Ahora que ya han pasado dos decenios, quizá haya llegado el momento de explicar que el tantas veces mentado estos días Espíritu de Ermua fue una patraña. Seguramente, una de las más pútridas de las muchísimas que nos han echado a roer en la larga e inacabada guerra del norte, como lo atestiguan decenas de folios de los sumarios de la Gürtel y otras tramas puferas. Un puñado bastante numeroso y hasta diverso de vivales sin escrúpulos levantaron el engendro a partir de los quintales de dolor y rabia legítimos que había provocado el despiadado y miserable (no seré yo quien ahorre epítetos) asesinato a plazos de Miguel Ángel Blanco.
Apoyándose en la indignación verdadera y con un arsenal mediático incalculable en tamaño y desvergüenza, tardó muy poco en prender y propagarse —de ese verbo viene el sustantivo propaganda— como una epidemia. Como los panes y los peces bíblicos, en cuestión de semanas se multiplicaron las organizanes subvencionables formadas por veteranos medradores, arribistas entusiastas, ególatras sin remedio y/o jornaleros del exabrupto al peso, como algunos que ahora se buscan las alubias en casquerías de otros credos.
Era, sí, cuestión de pasta y fama, pero al mismo tiempo, porque resultaba perfectamente compatible, el objetivo final era ideológico. Pretendían derrotar lo que bautizaron nacionalismo obligatorio, al que identificaban groseramente como auténtico motor del terrorismo. Hubo un momento en que pareció que iban a conseguirlo, y hasta lo celebraron por anticipado con un abrazo de tornillo en el Kursaal. Por suerte, la ciudadanía vasca lo impidió el domingo 13 de mayo de 2001.
Ah, qué tiempos aquellos del matrimoniaje entre Mayor Oreja y el vástago de Nicolás Redondo…y qué buen maestre de ceremonias el lenguaraz Savater.
Hoy nos echamos unas pocas risas tristes a su costa, pero qué caro nos salió a los súbditos vascos del Borbón aquel injerto infame entre el Ego, el SuperEgo y el ETA dólar.
El mayor jeta, es un indeseable en EUZKADI , por decir que en tiempos de franco se vivia placidamente , logico vivian bien todos los falangistas y fascistas españoles
Y a no olvidar que, por entonces, ya estaban tejiendo la gurtel, ya estaban arrancando todos los planes para llenarse los bolsillos y vaciar las arcas públicas.
¿Os acordáis cuántos trimestres seguidos con aquello de «… La primera preocupación de los españoles es el terrorismo…»?
Cuánto despiste! Y siguen hoy, tantos años después, estirando de la goma.