No le importaba el dinero

Qué vicio tan insólito, la lectura de las mil y una coplas a la muerte de un banquero que, sobre pronóstico, han caído en torrentera tras el óbito del Capo di capi. Será que estoy especialmente receptivo, pero en casi todas, igual en las babosamente laudatorias que en las pasadas de vitriolo, he encontrado alguna enseñanza. Por ejemplo, que buena parte de los prebostes de la cosa financiera (o los amanuenses a los que han desviado el encargo de la glosa de su colega finado) andan justos de gramática y definitivamente ayunos de imaginación. Que si figura clave, que si adelantado a su tiempo, que si hombre hecho a sí mismo, que si afable, sencillo de trato, campechano, amigo de sus amigos… Bien mirado, tampoco nada digno de excesivo reproche en quienes tienen ocupaciones lejanas a la lírica. Menos, cuando los que sí poseen licencia para juntar letras no han demostrado mejor maña. “Relució con luz propia”, se vino arriba (o sea, abajo) todo un académico de la lengua y otrora periodista de postín. Aún no me he quitado de encima la sensación de bochorno.

Paso por alto las diatribas furibundas —unas, de carril y otras, realmente sustanciosas— que, por esas carambolas extrañas, acabarán engrandeciendo la leyenda del despellejado. Acuciado ya por la falta de espacio, aprovecho el que me queda para compartir con ustedes las palabras que más me han dado qué pensar. Jaime Botín Sanz de Sautuola escribe sobre su hermano recién difunto: “No le importaba nada el dinero”. En el juicio final, un testimonio así acarrearía la condena eterna. Pero lo más seguro es que Don Emilio esté ya en el paraíso… fiscal.

7 comentarios en «No le importaba el dinero»

  1. Hola
    Cuando lees algo de este gángster -algo relativo a sus vida, obra, amiguitos…- siempre aparecen los mismos nombres, muchos de los cuales son de sobra conocidos por la ciudadanía de este País, pues llevan viviendo/medrando entre nosotros desde épocas de Maricastaña, acuevados, en gran parte, en sus mansiones de Neguri.
    Hoy mismo -y creo que en El Mundo- el getxotarra Pedro Morenés y Álvarez de Eulate, Ministro de Defensa (segundo hijo del Vizconde de Alerón, y nieto de Ramón María de Morenés y García-Alesson, VIII conde del Asalto -grande de España- y Ana Sofía Álvarez de Eulate y Mac-Mahón) elogia la figura del calvo en un articulillo breve.
    Mosqueado con tanto nombre ilustre, el nene dedicó un buen rato de la tarde de ayer a «investigar» en la vida de este banquero sencillo y desprendido, fruto de lo cual es este tocho que adjunto… y que no estoy seguro que quepa aquí.
    Sea como fuere, lo intentaré. (Dejar constancia de que casi todo lo que escribo pertenece al blog «GENEALOGIAS DE HOY» de Alfonso Cano Romero)
    Allá va:

    José María Botín y Cano, de profesión médico naval, nació en 1795 (otros señalan 1798), en la ciudad de Cádiz (otros dicen Puerto Real) Enfermo de tisis, en 1928 se estableció en Santander para su mejor curación. Gracias a sus notables conocimientos ayudó a la ciudad a minimizar los daños de la peste de cólera que se declaró en 1834, motivo por el que fue considerado prohombre de la ciudad. Hizo un ventajoso matrimonio con doña Petra de Aguirre y Laurencín, hija del bilbaíno Juan de Aguirre y Leguina, de la Casa solar de Aguirre en Arrigorriaga (Vizcaya), ligada a la explotación de los Astilleros Reales de Guarnizo, y viuda de sus primeras nupcias don José Ramón López-Dóriga y Vial, hombre de la Casa Rotschild en Santander. Su hijo Antonio López-Doriga y Aguirre seguiría los pasos profesionales de su padre, siendo uno de los seis socios fundadores del Banco de Santander. De esta manera, el fundador de la saga, el médico naval José María Botín, entraría por la puerta grande en la burguesía mercantil santanderina.

    De José María Botín y Petra Aguirre nacieron Emilio, Rafael, Matilde, Margarita y Ana.
    Rafael Botín Aguirre fue el primer Botín en desempeñar un alto cargo en el entonces emergente Banco de Santander, como Director General en 1895. Su hermano Emilio decantó sus esfuerzos hacía los negocios de la aun difusa industria eléctrica española, siendo elegido también consejero del Banco de Santander en 1901.

