su ciudad, pues en estos tiempos de crisis, hasta nuestro indignado Dios, hace rebajas, de modo que, a diferencia de Lot que precisaba de diez justos para preservar a Sodoma y Gomorra de la destrucción, a nosotros, nos bastan cuatro personas decentes por localidad para aplacar su ira y las ciudades que no cuenten con una de estas Brigadas, serán reconocidas como nidos de víboras y estercoleros morales por inhumanidad.
Por la boca muere el pez
No sé con que cara se quedaron Daoiz y Velarde al escuchar desde las puertas del Congreso de labios de Vuestro Amo y Señor, el Rey Don Juan Carlos, que él, sí cree que se sabe toda la verdad sobre lo ocurrido el 23-F, en respuesta a una pregunta formulada por los periodistas, pero quien les escribe, no daba crédito, pues de ser cierta la noticia, supondría a mi juicio uno de los mejores lapsus linguae freudianos digno de pasar a los anales de la historia que demostraría al mundo del periodismo, que no se precisa de grandes dotes investigadoras a lo Tintín, ni dar con enigmáticas Gargantas Profundas a lo Watergate, para obtener un Pulitzer, bastaría con interrogar coloquialmente a una personalidad tan campechana como vuestra Alteza Real, para averiguar la información que afanosamente buscan los historiadores y politólogos.
Si Lyndon B. Jonhson hubiera reconocido en algún momento creer que ya se sabía toda la verdad sobre lo ocurrido en Dallas con JFK, o si a Felipe González se le escapase declarar algo semejante sobre los GAL, quién de ustedes – que no yo- dudaría en adjudicarles una posición más elevada, relevante y responsable en el relato de los hechos a la que habitualmente se les viene asignando…Porque, es evidente que en estos casos, los sospechosos hacen bien en permanecer fielñes al socratismo de saber sólo, que no saben nada, por mucho que al dictado del Oráculo de Delfos les conmine a conocerse a si mismos, ya que una de las cosas mejor aprendidas por los gobernantes, es cultivar la Docta Ignorancia predicada por Nicolás de Cusa, cuya mejor traducción en nuestros dias viene a confesar que ellos, precisamente los mejor informados de la nación, se han enterado por los periódicos, esos que se venden en todos los kioskos.
Pues mira por donde, por una vez, somos nosotros quienes podemos aludir a dicha expresión para afirmar sin peligro de querellas, lo que todo el mundo sabía pero muchos ocultaban, cuál es, que el Rey Don Juan Carlos, el garante de la Democracia y a quien debemos vivir en libertad, es el único en este país en estar convencido de que sabe toda, absolutamente toda la verdad. Más claro, el agua.
23-F La película
No puedo menos que elogiar desde estas líneas el excelente trabajo realizado en la miniserie que sobre el 23F proyectó la Primera cadena de RTVE para orgullo y satisfacción de toda la población cinéfila amante de las superproducciones hollywoodiensenses, y el acierto del ente público en hacernos partícipes de tan magna obra maestra del séptimo arte, sin cuya benemérita factura, a duras penas podríamos legar a las generaciones futuras, como fueron las cosas, y como nos las han contado…¡Qué prodigio de dirección! ¡Qué supina realización! ¡Qué excelentes regidores! Estupendo reparto de consagrados actores y actrices que se han prestado a materializar la historia de España, exquisito atrezzo y decorados, guiones bien elaborados, cuidados en exceso y bien trabados, trama no por sabida exenta de emoción, bien conducida sin dejar cabos sueltos haciendo del argumento central algo acabado donde todo queda atado y bien atado sin margen a la interpretación….Ha sido una película tan buena, tan real, tan natural….que un poco más y me la creo.