En su «debe»

En los últimos años, cuando hemos hablado de quienes rompen consensos básicos en España hemos hablado de Vox: los derechos de la ciudadanía, conseguidos después de años de lucha y concienciación, han sido puestos en duda cuando no cercenados. Ahora, en Euskadi, cuando hablamos de consensos básicos e importantes rotos, tenemos que hablar de UGT, que no tuvo en cuenta el derecho de cualquier ciudadana o ciudadano vasco a dirigirse a un policía en el idioma en el que más cómodo se sienta, y por eso denunció el requerimiento del euskera para el acceso a una plaza. Celebrar la sentencia favorable retrata al sindicato y no para bien.

A mí sí me vale

Alberto Pérez en Vozpópuli, como muchas y muchos otros comentaristas on-line, sin más argumentos que sus fobias, ha criticado duramente el discurso de Elisa María Lozano, la alumna que recogió su reconocimiento por el mejor expediente en la Complutense y aprovechó su minuto en el atril para explicar en qué bando estaba y por qué. No usó un solo insulto (el único calificativo a Isabel Díaz Ayuso fue “pepera”). Dado el nivel de los discursos de la política y el periodismo actuales, solo puedo defender a Lozano que, con todos los errores propios de la juventud y solo un par de minutos, ha picado a toda la derecha española.

¡Pero si estuvisteis en Cibeles!

Hay que tener la cara muy dura para ser del PP. Carlos Iturgaiz lo demuestra cada día que sale a hablar de supuestos casos de corrupción de otros partidos siendo, como es y era, del PP de Bárcenas y el resto de tesoreros imputados. Y también lo demuestra Alberto Núñez Feijóo cuando tuitea esto: “Condeno los insultos y las amenazas de todos los que no respetan la libertad y la convivencia”. No se refiere a quienes insultaban y amenazaban en Cibeles el sábado, unos cuantos, “nostálgicos” del franquismo de aquella libertad y aquella convivencia, sino de los ataques a Ayuso en la Complutense. Qué jetas, joder, qué jetas.

Los panas

No hay que irse a la extrema derecha para darse cuenta de que los insultos y la falta de respeto salen de la bancada diestra: Toni Cantó, que hizo campaña por el PP y fue premiado con la oficina del Español de la Comunidad de Madrid, ahora se ha pasado a presentador en una cadena que pretende ser la referente de esa España rancia de derechas. Uno de sus últimos chistacos ha sido este: “Arrestada en EE.UU. una intérprete de signos que se inventaba el lenguaje. ¡Qué estrictos! Aquí se inventan el bable y no entran en prisión: reciben millones de euros”. No hay más tonto que quien no quiere entender. Comprobado.

En la media

Twitter está despidiendo al 80% de la plantilla y en Twitter España el propietario del juguete se ha limitado a mantener el ritmo: “El ERE ha alcanzado a 24 de los 29 trabajadores y se hará efectivo el 8 de febrero. Eso sí, se han ido con una indemnización de 33 días por año trabajado” (El Confidencial). 29 trabajadores ya eran pocos y a las y los cinco que queden va a resultarles imposible sostener la oficina que, no nos olvidemos, no garantizaba la libertad de expresión: su trabajo es captar anunciantes y mantener un mínimo de reputación por medio de relaciones públicas. Musk ha decidido prescindir de eso.

«Z» de «zurullo»

La denuncia del director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco es, sin duda, el tuit más importante de los que lanzaron ayer políticos y políticas u opinadores y opinadoras en Euskadi: “Así amanece hoy el almacén de Lezama de la asociación Ukrania-Euskadi. Los autodenominados ‘antifaxistak’ enseñan una vez más su verdadera cara fascista”, escribió Xabier Legarreta junto a la foto de unas pintadas con el símbolo comunista y la letra “Z” manchando, incluso, la bandera del país invadido. Nos sobran quienes, spray en mano, hacen de su vida y de la de los demás un mojón.