    Emilio Botín Aguirre se casó con Elena López de la Sota, y fruto del matrimonio nacieron José (teniente coronel del Estado Mayor), Emilio (presidente del Banco de Santander en 1909) Elena y Elvira.
    Emilio Botín López casó con María Justina Sanz de Sautuola y Escalante, quien en 1879, siendo niña de ocho años, avisó a su padre de que en la Cueva de Juan Montero había animales pintados. Hoy esa cueva se llama de Altamira. Del matrimonio entre Emilio Botín López y Mª Sanz de Sautuola y Escalante nacieron varios hijos; los dos hermanos varones Emilio y Marcelino, y Elena Botín-Sanz de Sautuola y López.

    Emilio Botín-Sanz de Sautuola López casó con Ana García de los Ríos y Caller.
    Fruto del matrimonio de don Emilio y de doña Ana nacieron Emilio (actual presidente del Grupo Santander) y Jaime (ex-presidente de Bankinter y su mayor accionista) Botín-S. de Sautuola y García de los Ríos.

    Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos casó conPaloma O´Shea Artíñano -primera marquesa de O´Shea (2008)- hija de José O´Shea Sebastián de Erice, ingeniero de minas de Altos Hornos de Vizcaya, y de Asunción Artiñano Luzarraga.
    La familia de Paloma O´Shea, Primera marquesa de O´Shea, mantiene excelentes contactos con el mundo financiero, en el que su marido es una de las figuras internacionales más destacadas. Mencionar también que el abuelo materno de doña Paloma O´Shea, don Gervasio de Artíñano y Galdácano, fue una personalidad destacada del País Vasco de su tiempo. Catedrático de Ingeniería Industrial, diputado por Álava en 1919 en la candidatuta católica y académico de la Real de la Historia. Tuvo varios hijos de su mujer Flora Luzárraga y Urrutia.

    El matrimonio formado por Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos y doña Paloma O´Shea Artiñano ha tenido seis hijos; Ana Patricia (presidente de Banesto), Carmen, Emilio, Francisco Javier Botín-Sanz de Sautuola y O´Shea.
    Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola y O´Shea está casada con don Guillermo Morenés y Mariátegui, hijo del Segundo marqués de Borghetto, de la familia Morenés oriunda de la comarca tarraconense del Vendrell, de la casa de los barones de las Cuatro Torres y condes del Asalto (con Grandeza de España). Fruto de este matrimonio han nacido tres hijos.

  2. Pues a mí me ha gustado la «copla» que sobre el difunto ha escrito tu colega Anasagasti. Y creo que lo que cuenta lo hace con conocimiento de causa.

  3. Aunque con mucho retraso he seguido su ejemplo de leerme lo que tendrían que haber sido los homenajes debidos – y tanto – a Emilio Botín y no son – menos la del hermano y demás colegas – sino súplicas a la heredera para que no los eche.

    Si he tardado en atreverme a espigar semejante farfolla ha sido, en parte, por miedo a intoxicarme con tanto incienso; ha resultado ser de peor calidad del que esperaba. Sí, ya sé lo del que avisa no es traidor.

    Pero así cuento con la ventaja de haber podido contrastarlas con la carta del autodenominado arponero ingenuo en la que solicita a «The Queen» – las comillas no se deben a que es un extranjerismo crudo, sino a que es una cita – el puesto de no entiendo qué habrá que decir real.

    Al menos hay un buen epitafio y no de ninguno de los obituarios a los que se alude en la columna : «El poder es acercarse a la supuesta primera autoridad del Estado en bermudas rojas.»

    NOTA: ¿No sabrá alguien de quién es «No hay peor forma de adulación que la imitación de los vicios ajenos «? Yo sí que necesito volver al colegio.

  4. Pero siempre queda el gin-tonic: no es igual, es verdad, pero no siempre tenemos lo que queremos.

    gin-tonic.
    (Voz ingl.).
    1. m. Combinación de tónica con ginebra.
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    Bastante es que no sea «yintoni», después de lo que pasó con «güisqui», que escrito así parece más bien un disolvente.

    En cuanto a mi duda, de momento, nada: que me quedo sin saber de quién es la tal cita. Necesito ideas para saber dónde seguir investigando: ¿en los cuadernillos «Rubio»? ¿En las etiquetas de las botellas de licores, aguardientes y bebidas espiritosas? A ver, dentro no va a estar.

  5. «La imitación es la forma más sincera de la adulación». (Charles Caleb Colton) Quizá te refieras a esa frase.

  6. Gracias : la añado a la lista de sospechosas. Al final va a ser que me he hecho un combinado con dos citas o que recuerdo mal una.

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