Todo es según el ángulo de la fotografía y el entusiasmo en la narrativa. El mismo acto puede ser un fracaso descomunal o un éxito sin precedentes en función del titular y la imagen que lo acompaña. Entre las impías calvas de las gradas y una panorámica abigarrada de cabezas y telas al viento debe de estar lo más parecido a la verdad. Otra cosa es que interese contarla. O, qué caray, que se sea capaz de verla, porque al final, los ojos son un apéndice del corazón, que cada vez tolera peor las frustraciones. Créanme que en muchos de los grandes engaños no hay intención de darla con queso sino incompetencia para percibir la realidad. Llámenlo ceguera del alma y quizá lo disculpen.
Y ya, apeándome del lirismo, ¿con qué lectura sobre lo que ocurrió el domingo en cinco capitales de Euskal Herria hemos de quedarnos? Tienen para escoger la versión de la épica multitudinaria que avanza un mañana inminente plagado de urnas en las que decidir lo que seremos o la interpretación pinchaglobos que reduce la movilización al clásico de los cuatro y el tambor. Claro que si prefieren salirse de lo maniqueo, lo binario y lo trillado, pueden huir de la disyuntiva entre el triunfo y el fiasco, y plantearse si las mareas de color salmón han cubierto su objetivo.
Ahí, de nuevo, les cabe la opción de hacerse trampas o no. Piensen si se trataba de abrir un camino imparable para cambiar el estado actual de las cosas o si, siguiendo la estela de lo que ya se vivió el año pasado, el fin era fijar en el calendario una nueva tradición festivo-reivindicativa para soltar adrenalina patriótica y que siga sin pasar nada de nada.
Mi opinión:
1) Esto es un proceso largo, y como en todos hay curva de aprendizaje.
2) Las elecciones han sido otro factor en contra. Hay que separar celebraciones como estas por lo menos 3 meses o mas de elecciones locales ya que, se quiera o no, le restan altavoz y no se crea el impulso necesario.
3) Primer fin de semana con buen tiempo en Mordor en muuuuucho tiempo (y salida de muchos a segundas residencias por acabar los txikis la ikas el viernes) lo que hizo que mucha gente fuera a la playa en vez de ir/volver (a San Mames por segunda vez teniendo en cuenta algunos el partido del día anterior) un fin de semana.
Pero insisto, que 60.000 personas (sin contar voluntarios de la organizacion, gente famosa que ha prestado su «cara», etc.) se hayan molestado en participar en un acto que saben perfectamente que no tendrá consecuencias practicas, me parece admirable.
Otra cosa es que sea mejorable y que se haga autocritica, con lo que estoy totalmente de acuerdo.
Con lo cínico y desilusionado que soy, en este movimiento veo algo nuevo, es un «grass root» diferente y en un momento diferente, post violencia, de nuestra historia reciente.
Lo dicho: esto es una maratón, paciencia. 🙂
Un comentario de lo mas partidista -mala leche- el de Semper. Por la mañana las dos orillas de la ria, entre El Arenal y Euskalduna estaban a tope de asistentes. Curiosamente, eche en falta un helicóptero grabando la escena, para cosas mas simples se despliegan multitud de medios. ¿Todavía esta el PSOE en EITB?
Voy a ser muy conciso: que permitan que las urnas despejen y clarifiquen los deseos y aspiraciones de este pueblo. Es la única forma de acabar con las disensiones y especulaciones.