Monaguillos del PNV, elementos desestabilizadores al servicio del Estado opresor, y en este minuto del partido, contubernio pseudopacifista proetarra. Menos mal que las gentes que se movieron primero en Elkarri y ahora lo hacen en Lokarri andan tan embebidas en lo suyo —mandar la violencia a hacer gárgaras— que no les quedará mucho tiempo que perder en el qué dirán. Cualquiera resiste, si no, ese festival de personalidades múltiples que les han calzado a lo largo del tiempo desde prácticamente todo el abanico ideológico. Que levante la mano quien, como poco, no los haya visto como una suerte de Harekrisnas o testigos de Jehová plastas y no haya cambiado de acera al ver en una esquina una de sus mesas petitorias.
Hasta los que siempre hemos tenido unos minutos en la radio para sus perseverantes campañas o sus voluntariosos actos, no acabábamos de comprender en nuestro fuero interno qué fuerza parahumana los mantenía inasequibles al desaliento. Nada los desviaba de su camino, así se convirtieran Lizarra o Loiola en mierda, se promulgaran ilegalizaciones a gogó, las togas se armasen de porras y viceversa o se decretara la socialización del sufrimiento. Mientras a la primera bomba lapa los demás nos poníamos (sigo pensando que con razón) el neopreno incrédulo, ellos y ellas continuaban a cuerpo gentil en lo más crudo del crudo invierno.
No hace tanto, en este país dabas una patada a una piedra y te salían media docena de grupos con una paloma y una ramita de olivo en astillero. Entre que unos se cansaron, otros se cambiaron a una misión más fotogénica y los demás fueron fichados para cargos públicos con catorce pagas y vacaciones retribuidas, prácticamente los únicos insistencialistas que nos quedan son los del logotipo del garabato enmarañado. Como pronto habrá tortas para colgarse las medallas, dejo constancia de que Lokarri y Elkarri siempre han estado ahí.
De bien nacido es el ser agradecido. Gracias a ellos, gracias a todos porque esto es de todos, y gracias a tí por acordarte de los que trabajan en la sombra, a veces como bien dices, desde la incompresión de la mayoría.
Zorionak Euskal Herria, merezi genuen eta hemen dugu. Zaindu dezagun eta egin kasurik irabazi dutela esan dutenei: ez dute ezer ulertu, baina ulertuko dute. Zailagoa zen ETAk ulertzea eta horrek ere ulertu badu…
Eskerrik Asko Javier . Me acuerdo de Victor, de Jonan, de Marina, de Inesa, de Maite, de Juanjo, de Aintzane, de Gotzone….
En aquellos años, en que salir a pedir la libertad de algún secuestrado, era algo así como quedarte helado en plena calle, cuando todos pasaban y te miraban, nadie se detenía, y aunque hiciera calor, te quedabas muerto de frio, nunca vi a ningún político, menos a esa derecha, que luego, rentabilizó a las víctimas. para ellos, MI DESPRECIO.y para los de Elkarri
ABRAZOS, Y MI MÁS PROFUNDO AGRADECIMIENTO., gracias a ellos, sentí que hacía algo importante. ZORIONAK, a todos los que de verdad amamos la paz.
Es cierto que hubo una derecha que no salió a la calle hasta lo de Ordoñez.
Creo que es justo un reconocimiento a Elkarri-Lokarri. Ellos han contribuido tb a que haya llegado este día.
Pero antes que de ellos me acuerdo de Gesto por La paz.
Ahí sí que se reunían 4 gatos (recuerdo la plaza del sauce en el donostiarra barrio de amara) y fueron los primeros en concentrarse en silencio cada vez que había una muerte violenta, de quien fuera; incluso de etarras a los que les explotaba una bomba que manejaban para matar a otros. Mucha gente no entendía aquello.
Y creo que entonces Jonan Fernández estaba a otras cosas.
En todo caso el agradecimiento para quienes antes o después se sumaron a esas dinámicas