Robo de Estado por enfermedad

Si no perdemos de vista el axioma sociológico “El Gobernante es enemigo natural del Pueblo”, comprenderemos sin dificultad lo presto que se muestra para cometer toda suerte de ilegalidad contra la mayoría social en beneficio propio, importándole poco o nada, el respeto a la ley, que dicho sea de paso, está hecha por y para quienes gobiernan de verdad: las élites extractoras. De modo que, la población, navega sin saberlo entre Escila y Caribdis, pues si malo es que los gobernantes criminales se salten la ley a la torera, no nos va mejor cuando se esfuerzan públicamente en hacerla cumplir a rajatabla.

Que en pleno siglo XXI una persona trabaje para otra, ya me parece vergonzoso; pero al margen de esta particular apreciación radical, hoy el trabajador, empleado, asalariado, autónomo si se prefiere la expresión, además de a la explotación directa laboral se ve expuesto a otros procedimientos indirectos que actúan a través del mercado, donde los desgraciados no perciben cómo las élites extractoras cuentan con ellos fuera de las cadenas de montaje, de las fábricas, de los talleres, de las oficinas, de los almacenes, de las obras…gracias a la transformación del ciudadano en consumidor, para extraerles de nuevo el mayor beneficio al menor coste durante su tiempo de ocio, por medio de modas culturales estériles, en su propio hogar introduciéndoles mobiliario basura coherente con la birria de vivienda que se le vende, en su alimentación de supermercado donde la mierda compite con el veneno en averiguar cuál perjudica más, y ahora, por lo que se ve, queda evidenciado que lo mismo ocurre cuando el trabajador se pone enfermo.

Esta desalmada realidad, que hasta la fecha, sólo era bien conocida por las gentes de países empobrecidos que veían como sus familiares se morían sin remedio de enfermedades tratables en Occidente por falta de recursos económicos, gracias a la Gran Estafa Internacional, empezamos a experimentarlo aquí, como lo prueba la situación angustiosa en que se encuentran los 700.000 afectados por hepatitis C, que existiendo desde hace tiempo un remedio con una efectividad superior al 90%, no pueden acceder a él de forma individual dado su coste de 90.000 euros, más tampoco parece que su administración por parte de la Seguridad Social esté garantizada, al menos, mientras quienes gobiernen se empeñen en cumplir las leyes internacionales que castigan la producción genérica de un fármaco que cuesta casi 1000 euros la pastilla.

Estamos al corriente de la complejidad que implica cualquier reflexión sobre el reconocimiento del esfuerzo científico-empresarial que hay tras los precios de los medicamentos, perspectiva asumible desde una posición liberal moderada. Pero nunca, cuando la circunstancia es extrema como la de los afectados por hepatitis C, momento en que todo aspecto mercantil debe ponerse entre paréntesis, como le sucede a un terreno privado ante una expropiación o a los Derechos Humanos en periodo de Guerra. Y es llegados aquí, que la gente se indigna, porque dándose los indicadores suficientes para que el Gobierno declare al dichoso medicamento “Bien de Emergencia Nacional” en lugar de dar la orden de ponerlo a producir en los laboratorios militares que tenemos al efecto, se empeña en cumplir la ley internacional que protege la patente, o en el mejor de los casos, anuncia una negociación sin demasiada convicción con la farmacéutica. Pero hay otra forma de hacer las cosas y hasta de negociar con la industria criminal como han demostrado con el SIDA la India, Sudáfrica o Brasil, que no titubearon en despachar los retrovirales con la misma soberanía con que sus bancos centrales emitían moneda.

Tratándose de una enfermedad mortal que afecta a varios miles de ciudadanos, de un medicamento imprescindible para su supervivencia inmediata, de un precio desorbitado para el paciente y demasiado elevado para las arcas del Estado, estaría más que justificado que Rajoy tomara una medida semejante y si no lo hace, es porque tanto él como sus ministros obtendrán mayor beneficio económico cumpliendo la ley internacional de las patentes que protegen a la Industria Farmacéutica, que pasársela por el forro de los cojones, como hace con todo lo demás para defender la vida de sus ciudadanos.

