Retomo el tema original de este blog con el nuevo juguetito que acaba de lanzar Apple al mercado, el iPad supervitaminado, también conocido por iPad Pro.
El universo de Apple no deja de crecer y de sorprendernos, aunque esta vez la sorpresa llega por la evolución en un camino desechado y desdeñado por su fallecido gurú, Steve Jobs. El lápiz tactil hace su aparición en el universo de la empresa de Cupertino, a pesar de que en 2007 se burló de él, en una presentación de productos, el añorado CEO de la marca.
Siempre he pensado que el condicionante principal para desechar los dispositivos móviles como herramientas para el diseño a nivel profesional es su sistema operativo, y hasta ahora el tiempo me ha dado la razón. No conozco ninguna herramienta para IOS o Android que se acerque a las prestaciones de las desarrolladas para Windows o Mac OS. Por lo tanto, cualquier portátil, o Mac Book está más preparado para el diseño que la más potente de las tablets.
Aún así, no descarto que en un futuro los desarrolladores de software se vuelquen en este tipo de productos y pongan en el mercado aplicaciones verdaderamente profesionales. Mientras tanto, no entra en mis planes esta supertablet.
En cuanto a las prestaciones, con su impresionante pantalla de casi 13 pulgadas se convierte en un claro objeto de deseo para todos aquellos enamorados de la marca que deseen cerrar (de nuevo) el circulo de gadgets. Sin embargo, tal y como señalan en graffica.info, su potencia ni siquiera se acerca a la mejor versión de su rival Surface y dudo mucho que las calidad de su lápiz sea digna de los lideres del mercado en tabletas digitalizadoras y pantallas interactivas, las Wacom Cintiq.
A pesar de todo, no dudo ni por un instante que será un verdadero éxito, el iPad es un producto con amplio recorrido en el mercado. Su factura y prestaciones son impecables, exprimiendo al máximo unas características técnicas inferiores a sus rivales supera en muchos casos las prestaciones de los mismos.