La misma mierda

Los representantes de Vox que acompañan sonrientes a Marine Le Pen son de la misma calaña que quienes se entretienen en hacer pintadas fascistas para perseguir y señalar a quienes huyen. La líder de la extrema derecha francesa, recordémoslo siempre que sea necesario, se ha mostrado en repetidas ocasiones muy próxima a Vladímir Putin y a sus ideas sobre política internacional. Y si no lo hace últimamente, incluso eliminando fotos que iba a publicar, solo es por las elecciones que perdió, una vez más, el pasado domingo. Que Vox abrace a la extrema derecha europea y proputinista no es nuevo pero sigue siendo significativo.

Que se vayan al guano

Otros que se confunden entre los más confundidos (quienes creen que defender a Putin es hacerlo a los valores comunistas) y quienes más interesados están en confundir (la extrema derecha, de toda la vida) son esos que acertadamente señala Javier Vizcaíno en su tuit: “Las/los de ‘Ni Putin ni OTAN’. Los/las de ‘Ni Macron ni Le Pen’. ¿Se dan cuenta de que ya están optando? Por Putin y por Le Pen, claro”. Esto es muy sencillo: entre un nazi y cualquiera, cualquiera. Luego ya resolveremos lo que surja. Quienes no tengan claro un axioma tan sencillo y no distingan a un facha cuando lo ven, se pueden ir al guano.

Atufar, atufa

Entre este titular en República.com: “Rusia exige a EEUU el fin de la entrega de armas a Ucrania: ‘Está intentando agravar la situación’”, y quienes van de pacifistas (después de haber apoyado abiertamente a fascistas o negociar con ellos directamente puestos en las listas y escaños en Madrid) pidiendo al mundo que no arme a Ucrania, ¿qué diferencia hay? Ahora Putin, además de pisar al pueblo ucraniano por el morro, les ha pisado el argumento: quien arma a las y los ucranianos solo agrava el conflicto y el pueblo invadido no tiene que oponer resistencia a la voluntad del Kremlin. Y ahora, ¿qué?

La “cagadita”

Piqué lo ha hecho todo mal en su affaire con la RFEF y Arabia Saudí menos una cosa: ganar dinero. En eso ha sido el mejor, como en dejarse arrastrar por Williams en San Mamés: insuperable. Pero, igual que en aquella mítica carrera del delantero del Athletic, ¿cómo ha quedado el central del Barça? Pues simplemente como lo que es: un tipo que se cree muy listo (y guapo) y que gana más dinero porque tiene menos escrúpulos que una persona normal (y ahí está su contrato “creciente” con el Barcelona para demostrarlo). Todo este asunto feo, por cierto, está dejando también muy mal a la prensa servil al Barça.

Todo

Todo fue propio de un esperpento en el Congreso de los Diputados la tarde del jueves: el transfuguismo de los de UPN, el error en la votación del diputado del PP, Alberto Casero, y el inicial de Meritxell Batet al contabilizar y anunciar el resultado. Podemos llamarlo esperpento, sainete o entremés: la política española ha demostrado una flexibilidad inesperada para retorcerse innecesariamente porque, al final, todo termina como siempre. Nada nos sorprende en las formas y los fondos de UPN, en las trampas del PP ni en su abrazo con Vox, ni nos sorprende ya la suerte de Pedro Sánchez, el más iconoclasta saliéndose con la suya.

Nada

Jaume Asens no ha entendido nada y lo peor es el motivo: porque no quiere entenderlo. “Esta tarde por unos segundos ha ganado el ‘no’ pero solo se han levantado a aplaudir PP y VOX. ¿Por qué los demás partidos que han votado contra la reforma no han celebrado su victoria?”, tuiteaba el de Podemos. Y seguro que sigue creyendo que su pregunta es pertinente, como si quien celebraba algo no celebrase un cambalache injustificable, como si no hubiese oído los discursos de Esteban o Rufián, o como si el Congreso fuese un circo. Es difícil mostrar una mirada tan corta en solo un tuit, pero Asens lo ha logrado holgadamente.

El PSN, mal

Anda Endeko Andueza dejando recados a Andoni Ortuzar y al lehendakari, como si su partido fuese el PSOE y este no tuviera nada que ver con el PSE… O con el PSN, que fue el que accedió a un trato con UPN a cambio de unos votos que, para colmo, no se dieron. Ramón Alorriz explicaba en Twitter que ellos sí habían “cumplido” con los de Navarra Suma, a lo que Xabier Lapitz respondía con acierto: “Pues hablar claro es de agradecer. Lo del intercambio es un cambalache que dice muy poco de PSN y de UPN. De hecho contribuye al descrédito de la política”. Efectivamente, de esto último es de lo que hablamos.

UPN, peor

Javier Vizcaíno también tuiteaba con una claridad indiscutible: “Adanero es un vividor. Tipo simpático, sin duda, pero un jeta del quince. Espero que hoy sea el principio del fin de su carrera. Y a ver de qué vive. Lo de Sayas es peor. Mala persona sin matices. Lo peor de lo peor de la política”. Ambos demostraron de qué madera estaban hechos mintiendo a su partido, dando la espalda a un acuerdo, sorprendiendo en la votación y volviendo después a sus despachos. No puedo ni imaginarme la situación ni la cara dura que hay que tener para provocarla. Si algo aprendes en política es que el camino es más largo que ancho.

Va de esto

La jugada del PP, de la mano de Vox, con la colaboración necesaria de UPN y la sorpresa desagradable de Alberto Casero, es una jugada perdedora. Y el resultado de la votación es lo de menos. En este caso, en el medio elegido va el mensaje: destruirlo todo como sea. “Entre lo de ayer del Congreso y lo de Lorca hay más en común de lo que parece. Hay partidos que están intentando derrocar a los gobiernos de izquierdas a golpe de deslegitimar la democracia y sus instrucciones. Jugar al descrédito y a la legitimación del todo vale por obtener el poder”, tuiteaba Verónica Fumanal. Jugadas que se suman a las anteriores.

«Figura estelar»

No puedo añadir nada a la columna de Javier Vizcaíno sobre Mikel “Antza” Albisu del pasado fin de semana: a mí también me provocó tristeza ver que en Euskadi sigue existiendo presión para mezclar a verdaderos intelectuales con otros más dudosos y, entre todos, que parezca que son multitud quienes apoyan al que fuera jefe de ETA. Personalmente, estoy mucho más cerca de las víctimas, como Iñaki García-Arrizabalaga: “Me parece que la chulería de Martín Villa tiene muchos rasgos comunes con la chulería de Mikel Antza. Cada uno con su estilo propio, pero los dos sugiriendo un ‘aquí estoy yo, figura estelar, y que, por mis cojones, no me toquen’”.

“Una sociedad caprichosa”

Pello Salaburu habla de “sociedad caprichosa” pero yo creo que más bien se trata de una sociedad “infantilizada” que, entre todos, medios de comunicación, incluidos, hemos construido. Y con estos mimbres hacemos cestos que podemos llenar de tontos, como quien “se ríe de los millones de torturados y asesinados en los campos de concentración. Comparaciones que banalizan el mal absoluto”. Así continúa su tuit, que ilustra con la imagen de alguien que pone al mismo nivel la vacunación contra el coronavirus con el nazismo. Quien es capaz de hacerlo y de aplaudirlo, se autorretrata y guapo y listo, no sale, precisamente.

“Impresionante”

En las sociedades infantilizadas viven los individuos incapaces de renunciar temporalmente a una parte de sus derechos (la mayoría, sin embargo, sí lo hemos hecho porque entendemos lo que es la solidaridad y un objetivo común) podrían pasarse un rato por China, donde la libertad es algo permanentemente supeditado al régimen: “Impresionante este campo de cuarentena que China construye a lo largo de una autopista de Anyang, en el centro del país. No parece que vaya a abandonar la estrategia de Covid Cero con estas infraestructuras, aunque sean temporales”, nos muestra Zigor Aldama en Twitter.

“Se venga”

Estamos tan pendientes de las fiestas de Boris Johnson que casi nos olvidamos de que ha llegado la fecha en la que el Prime Minister pretende acabar con una de las instituciones del Reino Unido: “Boris Johnson, a punto de eliminar al completo el canon de la BBC, que supone tres cuartas partes de su financiación. Si lo logra, habrá destruido la mejor televisión pública de la historia. Se venga por, a su entender, haber mantenido una postura proeuropea ante el Brexit”, tuitea Héctor Llanos. Parece que, de momento, ese canon se congelará, lo que es un evidente intento de presión a un sistema audiovisual modélico.

