No deja de maravillarme la capacidad de Patria para encabritar al personal. Mayormente, también es verdad, a los que tienen predisposición congénita a sulfurarse y a entrar como Miuras a cualquier trapo que les pongan delante. Primero fue la novela, convertida en fenómeno editorial del carajo de la vela por quienes ni se la habían leído y, en el bote consecuente, despreciada con exagerados aspavientos por los que, reclamando otras memorias, creen que en el caso de ETA debe imponerse la amnesia balsámica; lo que hablábamos ayer sobre las páginas que se deben pasar y las que no.
Como sabrán, la penúltima bronca de diseño ha venido con el cartel promocional de la serie que la plataforma HBO va a estrenar —a ver si es verdad, porque van tres anuncios— dentro de unos días. Lo entretenido es que esta vez los que se suben por las paredes son los que se pretenden monopolistas del dolor causado por el terrorismo. Como quiera que el afiche en cuestión muestra la imagen de un torturado en comisaría enfrentada a la de un asesinato de la banda, ya han decretado que la versión filmada de la obra incurre en una intolerable equidistancia. Resulta divertido que hasta el propio autor, Fernando Aramburu, reniegue ahora de esa imagen que, como sabemos los que sí la hemos leído, forma parte —¡ay!— de su propia novela.
Me acuerdo de cuando a la condena, rechazo o simple asco a la violencia de ETA se la llamaba peyorativamente «discurso único» por parte de los que ahora dicen haber hecho más que nadie para acabar con ella.
En realidad, tenían razón. En cuanto a ejercer la violencia, todos los grupos tienen un discurso único: lo que ejercen miembros del propio el grupo no es nunca violencia, ya sean las mayores salvajadas como torturar sin piedad. La que ejercen desde fuera del grupo siempre es violencia, ya sea la mera presencia, y se construirán los discursos más variopintos, los gobiernos pedirán no juzgar a quien reaccione a «esas provocaciones», etcétera.
Es… triste… la verdadera alucinación está en creer que el grupo existe como algo homogéneo. La patria es la verdadera ficción, a veces hasta mortal.
Creo que hay que enmarcar este ruido alrededor del cartel de la serie dentro de un contexto muy generalizado de deterioro de la cultura democrática que lleva a una situación general de intolerancia hacia posiciones ajenas.
Si lo del cartel es una anécdota…ese contexto general es muy preocupante. Y además es transversal; esa forma de actuar no es exclusiva (aunque sí tiran mucho de ella) de las derechas “fascistas” sino que se da en las otras trincheras igualmente, aunque se autodenominen «antifascistas».
El cartel es una creación gráfica legítima que plasma unas situaciones que se van a ver en la serie sin que ello implique que eso sea el resumen perfecto de la misma ni mucho menos pretenda ser un resumen o descripción exacta de lo sucedido. Es lo que ellos quieren «avanzar» de lo que se puede ver en la serie.
Es un producto publicitario. Y una pieza gráfica. Y siendo algo gráfico pues tienen que ser imágenes impactantes. No se puede reproducir diálogos ni personajes. No va a ser un cartel con dos personas hablando una frente a otra. Ojo…podría…pero sus creadores han decidido con buen criterio, que impacta más meter imágenes de las situaciones visualmente más potentes de la serie. Y que enseña parte de lo que se ve en la serie. Irreprochable.
Puede no gustar, claro. Como todo. Pero de ahí a esas histerias y llamamientos al boicot…
Sin ánimo de frivolizar, es como decir que en aquel mítico cartel del estreno de la primera de Star Wars, había equidistancia entre Darth Vather y los Jedis, que salían en el mismo plano y el cartel no dejaba claro que el de negro era el malo malísimo. Es más…el mismo título….”La Guerra de las Galaxias”…es equidistante; da a entender que había dos bandos en pugna. Se debería haber llamado “De la heroica y cívica resistencia de los Jedis frente al malvado imperio opresor”.
El cartel muestra cosas que hay en la serie; no cuenta la serie. Y elige las cosas que entiende más potentes gráficamente. El que quiera saber cómo se “posiciona” la serie; que la vea.