Muy comprensiblemente, la primera reacción del Gobernante Criminal, ha sido procurar impedir con todos los medios a su alcance que una eventualidad como la hepatitis C, detraiga los recursos presupuestados para la corrupción política-institucional; sobrepasada esta primera resistencia, su estrategia ha consistido en dilatar lo más posible dicho contratiempo; únicamente, cuando los afectados se han mostrado dispuestos a luchar por sus vidas, ha anunciado que, algunos de ellos, van a recibir en breve el tratamiento, sufragado por el Ministerio de Salud central y no por las CCAA que tienen trasferida la competencia. ¡Curioso!

¡¡Curiosísimo!! Los mismos que andan mirando el céntimo en el gasto con la excusa de la deuda, se muestran repentinamente generosos en el pago de esta gravosa factura, lo cual, me hace sospechar que se trata una vez más de una intrincada triangulación del beneficio.

Si España paga el medicamento milagro al precio que exige el laboratorio o si a caso tras negociar fuera la mitad, en vez de sacarlo por el precio sensiblemente inferior obtenido por las autoridades sanitarias de Egipto, estaríamos de nuevo ante un caso de Traición a la Patria, pues seguramente quienes dieran el visto bueno a pago tan canalla, de nuestra pérdida colectiva saldrían ganando una alta remuneración tras su salida del Gobierno en forma de acciones, nombramientos en consejos o mediante conferencias sobre salud pública sufragadas por la farmacéutica en cuestión. ¡Matémosles!

PoPó

A propósito de lo expresado por el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, durante un acto de su Partido en Sevilla en alusión a la formación Podemos que «se presentan como ‘Don Limpio’ pero en cuanto le pasas el algodón están cubiertos de suciedad, por no decir de caca», bien traída está la popular observación “Le llamó el burro al caballo orejón”, pues, si es de inmundicia política de lo que hablamos, el PP representa la mayor de las letrinas del Reino cuya pestilencia parece despacharse a gusto al indecente grito de ¡Agua va! arrojado impúdicamente desde las ventanas de Génova a la vía pública sin el menor cuidado ¡de todo! menos agua pura y cristalina, bautizando a la despistada ciudadanía con sus más indecentes desahogos, como el referido.

A caso por ello mismo, con su atronadora intervención, desde su particular trono mediático, Rafael Hernando, no pretendía tanto señalar el chorongo en taza ajena, cuanto reclamar para si, la competencia en la materia y en consecuencia, en mi calidad de autor de “Memorias de un retrete y otros escritos cochinos” ensayo acerca de la relevancia metafísica de la mierda y la importancia filosófica del pedo, no puedo más que juzgar del todo oportuno y ajustado a derecho en fechas tan señaladas, otorgar a su figura y cuanto representa, el distintivo título de “Cagador” del belén Nacional.

No obstante, me veo en la imperiosa obligación de reprobar obrando de oficio sin beneficio, el equivocado uso de la palabra “caca” como eufemismo del término genérico “Mierda” por parte del Gran Cagador, Rafael Hernando, y aún más si cabe, del reproche igualmente errado con el que ha sido contestado por Pablo Iglesias con “ A algunos dicen caca porque les da vergüenza decir mierda …” pues vaya para ambos la advertencia de que ahí donde la tienen, la voz “Caca” es un cultismo que viene del Griego “Kakos” que significa (Mal, malo) de donde procede que le digamos “caco” al ladrón, que lo que suene mal sea “Cacofónico” que al malo de los malos infantil sea el coco y así también se explica por traslación fonética de la “C” a la “G” que en castellano “caguemos” y no “mierdemos”, si bien, todo hay que decirlo, la propia “mierda”, no es menos culta que digamos, pues procede el Latín.