“Sensacionalistas”

La sociedad infantilizada de la que formamos parte no se explica sin unos medios infantilizantes. ¿Qué fue primero, el comportamiento de la ciudadanía o la oferta informativa? Realmente, da igual: es evidente que Internet nos ha idiotizado como personas y como periodistas (y lo dice uno que escribe únicamente de lo que ve on-line), y el último ejemplo de momento es el de la cantidad de noticias sobre un segundo temporal de nieve previsto por un método acientífico y que, como es evidente, no se ha dado. Que sí, que de algo hay que hablar más allá del covid, pero o nos ponemos serios o no tendremos donde ponernos.

En diferido. La venganza

Lo que temíamos se ha ido cumpliendo paso a paso, como en un thriller bien hilado del que intuyes el final pero con el que disfrutas viendo que la historia ratifica todas tus deducciones. Así, la luz se ha disparado, el gobierno español ha reaccionado tarde, las eléctricas reaccionaron rápidamente y con amenazas, y finalmente confirmamos que la idea de este gobierno para frenar la escalada de precios es la misma que la de sus predecesores: diferir el ahorro actual a momentos en los que creen que la materia prima bajará de precio. Nada nuevo bajo el sol: el sistema prevalece y realmente no importa quien gobierne.

Homófobos señalados

La eurodiputada navarra por Podemos, Idoia Villanueva, señalaba debidamente la homofobia por acción u omisión en España: “El Parlamento Europeo aprueba con 387 votos a favor que las familias y parejas LGTBI tengan reconocidos los mismos derechos en todos los países miembros de la UE. PP se abstiene. Vox vota en contra. Se comenta solo”. Volveremos a ver el logo del PP fundido con la bandera arcoíris, escucharemos a Díaz Ayuso hablar de libertad y a Casado, de derechos, pero la realidad es que en el PP no les gusta la igualdad ni siquiera como idea. Lo de Vox no sorprende, pero sí sirve de recordatorio.

Podemos sí puede

Mientras las eléctricas nos mean encima con la luz encendida y, en Catalunya, Aragonès desprecia el diálogo con Turull y Sànchez, en el Congreso se ha montado otro trifachito: “PSOE, PP y Vox rechazan que el Congreso investigue todo el dinero público que se invierte en la Familia Real” (InfoLibre). Lo más curioso de esta noticia que no sorprende a nadie es que Podemos se sumara a la lista de formaciones que “solicitaban crear una comisión para investigar todos los gastos imputables a las arcas públicas”. Pero, ¿Podemos no está en el gobierno? Entonces sí puede señalar e incluso parar todo lo que se sufraga desde los ministerios a la Casa Real.

Ay, la oposición

Podemos quiere ser oposición y gobierno, y eso es imposible, como bien saben en Bildu. No es menos cierto que en los últimos años, entre recuperación económica y pandemia, ha sido más fácil criticar que gestionar, y seguirá siéndolo durante la nueva recuperación postpandémica. Al respecto de la labor de los oportunistas, Imanol Lasa recuperaba en Twitter las palabras de Daniel Innerarity a Javier Vizcaíno para que resuenen: “Ciertos partidos de la oposición no han sido capaces de resistir la tentación de aprovechar esta crisis para conseguir lo que no logran a través de la competición política normal”.

Manda el prestamista

Desde que se repartió la pasta hemos visto dos noticias sobre el CVC y las dos, preocupantes: primero, su intención de retirarse en menos de 10 años (aunque el acuerdo abarque 50) y traspasar la deuda a Goldman Sachs. Y ahora, según Vozpópuli, “presiona a La Liga para que reduzca su control sobre el gasto de Madrid y Barça”. Evidentemente, el prestamista quiere que quien se ha llevado su dinero tenga recursos suficientes para devolvérselo, y si para eso tiene que influir en que otros miren para otro lado, lo hará sin que le importen las consecuencias como una liga con dos equipos con aún más ventaja.