LA GRAN VÍA ( y sentido de la vida)

Bajo por la Gran Vía lentamente, non ex animo sportivo, sino más bien para fare il signore, como decía Josep Pla. Y miro y escucho.

«Pues creo que ahora se ha liado con un tío de la jet…» «¿De la jet?»…»Sí, dicen que cuando celebra su cumpleaños monta una fiesta por todo lo alto y envía un jet privado para recoger a todos sus amigos …». » Ya, claro, por todo lo alto…»

Un pelotón de ciclistas montados en unas bicis de color azul cielo me adelantan por la izquierda y por la derecha sin avisar. Repuesto del susto, busco con la mirada una patrulla de la policía municipal para manifestar mi indignación, y encuentro una: están cacheando a un negro que tiene a su lado una gran bolsa de tela de la que sobresalen un par de asas amarillas.

«Por lo que le cuesta un café , puede salvar a un niño…» «¿Y quién me dice que el café no te lo vas a tomar tú, chavalín? Hace años un jefecillo de los vuestros , después de meterme la chapa, se subió en un BMW muy grande y salió a toda hostia…» «Ya, no sería de los nuestros…»

De una esquina sale un tipo montado en un patinete eléctrico que tras sortear a una señora con bastón, pasa casi rozándome la nariz. Tomo del brazo a la señora y le ayudo a cruzar la calle.

«…se quita un quebradero de cabeza privatizando los servicios sociales e impulsando que la entrada a las residencias sea más una cuestión económica que de necesidad…» leo en un panfleto que me han dado.

Voy a pasar al otro lado, pero veo que hay un gran triciclo marrón de reparto junto al semáforo, ocupando casi todo el paso de cebra ,y desisto.

Al poco, un vecino me pasa un hoja volandera: «El Ayuntamiento ha favorecido al Obispado aprobando un cambio de uso de su parcela para que finalmente este la venda a un tercero consiguiendo un enorme beneficio económico…»

«¿Cuál es el origen de la vida?…¿Qué sentido tiene?» leo al llegar a la plaza en unos grandes cartelones tras los que charlan un par de señores trajeados y dos señoras muy atildadas…

«El sentido de la vida» digo para mis adentros mientras enfilo hacia casa. Y, por fin , el portal me acoge con su fría sombra deliciosa… «El sentido de la vida» , repito sottovoce …Pero sólo me acuerdo de la peli de la Monty Phyton…

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

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