UNA MIRADA INFANTIL

Imagen relacionada

De vez en cuando, para animar el paseo cotidiano, me subo al primer autobús que pasa por la parada más próxima a mi casa, me dejo llevar hasta el final de la línea y, luego, regreso caminando lentamente sin espíritu deportivo alguno.

Por lo general en estos lentos regresos siempre hay algo que me llama la atención: la ventana de una casa, la rama de un árbol, una música que sale de un bar , aquella pareja besándose ,un viejecito de mirada inmóvil somnoliento en un banco. .. En algunas ocasiones saco una foto con el móvil o escribo mentalmente un haiku…En otras, no.

Ayer, sin embargo, toda mi atención se concentró en una niña que con su hermana  y su padre entraron conmigo en el autobús.

La niña se sentó  dándome la cara y separada por un par de jóvenes que me daban la espalda y que hablaban  animadamente en alguna lengua eslava. Desde el primer momento, la niña se quedó sorprendida por aquellos sonidos extraños y con la inocencia que se le suponía- no tendría más  de seis años –  no cesó de escrutar directamente los rostros que tenía delante , alternativamente y con una concentración que a muchos maestros y maestras les hubiera parecido imposible de conseguir en una  clase, totalmente ajena al resto de viajeros que le rodeaban con sus teléfonos móviles multicolores .

Cuando la familia se bajó,  poco antes de la parada final, sentí que  hubiera dado lo que fuera por saber qué había estado pensando aquella niña…Qué  había  estado viendo con aquella mirada afilada ,  limpia y sincera…

No pude sacar una foto ni se me ocurrió ningún haiku…Y por eso lo cuento aquí, con estas palabras sin duda insuficientes…

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

4 comentarios en «UNA MIRADA INFANTIL»

  1. Muy bonito, sin conocerla ahora conocemos a esa niña, y hemos cogido un autobus con ánimo de escribir un haiku. Un texto luminoso.

  2. Don Vicente, se lo vengo diciendo desde hace tiempo, cuando practica la «literatura de observación» mejora mucho. Aunque, a decir verdad, es que le entiendo mejor que cuando practica la literatura filosófica. Uno es un torpe.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *