Bueno, pues ya está. Voy marcando una muesca más en la culata. Otra campaña y, de momento, sereno. ¿Con ganas? Tanto como eso no les diré, pero tampoco voy a negar una cierta dosis de incertidumbre. Maldito síndrome de Pandora, que le hace a uno vivir en una noche de reyes infinita, incluso cuando no se juega casi nada.
Ya, que cómo puedo decir eso si estamos ante el final del bipartidismo, o según los más pintureros, en los albores de la Segunda Transición. Supongo que porque no he superado el atado y bien atado. O por la misma memoria clara, y además documentada con infinidad de lecturas sobre la cuestión, de lo que pasó en la primera.
Bienvenida sea, si se cumple, la novedad de las cuatro grandes fuerzas (alguna, a lo peor no tan grande) y lo imperioso que será pactar. Pero me pongo a hacer las cuentas y no acaba de convencerme ninguna de las sumas. De hecho, hay alguna, la que se me antoja más probable, que no augura nada demasiado venturoso para el futuro del trocito del mapa desde el que escribo y respiro.
Por lo demás, no puedo evitar sonreír —antes de ponerme a temblar, como en el enunciado de la famosa sección de La codorniz— viendo cómo no hay encuesta oficial u oficiosa que no vaticine la victoria del PP. Hostiándose un tanto, perdiendo la mayoría absoluta y lo que quieran, pero a la postre, mojando la oreja a todos sus competidores, y de propina, consiguiendo moderar los discursos y bajar los humos de los que iban a tomar al asalto palacio de invierno y ahora ya dicen que llamarán educadamente a la puerta.
Que sea lo que quieran Atresmedia, Mediaset y, por supuesto, Bertín Osborne.
Da mucha pereza después la navidad con la política como tema estrella en las tediosas sobremesas; auguro discusiones familiares de primer orden.
Mucho cambio, mucho nueva transición, mucho de todo, mucho Juancarlismo, diría yo:campechanismo…de tres al cuarto
pero los cabezas y cabezotas, todo tíos: El guapo, el más guapo, el que no está nada mal y el feo, y de las automías, el tripón, el gafitas, el otro etc…
en fin, nada nuevo bajo el sol.