El Supremo enreda con los indultos

Es verdad que en la última línea de playa está el Constitucional, pero la penúltima la ocupa el Supremo como tribunal vengador garante de la sagrada unidad de la nación española y castigador de disolventes. Qué alegría le han dado los aguerridos togados a los más insignes representantes de las diestras y ultradiestras, tanto mediáticas como políticas, al anunciar que van a revisar los indultos a los malvados independentistas catalanes. A más de uno se le hace el tafanario pepsicola al imaginar a Junqueras, Cuixart, Turull, Forcadell y demás beneficiados por la medida de gracia volviendo a la trena.

Lo primero que hay que aclarar es que está por ver que tal fantasía lúbrica se vaya a cumplir. Incluso aunque esta nueva mayoría de magistrados partidarios de anular la decisión del gobierno de Sánchez acabe tumbando los indultos, todavía habría tela que cortar. A Moncloa le bastaría buscar otra argumentación, que es lo que está en entredicho, y volveríamos al punto en el que estamos. En cualquier caso, la forzada reactivación de este embrollo nos a da pie a recordar que el punto de partida está en la brutal injusticia de imponer severísimas penas de cárcel por puro afán de dar un escarmiento. Consumada la tropelía, a la que no fue ajeno el PSOE, y también es verdad que por pura necesidad aritmética para seguir durmiendo en Moncloa, Pedro Sánchez puso a trabajar a destajo a sus fontaneros jurídicos para desfacer el entuerto. Fue una tremenda chapuza para tratar de compensar el pecado original, que fue, insisto, mandar a prisión a quienes se podría haber impuesto una sanción administrativa y económica. De aquellos polvos, este barro.

Un comentario en «El Supremo enreda con los indultos»

  1. Que la Administración de Justicia pierda credibilidad ante la Ciudadanía, y que la Ciudadanía pierda confianza en la Administración de Justicia, es el comienzo de la pérdida de la Democracia y el Estado de Derecho.
    Y esto, que es tan elemental, lo saben los Jueces, pero al parecer les importa poco y siguen enredando en el terreno de la Política, como lo hicieron en el terreno de la Salud Pública durante la pandemia.
    Y si además, todo esto es por intereses partidistas e ideológicos de los propios Jueces y su entorno, apaga y vámonos, ya que en esta situación la Administración de Justicia deja de ser «ciega e igual para todos «.

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