Esta falta de consideración para la palabra “Caca” tanto por parte del portavoz del Partido del Gobierno como por Pablo Iglesias quien ostentando el cargo de el Secretario General de Podemos habría de tener presente que “Secretario” está estrechamente relacionado con el “Excremento”, seguramente se deba al parvulario eslogan de rebeldía “¡Pedo, culo, caca, pis!” con el que los niños tratan de flanquear la barrera idiomática tabuada de los mayores en un primer paso hacia la Libertad de Expresión recogida en la Constitución, donde las dos primeras voces “pedo” y “culo” han alcanzado claramente un estatus separado de su impronta infantilista de “felipe” o “Pompis”, mientras las dos últimas “caca” y “pis” parece que todavía no obtuvieron la seriedad necesaria como para pasar al acervo adulto, aun cuando se elevaron respecto a sus precedentes de “pipí” y “popó”. El asunto debería hacernos reflexionar sobre cuál ha sido el motivo decisorio para que una palabra tan culta como “caca” se haya quedado entre los hablantes como un término infantil y no haya triunfado en el vocabulario de los mayores. A este respecto, yo no detecto otra variable que dé razón de ello que ser bisílaba replicante como le sucede a “Mamá”, “Papá” o Tata” que procuramos no utilizar en público pasada cierta edad.

Tomando en cuenta lo comentado, no me explico cómo ni por qué, Rafael Hernando, portavoz del Partido Popular, siendo miembro de una formación que fonéticamente es pronunciada con un bisilábico replicante que suena (pepé) y en siglas se refleja como PP, se haya decantado por emplear la voz “caca” en lugar de “popó”. El susodicho podría refugiarse in extremis en el excusado de que “caca” es una palabra más culta que “popó” a decir de los diccionarios que atribuyen a esta última un origen onomatopéyico, mas a mi entender, de ser así, mejor le correspondería en sonoridad la expresión “plof-plof” o “chof-chof” siendo para mi su raíz etimológica, la misma de la que participa el término latino “puppis” que todavía permanece desconocida para los lingüistas y del que deriva la palabra “Popa” cuyo significado, casualmente es, “parte trasera de una embarcación”.

Por consiguiente, me da a la nariz, que si, Rafael Hernando, ha dicho inapropiadamente “caca” en lugar del más adecuado “popó”, a falta de mejor explicación, debe tratarse del famoso fenómeno del lapsus línguae freudiano que ha dejado escapar lo pensado por el hombre sobre lo que le espera a la Comunidad Canaria (CC) con la prospección petrolífera de Repsol impuesta desde Moncloa por el gobierno de Rajoy.

Daniel ¡Te queremos!

¡Cada vez que una buena persona por su cuenta y riesgo transfiere de la potencia al acto una fantasía obsesivamente acariciada por la conciencia colectiva contra los símbolos del Poder opresor, antes que la ciudadanía en masa reaccione abiertamente mostrando su general simpatía hacia la causa y aún las consecuencias de su sorpresiva acción en calles, plazas y cafeterías brindando con champán repartiendo dulces entre los allegados, los Gobiernos criminales y las Instituciones corruptas, inmediatamente ponen en marcha los protocolos de desprestigio del personaje a través de los órganos de propaganda del régimen, consistentes en este caso, en transmitir la consigna de que, “la acción ha sido cometida por un individuo con problemas mentales”. Y ya huele a chamusquina que el problema mental de estos sujetos siempre salga a relucir con ocasión de la lógica reacción natural del animal humano ante quienes le procuran un gratuito daño continuo en sus sufridas vidas y nunca se plantee la posibilidad de que el problema mental, sea acaso, no reaccionar ante dicha realidad padeciendo sus males sin presentar la más mínima resistencia.

