Úriz frente al aparato

Cuando Roberto Jiménez, rampante líder del actual PSN, vino al mundo, José Luis Úriz ya había corrido unos cuantos encierros delante de los grises y tenía estrenado el certificado de penales. Va a tener bemoles que aquella criatura que, tras feliz infancia y escaladora juventud, se amorró al puño y la rosa por los oscuros tiempos de Urralburu, Otano y Roldán, firme el acta de expulsión del veterano militante. De hecho, los tiene ya que el pipiolo y no improbable futuro presidente foral ande poniendo de chupa de dómine al díscolo abuelete (lo escribo con respeto y cariño), y marcando, con perdón, aparato.

En ese feo y ambiguo vocablo está la clave de todo. Hace mucho tiempo que la ideología dejó de tener la menor importancia en un partido político. Eso es, como mucho, para los afiliados de base, que en lugar de cobrar, pagan, los muy tontorrones. En los peldaños de arriba se juega una timba con reglas diferentes. Ahí no hay ideas; sólo aparato, y que se mantenga perfectamente engrasado es vital para la supervivencia de los que han arribado -arribistas, la misma palabra lo dice- hasta la sala de máquinas del portaviones. Cualquiera con dos o tres principios está de más en un lugar así. Estrategas, tácticos, correveidiles, tránsfugas irredentos, zancadillistas, fontaneros, lamelibranquios, alfombras humanas y otros seres de sangre helada forman el bestiario eternamente dirigente. Y me apuesto la columna de mañana a que nueve de cada diez lectores tienen ahora en su mente un nombre de siete letras y un apellido de cuatro. Sólo Pío Cabanillas y el mismo Maquiavelo le pueden hacer sombra desde el más allá a ese que están ustedes pensando.

Expulsión y liberación

El entusiasta militante, por más quinquenios de cuotas pagadas que lleve, no tiene nada que hacer frente al aparatero profesional recién desembarcado. Y vuelvo al caso del correoso Úriz, nacido nada menos que en el número 70 de la madrileña calle Ferraz, sede de la PSOE Corporation, que va a ver cómo el advenedizo Jiménez le rompe el carné. “Estamos hartos de quijotismos”, ha dicho el joven y sobradamente arrogante secretario general en una tosca adaptación del legendario “El que se mueve no sale en la foto” de Alfonso Guerra.

Dicen de la disciplina inglesa, pero la que duele de verdad es la de partido. No hay grilletes que aprieten como unas siglas. Y eso es lo que se llevará por delante el rebelde de Villava, que en lo sucesivo podrá discrepar hasta de sí mismo sin tener que rendir más cuentas que las que le pida su conciencia.

13 comentarios en «Úriz frente al aparato»

  1. y por qué meten cada vez menos independientes en los Gobiernos??
    por esos arribados-arribistas de carnet en la solapa (carnet de partido ganador , eso sí , sea cual sea este).

  2. Pues lo siento Javier pero aquí el que puede hacer que pierdas la apuesta… no caigo en quién es el personaje de nombre de 7 letras y apellido de 4.

    Saludos.

  3. Con una idea no estoy de acuerdo Javier: no es generalizable la crítica que haces a los partidos, a sus aparatos y a los que andan por ahí. Conozco gente excelente que no se ajusta a ese molde, aunque también conozco de la otra. Creo que esa idea es, en el fondo (y espero que disculpes la licencia), heredada del pasado franquista. Franco ponía a parir a los partidos y a los políticos, y alimentó una forma de pensar que, en ocasiones, aflora en los casos de populismo que a veces emergen por ahí.
    ¿Qué tienes en contra de los «lamelibranquios»? he trabajado con lamelibranquios (=bivalvos = pelecípodos) media vida y me resultan de lo más simpáticos, aparte de que están riquísimos (divinas ostras!).
    Y por último: yo tampoco sé quién es el de las 7 + 4. Vas a perder la apuesta.
    Salud

  4. Je, je, Pérez… Puedo prometer y prometo que cuando escribí «lamelibranquios» era plenamente consciente de que me ibas a hacer un comentario…
    Y sí, es cierto. Seguramente he generalizado demasiado. Es verdad que hay mucha gente con la mejor fe en los partidos, también en sus aparatos.

    Respecto a la apuesta, que ya veo que he perdido, una pista. Tiene nombre de reno de Santa Claus.

