No hay tímpanos ni pupilas capaces de digerir un cuarto de la mitad de lo que se ha dicho y escrito desde el domingo sobre el comunicado de ETA. Animados, según los casos, por las mejores o las peores intenciones, profesionales, amateurs y mediopensionistas de la opinión nos hemos lanzado en tromba a embotellar la interpretación genuina e indiscutible del recado que nos llegó a través de la BBC. Habernos equivocado patéticamente el millón de veces que hemos hecho el mismo ejercicio estéril a lo largo de los años no ha contenido nuestro ímpetu por arrojar a la Humanidad esa luz de la que creemos ser propietarios únicos. Luego, qué risa, proclamamos que ETA no nos marca la agenda y que el único comunicado que merecerá ser valorado será el que anuncie su disolución.
Alguna vez me he preguntado qué pasaría si quienes recitan ese par de coletillas levantando el mentón y engolando la voz fueran consecuentes con ellas. Para mi desazón, la respuesta es que ni siquiera es una opción contemplable. De entrada, sería una faena para los que vivimos de revender palabras ajenas a granel. Tendríamos que sudar tinta china para encontrar con qué saciar el hambre informativa de nuestra parroquia, con lo cómodo que es poner el zurrón y dejar que caigan las declaraciones de manual que servimos apenas sin desbastar y sabiendo que nadie guardará recuerdo de ellas media hora después. ¿Recompensaría alguien ese esfuerzo? Al contrario, pasaríamos por tibios, encubridores de la verdad y, en el mejor de los de los casos, por mantas del periodismo. Mejor dejarse arrastrar por la inercia.
Por suerte, nadie se acuerda
Y cuando no es la inercia, es el ego, la impepinable necesidad de demostrar que nosotros también sabemos todo lo que hay que saber y un poco más, lo que nos empuja a llenar páginas o minutos de material de aluvión, cuando no de puras fantasías sobre lo que va a pasar o a dejar de pasar con ETA. Luego, todo eso queda, para nuestra fortuna, sepultado en las hemerotecas o disuelto en el aire.
Sería una humillación demasiado grande confrontar los brillantes pronósticos con lo que acaba ocurriendo, que suele ser, puñetera casualidad, exactamente lo contrario de lo vaticinado. Tal vez alguien debería tomarse el trabajo de bucear en los quintales de finísimos análisis que el tiempo ha desmontado del punto a la cruz y publicarlos con doble subrayado bajo el nombre y el apellido de sus autores. Sospecho -lo decía al principio- que ni aún así acabaríamos con la plaga de profetas, pero el sofoco no se lo quitaba nadie…
Cuanta razon tienes. Y es que me veo reflejado, no por escribir y opinar, si no porque soy lector, pero es que lo que «sentenciamos en las barras de los bares» es igual que la de los mas ilumnados opinadores.
Y al final ocurre lo dicho, que lo que vaticinamos es lo contrario a lo que sucede.
Cuando existían Dios y su corte celestial se solía decir, al leer comentarios como este, que su autor tenía «más razón que un santo». Y es que había tantos santos …
…Pero los santos de entonces y los de ahora, siguen sín ser santos…
Algunos decímos Cromos.
ETA ha sido un producto de la oligarquia, se há nutrido de todo lo que en en su trayectória, tiempos, modas, há despertado un impulso de reveldia.
Hán sabido ejecutar efizcamente sus artes de pesca, y con ello hán sostenido el sentimiento nacional hasta nuestros días.
Donde quédan las consígnas sociales, marxistas, leninistas de su mallor apogéo?
Caidas están!
Ahora sólo quéda el sentimiento nacional, con unas gotas de leche de justicia social…para obtener un «cortadito».
Ilusos revolucionarios que diéron su vida en pró de un mundo mejor…y mancharon sus vidas con sangre.
Se hán llevado a la mejor gente en sus redes, gentes con un espíritu de justicia y solidaridad inmensos, gentes con una voluntad de hierro, y con una honestidad fuera de série.
De esos/as ya no quédan muchos/as…
Ahora, los que llamaban traidores y arrepentidos a quienes desde hace años mostraban SENSATEZ, y apostaban por dejar de matar de una puñetera vez…ahora no se les destornillan las tripas cuando defienden esos postulados de arrepentidos y traidores de entonces…
Borreguitos!
Eso es lo que demuestran muchos/as de la coctelera de la I.A.
Borreguitos como el resto de masas que siguen los confeti de el resto de partidos…y los globitos…berdin!
Si tubiesen un mínimo de coherencia, de dignidad, al menos hablarian con más humildad, reconociendo su falta de critério PRÖPIO, su error de seguidismo ciego.
Pero no!
Hablan como si el éxito de terminar esta historia fuera de ellos…cuando ellos con su borreguismo la hán eternizado.
Se há perdido mucho tiempo en la I.A, y es una pena…por que realmente habia gente muy competente.
Ahora todo está en manos de los médios, del politiqueo, de la «liga» partidista.
La oligarquia se puede dár por satisfecha, ha mantenido el sentimiento nacional hasta la fecha…y ahora puede jugar con el segun sus intereses.
Si quieren…sín ninguna duda Euskadi puede autodeterminarse, pero si eso no está en sus planes…pueden olvidarse.
Yo soy independentista (no nacionalista), pero tpco me supone un dolor de muelas un federalismo.
España tiene que resolver su esqueleto, es una asignatura pendiente que si no es por consenso…será por fuerza.
Razon tienes, Javi. Por eso algunos vamos navegando hacia el escepticismo ontológico poquito a poco. Ya no nos creemos ni los comunicados, ni los comunicados sobre los comunicados, ni las sesudas interpretaciones de los comunicados… Y ¡por Dios! llega un momento, te lo puedo asegurar, que empiezas a leer en el periódico algo que nunca habías hecho: ¡los deportes!