Bien sabe el Dios Santo y Misericordioso que cuando anónimos ciudadanos, habiéndose mostrado hasta la fecha de autos, vecinos pacíficos, probados trabajadores, responsables cabezas de familia, constantes pagadores de impuestos consumidores fijos e incluso ingenuos votantes, de la noche a la mañana sin que nadie pueda predecirlo, entran en una sucursal bancaria cuchillo en mano para degollar al director que le convenció con artimañas para invertir todos sus ahorros en preferentes; allanan a punta de pistola el domicilio particular de un corrupto para secuestrar a su mujer e hijo con intención de que confiese dónde está el dinero; o como en el reciente caso protagonizado por una persona encantadora como Daniel Pérez, empotran contra la sede de un Partido Político su vehículo cargado de explosivos jugándose la vida…ciertamente tienen problemas mentales, mas no por haber atacado a sus enemigos, cosa que me parece de lo más cabal, sino por haber padecido de ellos su perpetuo hostigamiento en forma de despido improcedente dejándole en la calle con dos bocas que alimentar; de paro estructural tras años de esfuerzo y formación sin haber podido cotizar a la seguridad social llegado a la treintena, ante las cartas del juzgado cómplice avisando del desahucio de su casa por el impago de la hipoteca, etc, situaciones cuya presión, angustia y estrés, sufridas desde la más flagrante injusticia, provoca desesperación en las mentes débiles, impotencia en los cobardes y profunda meditación en las conciencias más preclaras de la población, toda vez, han alcanzado la convicción moral de que la solución a sus problemas mentales, pasa por la acción directa contra los tiranos de nuestro tiempo, no sin percatarse que su sacrificio personal reportará beneficios a todos, menos precisamente a su persona.

Mas como quiera que la mayoría sufriente no reaccione contra el Poder opresor, confundiendo el pasivo aguantar con la activa resistencia, bien podría entenderse entonces que el destacado espíritu de sacrificio altruista de cuantos se inmolan física y socialmente en esta serie de actos lamentablemente puntuales, sea la característica que mejor distinga al demente de nuestros días en nuestra egoísta pusilánime sociedad, la cual, pese a todo su atolondramiento, todavía es capaz de emocionarse íntimamente con estos actos de entrega vital, creyendo que con ello salva su dignidad como pueblo. Pero no basta.

Si no sois capaces de mostrar vuestras dificultades para llegar a fin de mes por vergüenza, si sois incapaces de explicitar vuestro descontento por trabajar en algo que jamás hubierais deseado en condiciones deplorables, si escondéis vuestro enfado con vuestros amos por temor a que empeore el trato, si no tenéis valor para expresar públicamente vuestras quejas…al menos, sed dignos de nuestro Señor Jesucristo haciendo frente a la propaganda mostrando al mundo, como lo hago yo ahora, vuestra inmensa alegría por la Gracia divina de poder compartir la existencia y respirar el mismo aire bajo el cielo estrellado que nuestro hermano Daniel, quien por justicia y santidad padecerá el martirio por todos nosotros a manos del gobernante indigno. Y exclamad conmigo: Daniel ¡Te queremos!

Segundo volumen de Historia Oculta de la Masonería

Historia oculta de la masonería II (PDF)

Título: Historia Oculta de la Masonería Vol II
Autor: Nicola Lococo
Editorial: Masónica.es
Páginas: 280
Tamaño: 140 x 210 mm
ISBN: 978-84-943304-3-8
– Formato digital – PDF
Precio con IVA: 5 €
-Formato en papel
Precio con IVA 15 €

En estas fechas previas a los festejos propios del Solsticio de Invierno ha visto la Luz el segundo volumen de mi obra HISTORIA OCULTA DE LA MASONERÍA, cuyo Índice e Introducción publico a continuación como muestra de su contenido.

ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
ATLÁNTIDA
CHAMANISMO
Definición
Origen
Fuente de autoridad
Funciones del chamán
Religión y superstición
Formas de chamanismo
Elementos del chamanismo
Ceremonias y ritos
Técnicas y procedimientos
Lenguaje simbólico-gestual
MAGIA, CONOCIMIENTO Y RELIGIÓN
Origen de la magia
Los grabados
El juramento y el secreto
Formas de magia
Función de la magia
Fuente de autoridad
Elementos de la magia
Origen de la Religión
Formas de Religión
Funciones de la Religión
NEOLÍTICO
Sociedad agrario-ganadera Preliteraria
Sedentarismo y territorialidad
Primeros conflictos
Desarrollo y difusión de la cerámica
La religión en las sociedades preliterarias
Del Animismo al Politeísmo
Organización del Espacio-Templo
Organización del Tiempo-Calendario
Trabajo y Fortuna. El granero
Del chamán al sacerdote
Traducción de las creencias paleolíticas
De fuerzas naturales, a personajes sobrenaturales
De los conjuros a las plegarias
Del tabú al Mandamiento
De la prontitud a la Tradición oral
De la ofrenda al sacrificio
Del matriarcado al patriarcado
Sucesión al Trono
Ingesta del dios
Ritos de muerte y resurrección
La transmisión del Mal; el chivo expiatorio
EDAD DE LOS METALES
Edad del Cobre
Edad del Bronce
Sociedad Agrario-ganadera Literaria
Nacimiento de Estados e Imperios
Equilibrio entre poder regio y sacerdotal
Florecimiento del comercio
Instauración de la guerra
De la piedra al metal
De la Tradición oral a la escritura
Religión agraria literaria
Cosmogonía
Panteón
Mito
Funciones del mito
SUMERIA
Marco histórico
Religión
Cosmogonía
Panteón
Mitos
Sacerdocio
Arquitectura
EGIPTO
Marco histórico
Religión
Cosmogonía
Panteón
Culto a los animales
Ritos y ceremonias
Mitos
Himnos
Signos, símbolos y amuletos
Sacerdocio
Arquitectura
INICIO HISTÓRICO DE LA MASONERÍA
Imhotep
Set Maat
Amenhotep Hijo de Hapu
EPÍLOGO
BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

Si en el primer volumen recorrimos el entero Paleolítico para dar cuenta de la evolución humana tomando como hilo conductor su industria lítica, el dominio del fuego y la ingesta de carne, a fin de comprender la aparición de la Conciencia, la autopercepción del Yo, la organización social del grupo, el miedo a la muerte y la expresión artístico-simbólica de su cosmovisión, conjunto de creencias y tradiciones, propias de grupos cazadores-recolectores nómadas, ahora, en este segundo volumen, me propongo abordar el periodo comprendido entre el -10.000 y el -1.000 aproximadamente, lo cual, supone tomar algo de carrerilla desde el Mesolítico antes de adentrarnos en el Neolítico y en la Edad de los Metales, salvo la correspondiente al Hierro postergada a una siguiente entrega
Comparado con el lapso temporal anterior, pudiera parecer algo descompensada la división del trabajo, por la amplitud de aquella y brevedad de esta, máxime, si tenemos en cuenta que el territorio al que en esta ocasión circunscribiremos nuestra atención se limitará a Egipto y Mesopotamia. Sin embargo, atendiendo a que, en tan corto tramo espacio-temporal acontece la aparición de la agricultura y ganadería, la extensión de la cerámica, la metalurgia, la explosión demográfica, el desarrollo urbano con las primeras ciudades, la institución de la Guerra con los primeros ejércitos, las Religiones, la figura de Sacerdotes, los Reyes en organización social, la escritura, la rueda, la consolidación del comercio a grandes distancias, el dominio de la navegación, el control hidráulico con métodos de irrigación, la burocracia, los primeros Estados, los primeros Imperios… entonces, se constata que, lo perdido en extensión, se gana en intensidad y la tarea que hay por delante, no nos engañemos, es ingente.
Pero, tampoco hay que equivocarse. Y todos nos equivocaríamos si perdemos de vista que nuestro cometido responde a los intereses declarados en el título general Historia Oculta de la Masonería. La construcción del Templo Interior, no a los propios de un tratado de Historia convencional, ni a los de la fenomenología religiosa, la mitología o la egiptología, como tampoco el primer volumen respondía a los de la arqueología, o la antropología, como tampoco lo harán los volúmenes restantes en cualquier otro saber de cuyos datos me pertreche para exponer el propósito central de la obra. De tener esto presente, nos evitaremos disgustos mutuos, como los detectados vía correo electrónico, en algunos lectores quienes desde la indignación hasta la fina ironía, sin olvidar a los frustrados, alucinados y perplejos, se han quejado de que, en el primer volumen, no han hallado apenas nada de Masonería, percepción acertada y a la vez errada, nacida de lo que los curiosos clientes demandan y este autor ofrece, lamentable desencuentro espero poder enmendar con la siguiente aclaración: La obra completa, no tiene por título Historia Revelada de la Masonería, sino Historia OCULTA de la Masonería, de modo que, si ustedes entre líneas, párrafos y epígrafes, no encuentran nada que tenga que ver con la Masonería, no es que no esté, sino que no la ven dada su declarada esencia.
Sea entonces que en bien general de la obra y de sus intereses, en este segundo volumen que iniciamos, haya mantenido a nivel técnico todos los tratamientos expuestos en el primero en cuanto a claridad estructural de los temas, expresión de fechas, datos, autores, bibliografía, etc., empero, en lugar de conducirme por los motivos materiales de la industria lítica, los estilos de la cerámica o su dominio de la metalurgia entre otros, de los distintos pueblos y culturas que vayan surgiendo según avance el discurso, como cabría esperar se hiciera conforme a la dinámica anterior, he escogido una directriz que, aún necesitando de materiales para vehicular su contenido, los trasciende, a saber: la Religión, constructo que demostrados sus fundamentos naturalistas-animistas del Paleolítico, toma carta de naturaleza separada durante esta etapa distinguiéndose dos tramos: el preliterario de adaptación, traducción, conservación y transmisión del variopinto caudal cultural paleolítico a una sociedad agraria-sedentaria; y el literario, de consolidación y desarrollo de sus plenas facultades justificadoras del statu quo social, hasta alcanzar el estadio de Teocracia, colmando todos los nichos posibles abiertos por la especulación Teológica desde el politeísmo hasta el monoteísmo.
Mas, en ausencia de gravedad mental, para evitar que la reflexión sobre estos temas nos haga levitar sin retorno, los motivos materiales estarán presentes allá donde vayamos, procedimiento éste, que no será abandonado ni por un instante, en los volúmenes venideros, aquí observado en los utensilios del mago, los textos del sacerdote, pero sobre todo, en los edificios emblemáticos del periodo, cuales son, Tumbas, Templos y Palacios cuya pétrea materia importa más que su forma todavía , pues, refleja por si misma, el recorrido ideológico del emergimiento de la civilización: del miedo a la muerte nacieron las Tumbas; junto a las Tumbas se irguieron Templos y de los Templos nacería la Religión y junto a ellos se crearon los primeros Palacios, apareciendo la figura del Sacerdote-Rey.
