Como sabemos, la antigua Google, ahora Alphabet, no ha tenido la mejor de las relaciones con China, con censuras y hackeos como parte de dichas relaciones. Sin embargo, eso podría estar a punto de cambiar, al menos sobre el papel.
La clave está en la reestructuración que Alphabet ha traído consigo. El pasado miércoles, el cofundador de Google Sergey Brin ha dejado claro que las diferentes divisiones de Alphabet (o, visto de otra manera, las distintas opciones de negocio bajo ese paraguas) podrán elegir en qué país establecerse, de acuerdo al mercado que quieran explotar. No deja de ser interesante mencionar cuándo fueron realizadas estas afirmaciones: con ocasión de un evento del «Project Loon» de Google, que busca facilitar el acceso barato a internet a regiones rurales poco accesibles, con la ayuda de globos aerostáticos.
La propia China, según Brin, estaría interesada en utilizar dicho proyecto para hacer llegar internet a áreas rurales muy apartadas y densamente pobladas; lo que coincide, al menos en el tiempo, con los rumores que colocan a Google intentando volver a China con una versión modificada de Google Play, adaptada a los requerimientos de control (censura) del gobierno chino.
Dado el rápido crecimiento del mercado de smartphones en China, así como el incremento de consumidores online de ese país, está más que claro que Google debe encontrar una manera de volver a ese enorme mercado.