Lo terrible es pensar que aunque no sepamos quiénes asesinaron a golpes y cuchilladas a Lucía y Rafael, si tenemos perfectamente identificados a los innumerables integrantes de su legión de cómplices. Qué impotencia indescriptible, asistir a otro crimen anunciado —doble, con una saña salvaje y con unas víctimas extremadamente vulnerables, para más inri— y no poder siquiera decir por lo bajo que hasta los ciegos de Otxarkoaga lo veían venir, no sea que te aparezca una patrulla de la totalitaria policía del pensamiento ortodoxo a leerte la cartilla.
Ya les dije que me da igual. Hace mucho tiempo que ha llegado el momento de acabar con esa nauseabunda perversión que supone que —¡en nombre del progreso y la justicia!— se aliente, se justifique y se ampare a los vulneradores sistemáticos de los derechos más básicos. Empezando por el de la vida, pero siguiendo por otros tan simples como poder pasear por tu barrio. En este caso y en tantos, un barrio humilde, castigado desde su mismo nacimiento por todo tipo de abusos y atropellos, a ver quién se lo explica a los señoritingos que pontifican sobre los pobres sin distinguirlos de una onza de chocolate.
Debería sobrar la aclaración, pero subrayo que no hablo de razas, etnias, orígenes ni colores de piel. Esos son los comodines de los holgazanes y los beatos. Esto va de comportamientos radicalmente inaceptables al margen de la filiación de quien los cometa. No es tan difícil de comprender. Es verdad que carezco de datos contrastados, pero estoy por apostar que la inmensa mayoría de mis convecinos lo tienen claro. Y creo que también los que deben actuar… ya.
Nauseabundo es el oír en algún debate mañanero a políticos autollamados progresistas trufar el comentario sobre la noticia del asesinato con el argumento de que hay ladrones de guante blanco que no se les hace nada y a otros robagallinas se les persigue con saña. Estamos hablando de entrar en tu propia casa y asesinar por unos billetes a gente que no se puede defender, ¡por Dios!
Hay que cambiar la mentalidad desde la represión y el juicio posterior, hacia la prevención. Hace falta inteligencia, infiltración, conocimiento de la sociedad y evitar que suceda el crimen. Eso es lo que tenemos que reclamar. La justicia aplicada, las medidas posteriores, la comparación de delincuentes es absolutamente estéril, aunque también sea objeto de debate.
Por lo que debemos clamar es por la seguridad, la protección. Tenemos derecho a la tranquilidad. Los dos ancianos tenían derecho a la tranquilidad, a vivir sin miedo, además de a la vida. Eso es lo que se ha violentado y lo que se puede emendar. Y es obligatorio para los poderes públicos enmendarlo. La muerte de los dos ancianos (ni del exfutbolista de Amorebieta, ni el miedo pasado por los chavales con las pandillas de gusanos y sus navajitas, ni el terror de una chica en un camino oscuro al volver de fiesta a casa) no la arregla nada, ni tan siquiera que los ladrones de guante blanco se llevaran su merecido.
Tanto Aburto como Azkuna nos hablaban mucho de imitar cosas del modelo Singapur. ¿Por qué no lo imitan también en su lucha contra la delincuencia?. Un modelo funciona con todas sus piezas ensambladas y no por partes sueltas.
Hombre, joven, sin trabajo y sin responsabilidades. Es el retrato común del elemento que se carga las normas sociales. El origen intensifica o modula el efecto, pero el resultado es el mismo. Tanto que se pueden correlacionar las guerras con el número de hombres de ese tipo que hay en los países beligerantes, hay que j******. Y sí, esto se aplica a cualquier sociedad. ¿O de dónde creen que salen los neonazis o, en nuestro caso, los que estaban dispuestos a cargarse a alguien con un par de tiros?
De todas formas, mi extrañeza enorme ante un robo «con violencia que se fue de las manos». En el que no revientan la puerta ni se llevan las joyas que estaban a la vista. ¿En serio me queréis hacer creer que alguien tan impulsivo como para cargarse a golpes a una pareja de ancianos se para a pensar «es que van a reconocerlas» ante unas joyas?
Este caso no tiene nada de normal. Y se notará.
Por qué será que no me ha extrañado absolutamente nada que hayan detenido a dos gitanos menores de edad,- a nada menos que 4 años de la mayoría legal- y que los propios vecinos de la pareja asesinada hayan reclamado que no haya impunidad para sus asesinos?. Será por que ya se imaginaban quiénes serían los angelitos de esas etnias protegidas y multisubvencionadas?.
Y, qué va a pasar ahora, que va a pasar a partir del enorme salto cualitativo que hay entre asaltar una vivienda y matar a cuchilladas y a golpes a una pareja de ancianos en su propia casa?.
Qué cojo…van a decir los otros subvencionados, esa piara de supuestos progres endófobos que echan la culpa de todo «a la sociedad» asi, en general, sin especificar si se refieren a la Sociedad Alcoholica, a la Sociedad Vascongada de Amigos del Pais…siempre que las alimañas procedan del lumpen y agredan sistemáticamente a los ciudadanos más vulnerables?.
De verdad, no consigo entender cómo hemos llegado a confundir la tolerancia y la bondad con la dejadez y la falta de valores.
No me extraña que en algunas de las zonas más depauperadas de las grandes urbes europeas hayan ganado algunos de los populismos más reaccionarios.
No me importa repetirme, quizás se deba a que veo demasiados documentales de bichos, pero la gente con la que me siento más identificada sabe distinguir perfectamente entre los grandes depredadores, a los que rara vez haremos morder el polvo en los tribunales, y las pequeñas alimañas que nos hacen la vida imposible sin que nadie de los que tienen obligación legal y moral se dé por enterado.
Si a los vecinos de Otxarkoaga les parece que están desprotegidos por los poderes institucionales de su ayuntamiento, quizás habría que extender ese reproche a toda aquella persona o institución que, teniendo medios y ocasión de hacer algo realmente útil por ellos prefiera dejarse llevar por la cobardía o por el interés más rastrero y empezar (otra vez !) a evitar decir las cosas por su nombre.
«No estigmaticemos a todo un colectivo», dirá el típico soplagaitas de turno, pero en algunas de las zonas de las ciudades más tolerantes y con gran protección social hacia esos colectivos…ejem, «distintos» siempre muerden a los que les dan de comer y siempre se encuentran con la puerta en las narices cuando se les exigen las mismas responsabilidades penales y legales que nos exigen a quienes les mantenemos.
Asi que la pregunta de hoy es: si por los motivos que fueran o fuesen, a los integrantes de esas etnias se les toleran cosas que a los que usamos una protección solar 50 plus no se nos toleran…no será que hay una especie de racismo encubierto por parte, precisamente de quienes nos reprochan a los demás que seamos medio nazis?
La prevención no sirve absolutamente de nada, a menos que conlleve un castigo conveniente. El problema que tenemos, a todos los niveles, es de IMPUNIDAD y la cuadrilla de ineptos que tenemos de políticos no va a hacer que cambie nada de eso, la mayoría de estos políticos están directamente implicados en diferenetes delitos, principalmente económicos. No van a endurecer las leyes de ninguna manera.
En la manifestación del Viernes en Otxarkoaga los vecinos apuntaban a los gitanos y los gitanos comentaban que eran moros. Concretamente se apuntaba a una conocida familia, esto ultimo por verificar. Los medios de comunicación están plegados a los políticos…
Si son de la familia comentada veremos por donde sale el Fede y SOStotalitarismo