Con la bibliografía que tengo presentada les va a costar creer que hablo en serio, pero puedo asegurarles que de las tres opciones que parece que van a estar en liza, no veo ninguna mejor para el PSOE que la que representa Patxi López. De hecho, si permiten que me ponga la pequeña medalla, desde aquel Comité Federal que casi acaba literalmente a hostias, vengo sosteniendo que la única posibilidad medio viable de contener la brutal hemorragia socialista pasa por poner al frente a López. Y cuando, tras la pinturera dimisión de Pedro Sánchez y la posterior entrevista martiriológica con Évole, no pocos nombres de relieve del PSE se tiraron en plancha a hacer proselitismo pedrista, a varios les advertí que quizá no tardando mucho tendrían un aspirante más cercano. Hoy todos, con la excepción del outsider vocacional Odón Elorza, están en el bando de su antiguo secretario general.
¿Qué me lleva a porfiar —insisto, en flagrante contradicción con lo que he dicho y escrito durante años sobre el de Portugalete— que su victoria en las primarias supondría la mejor solución para detener la cuesta abajo en la rodada de su partido? Cambien el enunciado. No la mejor, sino la menos mala. O siendo más realistas, la más viable.
Quizá sea un tremendo retrato del PSOE, pero ahora mismo Patxi López es el líder más sólido de aquella casa. Sánchez no ha demostrado ser sino un títere que se dejó llevar hasta que ya era muy tarde para la rebelión. Y Susana Díaz no pasa de una gris aparatera que tras reptar en la sombra durante lustros llegó de rebote a la primera línea para suplir a Griñán, su padrino gravemente enmarronado.
¿Habla usted en serio? Me imagino que le vendrá de maravilla que el tal López llegue a secretario general del PSOE, dada su sobrada maña para ponerlo (más que merecidamente) de vuelta y media; pero de ahí a decir que es la opción menos mala… Si no fuese por la felipona del Sur, difícilmente pensaría en alguien más pernicioso.
En cuanto a Odón Elorza, ¡qué más quisiéramos que alguien como él encabezase la oposición!