Hay que ver cómo nos gusta a los plumíferos la pirotecnia en los titulares. Eso, y hacernos trampas en el solitario a la vista de todo el mundo. “El ‘efecto Feijóo’ dispara al PP en el CIS”, encabezamos ayer y hoy 99 de cada cien medios, pasando por alto voluntariamente que hasta el que reparte las cocacolas sabe que Tezanos se saca los datos, si no de la entrepierna, por lo menos, de la sobaquera. El histórico de la comparativa de sus vaticinios con la realidad demuestra que el carísimo instituto demoscópico público español tiene un índice de acierto por debajo del de la escopeta de feria más chungalí. Claro que, como también tenemos certificado, los groseros fallos no atienden necesariamente a la incompetencia sino a la intención desparpajuda de arrimar el ascua a la sardina ideológica del señorito.
El resto del trabajo lo hacemos, insisto, los trasegadores de información al distribuir la mercancía averiada sin siquiera pasarla por el cedazo. Bien es cierto que también lo hacemos porque nos sirve para llenar de material gratuito de aluvión minutos de tertulia o centímetros de papel y/o pantalla. ¿Que hay que vender el ‘Efecto Feijóo’? Oiga, pues se vende acompañado de toda la fanfarria que sea menester, de igual modo que, cuando toque, correremos a proclamar que el tal efecto se ha estancado, se desinfla o, si es el caso, cae en picado. Ya se hizo, sin ir más lejos con el ‘Efecto Casado’, sin que la curva azul que subía y bajaba según le petaba al gran maestre del CIS pudiese confrontarse nunca con los hechos contantes y sonantes. Lo sorprendente, o quizá no tanto, es que el birlibirloque siga colando.
Este feijoo es mas suave pero tan falso o mas que el casado.
Su mensaje es contradictorio y populista para engatusar a ignorantes.
Ya lo vamos viendo, sus actuales propuestas no se han hecho en Galizia.
Al tiempo veremos su populismo
¡Pobres ciudadanos y ciudadanas! Qué atentos tenemos que estar, pues de lo contrario, entre el CIS, los sondeos pagados por intereses personales y/o partidistas con la garantía de que salga lo que el «pagador» desea, y la utilización de todo ello por «ciertos Medios» ( y para ser justo no digo «todos los Medios»), podemos caer en el engaño, y «comprar la moto» que nos quieren vender.
Ya ha pasado y seguirá pasando.
Parece que es inevitable, salvo que, como decía al comienzo: ESTEMOS ATENTOS y sepamos distinguir las mentiras de las verdades; lo falso de lo auténtico; lo que vale de lo que no vale; al que habla de oídas del que sabe de lo que habla; y muy importante… del que demuestra con hechos su capacidad de trabajo, y no sólo su valía para interpretar textos que escriben otros.
Eso del efecto Feijoo me recuerda al efecto Fairy, sólo que ese detergente quita las manchas y N.Feijoo sólo las tapa con una capa de demagogia y otra de desodorante barato. El PP de Feijoo es el mismo de Fraga, el de Aznar, el de Rajoy, el de Casado y el de Diaz Ayuso, o sea un seis en uno. Y es tóxico, sobre todo si lo mezclas con el efecto Abascal