Nos caía el lagrimón cantando “Ay, Nicaragua, Nicaragüita, la flor más linda de mi querer”. Qué nudo en la garganta al llegar al verso que dice “Pero ahora que ya sos libre, yo te quiero mucho más”. Cuarenta años después, Carlos Mejía Godoy, autor de ese y de otros tantos himnos sandinistas, vive exiliado en Costa Rica porque su hermano de revolución, Daniel Ortega, quería darle matarile, como ha hecho con prácticamente todos los que lo acompañaron en aquella guerra terrible que llevó al fin de la despiadada dictadura somocista. Con ellos, y con otros miles de personas a las que el tirano enloquecido ha colgado el baldón de enemigos del pueblo. Los que no pusieron tierra de por medio están en la cárcel o… muertos. El tipejo tiene acreditado que no se para en barras.
En estas condiciones inadmisibles se han celebrado unas elecciones de pega en las que, oh sorpresa, Ortega ha ganado por goleada a una oposición de atrezzo y con una raquítica participación. Todo, con una comunidad internacional no diré que mirando hacia otro lado, pero como poco, sí de refilón, como si este tremendo escándalo no fuera con los dirigentes que en otras circunstancias dan lecciones de dignidad. Claro que todavía es más grave el silencio de los campeones planetarios de denunciar vulneraciones de los Derechos Humanos. Con honrosas excepciones, la que se reclama como izquierda transformadora se encoge de hombros ante las tropelías del sátrapa o ante el aplauso desvergonzado del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Lo triste una vez más es que ni siquiera podemos decir que nos sorprende.
Desgraciadamente los dictadores tiene junto a sí a toda una cohorte de servidores tanto o más sanguinarios que ellos y que son los que con entusiasmo sin par asesinan a los enemigos del jefe, le hacen el trabajo sucio.
Eso es muy viejo y se produjo también con Franco. Lo hemos vivido. Cuando el tirano muere o es derrocado, sus secuaces sufren una rápida transformación en demócratas de toda la vida.
Maduro y Ortega se morirán o les echarán pero muchos quedarán, sobre todo esa izquierda súper revolucionaria y solidaria sólo con los de su especie.
Curiosamente con la dictadura de China, que los mata callando nadie dice nada. Ni conservadores ni supuestos revolucionarios.
Está claro, cuando hablamos de GLOBALIZACIÓN, nos referimos sólo a una GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA, al servicio y para beneficio de algunos, no de la globalidad.
Y por eso no se ha «globalizado» la Democracia, ni los Derechos Humanos (aunque se autocalifiquen de Universales). Y en favor de esa GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA no hay ningún reparo en negociar, pactar, y si hace falta legitimar a Gobiernos que están muy lejos de ser dignos de ello.
Habrá muchos de izquierdas que defiendan a este, como al de Siria o como al de Cuba, diciendo que la democracia occidental no es implantable en esos países. Me parece un acto de racismo: es pensar que los que no son blancos u occidentales son una especie de sub-humanos incapaces de una democracia a la finlandesa o a la sueca. En Asia o Africa, no. Excepto si eres australiano, que eres blanco. En America, tampoco. En Argentina o Chile, a lo mejor, que son medio blancos pero en Venezuela o Nicaragua, que son medio-achinados, ni de coña. En Cuba, tampoco, que allí son negros. En Siria, no. Putos moros…Hay veces que no se distingue muy bien a algunos de izquierda de la mierda voxera. Si eso es izquierda, yo soy de derechas. Aunque viendo los que se dicen de derechas, yo creo que no soy de nada, ya.
¡FACHISTAS! Daniel Ortega ha tirado de “MANUAL PROGRESISTA” y ha encontrado la palabra fetiche, la que evita todo esfuerzo pensante, la que une a sus más o menos entusiastas bases, la que define a todo lo que se escapa de su control. FACHISTA el Gobierno de España (jeje), FACHISTA la UE y el Parlamento Europeo, FACHISTA por supuesto los EEUU, con su somnoliento presidente al frente. Bueno, desde luego “nuestros”ANTIFACHISTAS domésticos tienen un buen espejo en el que mirarse. Aquí ya lo sabíamos, todo el que no trague con las ruedas de molino del progresismo gobernante: ¡FACHISTA!
Los chinos nos tienen pillados . Son nuestros proveedores .
Demasiada hipocresía tanto a la derecha como a la izquierda . Los dictadores depende de que bando sean son malísimos o no .