Alcanzado este punto es preciso exponer mi integral planteamiento de partida, en lo concerniente al origen de la civilización, y las distintas culturas: en mi adolescencia racionalista, buscando conclusiones fidedignas, combatí la contradicción del pensamiento allí donde apareciera. Pero, a cada paradoja despejada, le sobrevenía una nueva aporía en un proceso descorazonador propio de Sísifo, hasta asumir, que acaso, la contradicción, tan ardientemente denostada, proscrita y perseguida por mi cual Saulo, era consustancial al pensamiento mismo. Desde entonces, sin necesidad de caerme del caballo, antes de eliminar una contradicción, miro por integrarla en la argumentación enriqueciendo la perspectiva antes de borrarla del horizonte de sentido. Es desde esta conciliadora postura, ecléctica si se quiere, que contemplo como complementarias, doctrinas aparentemente contradictorias como son en antropología la Difusionista, partidaria de un foco común desde donde se ha irradiado los distintos procesos culturales, verbigracia la sostenida por Atienza localizada en una cultura perdida en el tiempo y en el espacio, llamémosle Atlántida o Lemuria apoyada en las semejanzas de sus tradiciones, folclore, etimológicas, toponímicas, lingüísticas, arquitectónicas mitológicas… y la Evolucionista, partidaria de múltiples focos simultáneos acontecidos allí donde se han dado circunstancias parecidas, apoyados en la universalidad de una misma naturaleza humana que habrá ideado las mismas respuestas ante los mismos estímulos, problemas y necesidades, planteamiento de autores tan convincentes cuanto rigurosos son J. Diamon en su excelente ensayo Armas, gérmenes y acero, donde explica sin fisuras cómo se extendió la civilización desde Mesopotamia y más concretamente desde el denominado Creciente Fértil, y M. Harris cuya entera obra recomiendo para entender al género humano, prestando especial atención a la exposición de la Hipótesis Hidráulica donde se da razón del nacimiento del Estado en tiempos neolíticos, hasta alcanzar el grado de los grandes Imperios.
Porque, en mi opinión, biológicamente, provenimos de un mismo tronco común cuando se operó el cruce Cro Magnon-Neandertal casualmente muy cerca de donde la historia oficial sitúa la cuna de la civilización. Pero, a esta univocidad biológica, como hemos visto en el Paleolítico Superior, pronto le siguió una diversidad cultural, de modo que, entiendo posible, aconteciera miles de años después la concurrencia de, por un lado, la simultánea irrupción en varias partes del mundo de culturas cercanas a grandes ríos como son las del valle del Nilo en Egipto, las del Éufrates y el Tigris en Mesopotamia, las del Indo y el Ganges en la India o del Amarillo en China, asunto que tiene mucho que ver con el dominio del riego y distribución de agua —como demuestra Wittfogel— donde Mesopotamia tomaría la delantera cultural a las demás, debido a una flora y fauna más favorables a la domesticación, —como demuestra Diamon— que elevó sobremanera la natalidad, con ello la densidad de población, acelerando el sedentarismo, el proceso de urbanización, la complejidad social… Pero también, ¿por qué no?, de otro lado, la participación activa de un elemento ajeno al proceso principal, proveniente de una cultura aislada que hubiera evolucionado de modo independiente a las demás y que antes de desaparecer le dio tiempo a contactar con el resto, como propone Atienza y otros muchos investigadores. Para mí, son dos engranajes del mismo reloj de la Historia y en consecuencia, voy a hacer uso de los dos enfoques para avanzar en mis especulaciones.
Esta es la causa de que abra este segundo volumen con un epígrafe dedicado a la Atlántida y me haga eco de la hipótesis Difusionista, cuando, habiéndome declarado en el primer volumen firme partidario del Emergentismo materialista, como no podía ser de otra manera, el grueso del texto se conduzca por vías evolucionistas, pues en esto que nos ocupa, como en tantas otras cosas, aunque siempre es deseable una explicación para cada hecho, no tiene por qué ser sólo una la explicación y menos todavía, siempre la misma para todos ellos.
No quisiera, empero, pasar página a la introducción de Tumbas, templos y palacios, sin dar las gracias a Ana Apellaniz, por su presente labor revisora del texto y sobre todo, por los ánimos siempre dados para que profundizara en mis intuiciones e investigaciones de las que ha sido partícipe desde sus más tiernos inicios.

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