El nudo catalán

Marçal Sintes no se corta en su columna en El Nacional cuando califica, ya en el titular, de “relación tóxica” la que mantienen ERC y el JxCat, y hace responsable del enfrentamiento sangrante que observamos al “factor humano, la incapacidad de unos y de otros de controlar sus emociones”. Sintes reclama un nacionalismo pragmático: “Lo más lógico: la formación de un ejecutivo independentista que gobierne con eficacia y al mismo tiempo evidencie la necesidad de un estado propio”, y recuerda que “los catalanes concedieron a los dirigentes independentistas, con más voluntad que entusiasmo, la última oportunidad”.

Un temazo

Ni el fin del estado de alarma, ni los muertos diarios por el coronvirus, ni mucho menos el nudo catalán o las elecciones madrileñas tienen que tapar el temazo que protagonizan Esperanza Aguirre y su marido, Fernando Ramírez de Haro. Después de que el hermano de este último, Íñigo, diplomático de profesión, para más lustre, les denunciara por apropiarse de un cuadro de Goya y defraudar a Hacienda, ahora les acusa de “apropiarse de subvenciones millonarias de la PAC”. En concreto, de desviar a una empresa del marido de Aguirre “subvenciones de centenares de hectáreas que la familia comparte” (Eldiario.es).

Antinatural

Incluso sin Esperanza Aguirre, José María Aznar, Luis Bárcenas o Rodrigo Rato, el PP lograría parecer apetecible, a mi juicio, por una decisión política básica y recurrente en ese partido: sus habituales ministras y ministros millonarios. Una élite económica absolutamente alejada de la sociedad y de la realidad de la mayoría de las personas que pagan su sueldo y sus decisiones. Si, además, sumamos a las y los mencionados al principio, el ascómetro se dispara. Y hay que mencionarlos, por desgracia y por sus propios deméritos: “Anticorrupción sostiene que Rato ocultó 77 millones en una sociedad ‘offshore’ de Luxemburgo” (Vozpópuli).

¿Por qué?

No es la primera vez que Yolanda Díaz dice que “la legislatura empieza ahora” después de haber sido designada vicepresidenta segunda por Pablo Iglesias (los círculos, si eso ya eso). Me sorprende esa insistencia, esas ganas por que quede claro que hay una nueva etapa en el gobierno español, ya sin el líder de Podemos y con la ministra de Trabajo eclipsando a Montero y Belarra. No solo eso, según República.com, la propia Díaz ha aclarado que ella y Pedro Sánchez “están más unidos que nunca”. Visto todo lo visto, Iglesias ha sido especialmente malo eligiendo, nombrando y tratando a sus lugartenientes.

No

En ninguna hagiografía y en ninguna crítica de las que se han publicado desde que Iglesias anunció que lo dejaba, en la noche electoral del 4-M, he leído algo sobre su “especialidad” en elegir mal a su entorno político pese a que, a mi juicio y por diferentes motivos, salta a la vista. Lo que sí he observado es mucha victimización: no niego ni una sola de las denuncias del matrimonio Iglesias-Montero y las rechazo todas, pero en una España que ha sufrido a ETA, poner a Iglesias en la cúspide de los amenazados me parece mucho poner. Y en Euskadi, donde anónimos han sufrido ataques por enfrentarse a recaudadores y mafiosos, también.

Ni soberana, ni unida, ni íntegra

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Mariano Rajoy lanzó ayer el siguiente tuit: “La bandera de España, la de todos, simboliza la nación, representa valores constitucionales y es signo de soberanía, unidad e integridad”. Y solo pude pensar en una cosa: España no es soberana (está en manos de quien le ha prestado el dinero en Europa), no está unida y, bueno, sus máximos representantes, jefatura de estado y de gobierno, no pueden presumir de entornos íntegros, precisamente.

¿Fusilamos a Rajoy?

En medios como ‘Abc’ han tratado el tema con una frivolidad inusitada. En otros medios, como ‘La Vanguardia’, lo enfocan un poco mejor poniendo el acento en la provocación que siempre busca Íñigo Ramírez De Haro, que en su última obra de teatro anima a fusilar a Artur Mas. La idea, insisto, en la derecha ha hecho mucha gracia, una gracia que, seguro, si en vez de Artur Mas habláramos de Rajoy o Felipe VI, no verían.

La comunicación que enriquece

“Telefónica ganó 4.577 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 69,6% más que hace un año”. En ‘Vozpópuli’, además, explican las razones: el tirón de Hispanoamérica y el crecimiento del volumen de negocio, otra vez, en España. Cada vez que tuitean algo revolucionario, ven en la televisión un programa que llama al levantamiento contra el gobierno, o hablan por teléfono con su madre, quien gana es el mismo: Telefónica. Y mucho.

La comunicación que emociona

Todos somos un poco David Herranz. A este fotógrafo le robaron el domingo pasado su equipo, valorado en 11.000 €, y sus amigos decidieron lanzar una campaña en Internet para ayudarle a reemplazarlo. Para un autónomo como él, un robo así es un desastre absoluto. En solo 24 horas consiguieron más de 6.000 € y, lo que es más importante, revertir la situación y convertir un robo en algo emocionante: todos nos unimos contra los sinvergüenzas.

Eskerrik asko, Aduriz!

100 goles, dos regresos y el reconocimiento de toda una afición. Así podemos definir a Aritz Aduriz, a quien un amigo mío señala como “el tío más del Athletic que hay ahora mismo en el equipo”. El delantero se ha ganado con goles, con talento y con trabajo el cariño y el respeto de los Athleticzales… Y más allá: en Twitter veíamos ayer felicitaciones y aclamaciones para un jugador que merece estar en la corta lista de leyendas del Club.