Pero que además…no tendría de malo que la serie adoptase una posición digamos que de poner el mismo foco sobre el terrorismo de eta y sobre la violencia del Estado. Es una posición legítima y debería ser interesante incluso para los que no tienen esa posición. Cada uno pone el foco donde quiere…según su experiencia, y las aportaciones de todos, forzosamente parciales, son legítimas y aportan su parte de realidad.
Me parece necesaria y legítima “La pelota vasca” de Medem y “Lasa y Zabala” de Pablo Malo (y al que le incomode verla…que piense que ese escozor y esa incomodidad es buena señal; que piense) y otras como “Todos estamos invitados” de Gutierrez Aragón (aunque es flojita) y otras similares. Y no se puede perseguir a sus autores por contar lo que quieren desde la perspectiva que quieren. Al que no le guste…que escriba su parte de la historia y la comparta.
Pero esto mismo aplica a quienes condenaron, desde la otra trinchera, a la hoguera a Fernando Aramburu por escribir la novela que él quería escribir y plasmar su visión de lo vivido; que es la suya, muy legítima. Ni la serie es un documental ni la novela un libro de historia. Ni sus autores lo pretenden
Y ojo…no soy crítico literario parta juzgar su calidad (curioso que a los que no coinciden que la visión que se plasma en el libro…les parece literariamente una castaña) pero no se inventa tampoco nada (aparte de la trama ficticia). Mucho de lo que se cuenta…pasaba así. Y, lo mismo que antes, al que le escueza….que piense por qué.
Volviendo al principio. Todo esto forma parte de un deterioro de nuestra cultura política que se manifiesta de muy diversas formas.
El despido del portero del Granada por un mensaje determinado en una camiseta en otro ejemplo.
Y hay muchos más. En este medio, en el blog de Begoña Beristain se ha entrevistado a Sánchez Dragó y en sus redes sociales la periodista ha sido fuertemente criticada por ello.
Ya no es que no se pueda mantener una posición x. No es que no se pueda prestar micro a esa posición con simple objetivo informativo. Es que no se puede prestar el micro a alguien que haya manifestado cierta afinidad personal sobre alguien de esa posición.
Lo que está claro es que la publicidad le va a salir medio gratis ya sea motu propio o por pura casualida, más bien tiene pinta de campaña publicitaria bien estudiada, el caso es que entre polémica por aquí polémica por allá éste señor se va hacer de oro si no está ya. Del libro no opino porque no lo he leído y ni lo pienso leer.
El origen de la polémica es siempre el mismo; la intolerancia de unos y de otros.
Primero fue la intolerancia de unos por no aceptar una visión que supuestamente recoger la novela (que también es interpretable) que no coincide con la suya.
Ahora es la intolerancia de otros que no aceptan una simple imagen (también intepretable) que suponen que fija una posición que no coincide con la suya.
Intolerancia, estrechez de miras.
Yo lo resumiría en falta de cultura democrática ..
Además de oportunismo para darle publicidad a la peli en cuestión
No he leído el libro y no se que sesgo tiene pero nadie es imparcial del todo así que me quedare con las conclusiones que he sacado yo misma con my propia vivencia como vasca y mis propias reflexiones sobre el tema .
«las páginas que se deben pasar y las que no»
Decía Ramiro Pinilla que «hay que pasar las páginas, pero despues de leerlas». A pesar del entrecomillado creo que la frase no era literal… ¡¡pero qué razón!!
Como no me gustan los potajes de garbanzos y sí el cocidito madrileño, soy muy consciente de que pueda no ser publicado ésto… pero por intentarlo.
¿Cuántos de los que hoy critican (entre los que me encuentro) las actuaciones de ETA no festejaron la «muerte de Carrero Blanco»?
¿Usted?…¡¡no me lo creo!!
Al fin y al cabo es una novela. Gorda pero novela.
Cubre una parte de una época desde la visión de un novelista conocido de sobra por su legítimo sesgo político y por vivir la historia de lo que narra desde Alemania.