  5. El problema es que cunado tienes el poder te crees que eres el todopoderoso, y que puedes dar y quitar carnet de partido al que no comulga con tus ideas, no sabes que puede ser que te quiten a tí porque no has hecho lo otros decían que tenías que hacer.
    Referente al nombre creo que es el consejero del interior.
    Espero que te ayuda a ganar la apuesta

  6. Pues mira, yo estoy de acuerdo hoy al 100% con el pequeño malhumorado y con su crítica muy bien escrita.

    Untalperez tiene un problema con esto de defender a la clase política y es que nos tacha de poco menos que franquistas a los que les damos en los morros por sus constantes salidas de tono, sus cohechos, sus corrupciones y sus formas de trepar para mandar más y más. Todos hemos conocido políticos más o menos de cerca y sabemos de sus artes, o mejor, de sus arteras estrategias y es que después de la muerte en la cama del oprobioso, algunos pensaron que esto de tener poder y cobrar por ello era una buena forma de vida, aunque su preparación académica y humana fuera de lo más lamentable y en algunos casos inexistente. Cuando los buenos políticos son la excepción todos sabemos cuál es la regla.

  7. Javier: Lamelibranquio suena bien como insulto despreciativo. Lo recordaré cuando me coma una docena de ostras. 😉
    Mikel: lo que dices de la regla y la excepción lo dices de oidas y lo sabes; no me creo que no conozcas políticos honrados, pero claro, mola mucho más ir de látigo por la vida. Me molesta que se ofenda gratuitamente a gente que con su mejor voluntad tiene vocación de servicio público. Y la hay, y como la hay, no me cansaré de decirlo, por respeto.

  8. A mí como insulto me mola más escrofulariaceo.

    Lo de la frase que parece que te molesta «cuando los buenos políticos son la excepción todos sabemos cuál es la regla», ha sido un momento de inspiración no de oídas y me reafirmo en ello porque hasta la gente que está en esos semilleros de políticos que son las facultades de derecho o los sindicatos lo sabe a buen seguro. Me ha tocado tratar con políticos de todo pelo y señal en mi condición de antimilitarista muy implicado en la insumisión, y conozco bien cómo funcionan por dentro los partidos, cómo toman decisiones y cómo pasan por encima del que se escapa de los postulados que impone la vanguardia (en otros partidos la vanguardia te da un tiro, directamente).

    Lo de la vocación de servicio público me lo puedo creer de un aspirante a rector, de un médico que se mete a gestor para comprar más aparatos, de una científica que abandona la investigación porque cree que sirve mejor a la sociedad en la docencia. De un sindicalista que se escaqueaba del curro lo que podía y que fue director de FEVE, de un abogado que jamás ha ejercido y que ha sido desde los 23 años concejal y alcalde por ese orden, de niñitos de papa que maneja pasta gansa y tienen contactos hasta en el infierno, ummm, esos que son la mayoría de los políticos no tienen ni vocación, ni vergüenza.

  9. Sí , hay estereotipos en las profesiones.
    Los «políticos» entran en un porcentaje nada despreciable, (pero no sé cuán cuantificado) de embaucadores, de magos de las promesas incumplidas y dueños de un lenguaje ambiguo ,lleno de sofismas y otras salsas hacedoras de espejismos.

    Pero son estereotipos de profesión, como pensar que los prelados son de una gran riqueza espiritual, los Jueces justos o injustos por naturaleza, los terroristas compasivos ,o los militares honestos y pacíficos.

    Hay hasta payasos que lloran.

    ¿y?

    Más o menos, ya sabeís

  10. lo que pasa es que a los políticos les pago yo , y tú , y el otro…osea que al que pagas te engañe , es como tirar penaltis a tu propia portería.
    En la empresa privada el que engaña a su cliente no dura ni un día ; y por qué debería durar más en el ámbito público?
    idem para los enchufismos que tienen los trabajadores de osakidetza (pagados por nosotros también) para «colar» a sus amig@s en las listas de espera……
    por cierto Sonia…define el término terrorista por favor ; los términos subjetivos sólamente sabe qué significan quien los escribe.

  11. Que en la empresa Privada el que cuente mentiras va a la calle, me da que no.
    He escuchado miles de veces a representantes de laboratorios vendiendo sus productos por poner un ejemplo.

    Terrorista es un término de dos caras, según quién lo defina y valore si pertenece al poder del Estado,( en sus cuadros de Interior y Defensa ) o si quién es definido por ese término es terrorista sin saberlo, (que también se da el caso) .
    Dicho lo cual, tengo serias dificultades para definir la palabra, y creo que no soy yo sóla, hubo hace un tiempo un Congreso sobre Terrorismo, (creo que fue en Madrid) donde grandes especialistas en terrorismo, que creo no pertenecían a ningún grupo conocido vulgarmente como terrorista, allí reúnidos no acabaron de definir qué es ser terrorista.

    Diría como decía el cómico Coluche francés:
    «No se puede decir la verdad en la televisión: hay demasiada gente mirando»

  12. pues en mi empresa al menos , si mi cliente se da cuenta de que yo le estoy engañando , deja de pagarme y con unos golpecitos en la espalda , «verdes las han segado».
    Así debería ser con los politiquillos ; si me engañan , no les pago y que se vaya a coger perretxikos al Gobea.

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