Lo que, obviando siglas y refugiándonos en los sobreentendidos al uso, llamamos el problema de los presos es estricta y casi literalmente lo que señala el enunciado: el problema de los presos. También, por supuesto, el de sus allegados, que padecen vicariamente su(s) condena(s), y en otro sentido, el de determinadas formaciones políticas por motivos que no es preciso explicar. Sería cuestión de preguntarlo específicamente, pero no parece que al resto de la sociedad le quite el sueño. Puede haber —y de hecho, yo creo que la hay— una parte estimable de la población dispuesta a un cierto nivel de movilización por sus derechos y hasta quienes les erigirían estatuas ecuestres en cada pueblo, pero si echáramos cuentas, me temo que es mucho mayor el número de personas a las que el asunto les trae sin cuidado. En unos casos, por la misma indolencia que muestra el cuerpo social hacia toda piedra que no le apriete directamente el zapato, y en no pocos, por la imposibilidad de mostrar empatía (no digamos ya simpatía) hacia unos seres humanos que no se han distinguido precisamente por esparcir la bondad sobre la faz de la tierra. Ni hablemos del sector, tampoco pequeño, que directamente quiere que se pudran en la cárcel y, si puede ser, en la más lejana e infecta, mejor.
Anoto todo lo anterior como mera descripción de escenario. No digo que me guste o me disguste, ni que me parezca justo o injusto, sino que es lo que hay, y que entiendo que son estas evidencias las que deben determinar las acciones concretas. Y esto, volviendo al principio, concierne más que a nadie a los afectados en primera persona.
No, no digo que cad palo aguante su vela. No en esta columna, donde insisto una y otra vez que pretendo un diagnóstico. Algo así como «Llueve y no tenemos paraguas». Y tú me ayudas a hacer parte del diagnóstico (en 1.600 caracteres me cabe poco) cuando hablas de la existencia de presos muy diferentes. Otegi y los demás de Bateragune, los directivos de Egin y tantos más no son iguales que quien se ha llevado por delante a cinco o seis personas. Por supuesto que estos últimos mantienen sus derechos y hay que denunciar a quien los conculca. Pero poner intencionadamente en el mismo plano a quien está en la cárcel por venganza del estado español a quien está sencillamente por haber matado, secuestrado y extorsionado no ayuda a «la causa». Y tampoco pedir la impunidad de quien ha cometido crímenes. Del mismo modo que es verdad que un buen número de presos deberían estar en la calle, también que hay presos cuya condena está vigente. Y hay personas que pueden ser detenidas mañana y que tendrán que cumplir la pena establecida. Hay una porrada de atentados mortales sin esclarecer. Pedir que se eche tierra sobre el asunto es igual que pedir que se haga lo mismo con las torturas o los crímenes de estado.
Javier, me parece muy simplista tu argumentario, y hasta polivalente; haz una prueba, cambia «problema de los presos» por «problema de las víctimas» y verás que casi te sale igual de válido el comentario.
Tocayo: Has dado en la diana. No todo es trasladable, pero buena parte sí. De nuevo el problema de los 1.600 caracteres: iba a poner esa idea, pero no me cabía.
A mí no me salen las cuentas.
Desde que existen los encausados y encarcelados, y presos que han matado a 5 o 6, ¿cómo es que haya habido en prisión el quintuple o más de personas encarceladas y cientos de refugiados en relación al número de víctimas provocadas?
Nota sobre presos políticos: lo son todos aquellos que están en la cárcel por alguna causa derivada de sus ideas políticas. Todos. Hasta el carnicero de Breivik lo es, o Galindo lo era.
Otra cosa son los presos de conciencia. Aquellos que, sin haber cometido nunca ningun delito, ni defendido esas vías, están en la cárcel.
Amnistía Internacional hace la distinción. Por cierto, para meter a Otegi en esta categoría, habría que olvidarse de décadas en las que se dedicó a ensalzar la lucha de ETA. Cambió de opinión, nos lo dice en su último libro, a finales de los noventa. Sin embargo, se planchó otros diez años sin concretar los plazos, hasta que la organización armada estaba en las últimas en lo militar. Si hubiera hecho los deberes antes… Ahora, es tremendamente cierto que el Estado se venga porque… puede. Y yo no tengo tan claro, subrayad mis palabras, que Estrasburgo no le vaya a dar la razón en esto al estado. Que iba Estrasburgo a tumbar la ilegalización… y nos solo una sentencia anulando la «parcialidad de los jueces españoles» y mentando «necesidad social imperiosa» de ilegalización. ¡Pero si incluso en el TC todo ha girado alrededor de si la juez bocazas es suficiente para determinar una vulneración de la tutela judicial! O, en otras palabras, no se ha entrado al fondo del asunto que se da por bueno. Espero que me den una sorpresa agradable desde tierras europeas y resuelvan pronto y a favor de los condenados. Aunque, a estas alturas, lo único que está en juego es si podría presentarse a las elecciones antes de 2022.
Hombre, Quecaro, no toca a víctima por victimario. En cada atentado participan varias personas. Y cuentan las tentativas, los secuestros, las extorsiones…
Ya, y contando la tortura como método de investigación y la prisión provisional, antes del Juicio..asi sí me salen las cuentas.
A la gente les puede traer sin cuidado, casi todo, Javi. Depende de que llamemos gente, y qué llamemos casi todo.
Pero en este asunto de «presos» ,hay gente que no quiere dar su opinión,porque queda fatal, como una mancha en la camisa de supuesta moralidad que llevamos todos,( que se le relacione a uno o una con ETA, simplemente por apoyar estas causas, queda muy mal y peligroso).
Siempre se ha vendido así.
Para defender a las víctimas, hay úna medalla de moralidad, que nos ponemos todos, y uno y una quedan aplaudidos a perpetuidad, ya se puede moriri después medio mundo de lo que sea, que compensa todo… pero….no nos damos cuenta, que el denunciar las torturas, los abusos, la extorsión, secuestro y las tentativas de encarcelamiento por parte de las fuerzas juridicas y policiales de los estados, las muertes de familias de presos, etc, es un deber moral, también a criticar, y denunciar cuando se produce y luchar por evitarlo, fuera a parte de los partidos.
A mí me parece un escrito rajonyano del tipo “la mayoría no se manifestó” que tanto gusta utilizar al gobierno del PP. El problema lo tienen los presos, claro, el problema lo tienen siempre los directamente afectados, como las víctimas del terrorismo gubernamental, esas por las que se manifiestan tan pocos como por los presos vascos y que casi nunca están en los titulares de periódicos, radios, televisiones…… a pesar de no haber sido resarcidas y de que sus verdugos campan libres y felices y bien remunerados. Aquí solo se habla y recuerdan a los resarcidos y a los que son encarcelados, a unos como si nada más hubiera que ellos y a los otros como si nunca pagaran con nada. Y Esta vez no se puede escudar en la poca humanidad de los afectados, las victimas del terrorismo gubernamental, no, en todo caso de los no afectados, porque los no afectados también suelen ser muy inhumanos, tanto que permiten esta inmensa sangría manteniendo en el poder, central y autonómico, a los causantes y cómplices de su estado actual, irresoluto. Pero volviendo al asunto, la verdad es que lo más paradójico es que por un lado se hable de poca movilización o preocupación mientras por otro se destina toda la fuerza pública, fiscal, judicial e informativa para evitar eso que se dice “no interesa a nadie”. Tal vez porque no es cuestión de intereses, sino de integridad física y económica del que ose moverse porque la inquisición gubernativa ha prohibido hacerlo en base a pisotear los derechos constitucionales de la sagrada constitución que sólo son de obligado cumplimiento para esos mismos a los que se les incumple. El colmo es que esto sucede –no me cansaré de recordarlo- en el lugar donde se permite la Fundación Francisco Franco, el Valle de los Caídos, la plaza Conde de Rodezno, fiestas al sonido del “caralsol”, misas (brindis religiosos) cada 18 de julio por Mola y Franco, alcaldes que justifican los fusilamientos de republicanos, homenajes gubernamentales a la división azul, a la américa 66, etc etc etc. Todo esto no es más que teatro y un sacar pecho del PP que según me dijeron ayer noche, se circunscribe a Navarra y a sus fiestas que obsesivamente para los anti navarros de UPN nada que no sea vitorear santos y vírgenes y procesiones religiosas, la tradición –mentira cochina, la imposición inquisitorial y fascista de muchos siglos en todo caso- es aceptable y menos si hay ikurriñas y presos y “política” por medio. El caso es que un buen señor, sexagenario, un abuelo con el corazón delicado, estuvo a punto de ir a la puta cárcel por haber pedido el permiso de concentración que todos los viernes, o sea, cuatro veces al mes, 48 al año, vienen pidiendo. Pero esta vez el juez, perro de su amo, en base a una parrafada subjetiva y más propia de un echador de cartas que de un profesional de la cosa judicial, amparándose en leyes inquisitoriales con las que el más tonto empapela a inocentes, decidió ir a por la presa -cuanto más desvalida es, más empeño pone, afirmando su “humanidad”- que otras 47 veces no importo su “delito” porque los de arriba no dieron la orden. Pero de esto es mejor no hablar, por aquello de la humanidad de unos y otros.