No ha habido en España una novela más publicitada gratuitamente y alabada por su forma y fondo.
A mi me gusta más la novela negra nórdica en sus orígenes.
También es novela, es honesta y no encabrona a nadie.
¿Por qué «Patria» no es una novela honesta?
Larry, hace meses que no me apetece debatir contigo. Lo siento.
Estás en tu absoluto derecho de no responder. Haces la acusación y no la explicas. Entiendo que no hay forma de explicar con argumentos racionales por qué es deshonesta. Debatir es argumentar. Muy entendible que no te apetezca. Hace falta hábito. Mejor salir del paso como se pueda. Es entendible y ya te digo que en tu derecho pero a eso en mi pueblo se le llama «tirar la piedra y esconder la mano».
Ni he leído ni pienso leer «patria» de la misma manera que no pienso ver la serie.
Como ejercicio «histórico» me parece una pérdida de tiempo y litera-
riamente no me interesa Aramburu. No me interesan los ejercicios sesgados y dirigidos ni de una parte ni de la otra.
Es que a la gente le parece todo mal. Hay que ver. Mira que parecrles mal unas bombas despedazando gente y unos cuantos tiros en la nuca…
Claro Larry, esta muy mal y condenable, pero el reloj de la historia no se pone a cero cuando uno quiere; y molesta, y encabrona, es deshonesto cuando no se pone el contexto, lo que hubo antes, lo que hubo durante también en esa época y anteriores. Eso es lo que es sesgado.
En España lo que hay es mucho fariseo que se rasga las vestiduras y expertos en ver pajas en ojos ajenos mientras arrastran vigas en los propios.
En España…y en todas partes ¿no?
Sesgado…todo lo que quieras. Y también parcial, subjetivo, escorado…etc, etc. Lo que no sé es por qué es deshonesto o más deshonesto que otros.
Te lo acepto si me dices al mismo tiempo que, por ejemplo, la película «Lasa y Zabala» es deshonesta y sesgada. Si no lo haces….pues estarás pecando exactamente del mismo fariseismo del que acusas a los demás (a los españoles; por supuesto).
Yo si embargo creo que «Lasa y Zabala» es una película honesta y necesaria. Y cuenta una parte de la realidad que el autor ha elegido contar. Y sé que hubo quien puso el grito en el cielo porque el autor decidió poner el foco en las atrocidades de los GAL (GAL verde) y pasa de puntillas, con muy pocas referencias, al contexto ese al que tú apelas; a las atrocidades que en ese mismo tiempo cometía eta y a las que, según ellas, respondían los gal.
Yo creo que hay que ver «Lasa y Zabala» y creo que hay que leer Patria (entiéndase; no concretamente estas dos, las que uno les dé la gana, pero que abarquen ambas perspectivas, porque ambas son necesarias).
Nadie es neutral ni aséptico y cada cual tiene muy presente lo que él ha conocido más.
Por cierto; en «Patria» sí se recogen y la forma de hacerlo es claramente en tono crítico y de condena, episodios de tortura queda muy claro en la propia novela que era algo sistemático y habitual; no casos aislados. Obviamente no se pone ahí el foco de la trama sino en el otro lado, cierto. Pero…ya es más de lo que hacen muchos de los que acusan a los demás de fariseos y a día de hoy siguen dando tratamiento de héroes del pueblo a los que cometían aquellas matanzas.
«Juzgo que este primer cartel (seguirán otros menos susceptibles, según creo, de generar polémica) no es suficiente para formarse una impresión completa de la serie, por más que esta incluya, como mi novela, un episodio de malos tratos en comisaría, cosa que solía ocurrir, si bien a espaldas de la ley; ley, que como se sabe, fue aplicada en ocasiones con resultados condenatorios.»
Fernando Aramburu en su blog.
No hay más preguntas, señoría.
Es muy evidente que el cartel no es suficiente como para formarse una impresión completa de la serie. Ni este ni ningún otro de ninguna película ni serie. No creo que diga nada reprochable con ello.
