Hace unos meses hable de los plagios, algo demasiado extendido por el mundillo del diseño. Recientemente he hablado de los concursos de diseño, y su finalidad de comprar barato y vender caro. Hoy me llega la noticia de otra convocatoria de diseño. Se trata del cartel de carnaval en la localidad de Benalmadena, dotado con la impresionante cantidad de 300€.
La concejala de turno ante la maravillosa obra ganadora no dudó en alabar al creador de tan soberbia muestra de diseño contemporáneo «un joven artista benalmadense que nos ha brindado para este concurso una obra cargada de simbolismo y originalidad…».
No le negamos el simbolismo, pero tenemos ciertas sospechas en cuanto a su originalidad. Sobre todo después de ver esta obra del artista danes Christian Flensted.
Después de que la noticia corriera como la pólvora por la redes sociales, el ayuntamiento retira el cartel y entrega el premio al segundo clasificado, que por lo visto era menos simbólico pero mas original.
Se destruyen los carteles ya impresos, la concejala se justifica diciendo que las bases eran «muy abiertas», y que «el jurado no tiene por qué saber si había un cartel parecido o no». Se evita una demanda por infracción de propiedad intelectual, y el próximo año se volverá a convocar un concurso buscando obras simbólicas (y originales).