Sin con ello quiere decir que extraer del cartel la idea de que la novela pone en el mismo plano ambas violencias no se corresponde con la realidad; pues tiene también razón. En absoluto pone ambas en el mismo plano. Una violencia (y sus consecuencias) centra la trama y el paisaje y la denuncia y la otra se recoge (creo que de forma claramente crítica) pero en referencias puntuales.
Sí; es mucho más benévolo con unos que con otros.
No niega la tortura como algo habitual pero lo aminora con eso de que era de espaldas a la ley y que además, si no le entiendo mal, actuó en ocasiones contra ella, lo que es una media verdad…(o sea más mentira que verdad).
Y habla de «malos tratos» y no de tortura.
¿Aplicaremos el mismo rasero a los que ejercen de campeones de la autocrítica pero jamás hablan de asesinatos sino de acciones armadas?
A lo que voy; ayer vi en ETB4 una larga entrevista de Iñaki López a Fermín Muguruza. Era una repetición; de hace algunos años. Gran parte de la entrevista se centraba en el tema político, el conflicto, las consecuencias, la violencia.
Y Fermín Muguruza podría ser perfectamente un Aramburu de la otra trinchera. Condena sin paliativos de la maldad y crueldad de unos y mucha contextualización, comprensión e incluso algo más hacia los otros. Esa es su visión.
Y yo escuchándole, con respeto (respeto mucho al personaje; me lo creo) en lo último en que pensaba era en estar ante alguien deshonesto; sectario, con doble vara de medir, equivocadísimo, etc, etc…sí pero ¿por qué más honesto que Aramburu?
Retomo…ya que la última entrada era también de cine, porque he visto que ayer se proyectó en el Zinemaldi «Non dago Mikel» sobre el caso de Mikel Zabaltza.
Muy dura, según dicen; no puede ser de otra manera tratando lo que trata.
Me parece muy necesaria y creo que debería ser de obligada visión para todo el mundo…y muy especialmente para los que nieguen esos hechos, los contextualicen, etc. Como a Alex, de La Naranja Mecánica (por seguir con el cine); atados a la butaca y con pinzas para mantener abiertos los ojos.
Y no la he visto y no tengo ni idea de si en la misma se reflejan crímenes de eta que también hacían sufrir a mucha gente en ese tiempo.
Pero si no lo hace…está en su derecho y ni falta que hace.
Y si a alguien se le ocurre hacer ese reproche, «Ya..pero no enseñan nada del atentado ese mismo mes en el que mataron a x personas..ni de….» lo que pensaré es que de alguna manera quiere justificarlo.
Y lo mismo aplico a Patria (que sí recoje episodios de tortura, por cierto) y a quienes le reprochan que no recoja nada de los asesinatos franquistas, etc.
Y lo positivo, lo muy positivo es que en ese zinemaldi de hayan estrenado la una y la otra y que sus autores, sus protagonistas, el público…haya hablado sin cortapisas ni miedos ni reparos de sus sentimientos al hacerlas o verlas…de sus recuerdos, sin hacer cálculos de tener que referirse a otras cosas para «igualar».
Sin pretender una crítica tan sesuda y certera como la del compañero Larry, que suscribo, puedo decir desde mi experiencia, sin haber leído el libro, que el cartel me parece normal, quizá algo provocador, pero no abominable por equidistante como parece que algunos opinaron.
Llevo 4 episodios de la serie, y creo que está equilibrada, presentando no con la misma intensidad, pero sí de una forma proporcional a la realidad de lo que yo conocí en el País Vasco profundo un punto de vista y el contrario (por cierto, al que adoro en su cultura y modo de vida si no fuese por este «pequeño detalle»). A nivel artístico, la serie está bien aunque no «de diez», me parece realista, y los actores hacen un buen papel (especialmente Joxe Mari, que lo borda).
Sí me parece positivo ofrecer cuantos más puntos de vista mejor, y echo en falta algunas vivencias, como por ejemplo hacer mención a la socialización de los jóvenes (gaztexes, taldeas, ikastolas) o un poco más los abusos policiales (hasta el episodio 4 no hubo muchos).
Saludos