In time

http://www.youtube.com/watch?v=lRLDq1KgzPg

De la máxima “El tiempo es oro” Andrew Niccol ha sabido explotar una certera analogía de nuestra época para escribir y dirigir el guión de esta película cuya originalidad pone de manifiesto con toda crudeza, el trasfondo existencial del capitalismo brutal en el que nos vemos inmersos, donde los más trabajan para los menos, siendo los desgraciados, la base material sustentadora de los privilegiados, en una ficción bien labrada que nada más presentarse al espectador, este no tiene dificultad alguna en reconocerla como real.

La trama, se proyecta sobre una supuesta sociedad en la que el envejecimiento biológico se detiene a los veinticinco años de edad, momento desde el cual, sólo le queda al sujeto – independientemente de su sexo, raza o posición económica – un año de vida, salvo que consiga más tiempo, trabajando, heredándolo, mediante favores o robándolo. La mayoría de la gente, vive literalmente al día con el estrés de que se le agote el tiempo en pocas horas, por lo que no dispone de margen para amarse, educar a los hijos, comer tranquilos, dormir lo suficiente…siempre angustiada por la falta de tiempo.

En esta situación, el comportamiento humano toma distintas direcciones: Los hay que asumen el statu quo con sus puntuales injusticias, como es el caso de los Guardianes del Tiempo que vigilan su correcto flujo entre las distintas zonas horarias para la buena marcha del Sistema, retrato milimétrico de la policía que custodia la propiedad privada fuera de las pantallas; Por supuesto, están quienes favorecidos por la circunstancia, cuentan con todo el tiempo del mundo computado por siglos y miles de años. Estos aparecen caracterizados como altos ejecutivos u hombres de negocios cuya filosofía justifica que “muchos han de morir para que haya algunos inmortales” pues el equitativo reparto del tiempo entre todos los Seres Humanos, no salvaría a nadie de una muerte más pronto que tarde, cosa que les anima, no ya a beneficiarse del Sistema que también a hacer cuanto esté en su mano para perpetuarlo. Los privilegiados habitan en una franja horaria muy cara en tiempo, donde un automóvil puede llegar a costar cincuenta años, a los hijos se les regala décadas y en los hoteles se dejan meses de propina, al objeto de imposibilitar de facto la indeseable filtración de pobres en tiempo. Los salarios son más elevados por lo que en proporción, la vida es más placentera comparada con la franja horaria de los desfavorecidos, sirva de botón de muestra que entre ellos abundan las familias con varias generaciones y caminan despacio, todo lo contrario de quienes son pobres en tiempo; Estos últimos viven contando los minutos que tienen para ir al baño o montar al autobús, forzados siempre a ir deprisa a todos lados siendo normal que la muerte de familiares y amigos les ronde cerca. Aunque todos sufren la situación mostrando su enfado, pocos saben o pueden actuar de modo eficiente para paliar su falta de tiempo, pues quienes controlan su tiempo, que casualmente son los privilegiados, tan pronto comprueban que los ciudadanos se las ingenian para acumular tiempo suficiente como para poder vivir algo más desahogados, rápidamente les suben el precio del billete del autobús, el alquiler, el pan, la leche o el recibo del agua que se pagan en tiempo, para mantenerles en su escasead y privarles de libertad.

La genialidad de esta obra maestra del pensamiento inverso, radica en hacer evidente lo evidente: que si os pagan vuestro tiempo con dinero…¡el dinero es tiempo! Y si anidas escasos de dinero, estáis escasos de tiempo. Cuanto más dinero tienes, de más tiempo dispones para disfrutar de tus hijos, cuidar de tus padres, jugar con tus amigos; Por el contrario, cuanto menos dinero posees, de menos tiempo dispones para vivir, porque has de trabajar de Sol a Sol para poder pagar al contado sin mayor crédito que lo que eres capaz de llevar en el bolsillo. Al trabajar para otros, les entregáis lo único que poseéis de verdad: el tiempo de vuestra irrepetible existencia; A cambio, os dan unas monedas metálicas, en papel o plástico cuyo valor adquisitivo fluctúa al antojo de quienes lo pagan, de modo que, hoy debes meter dos jornadas de trabajo, para adquirir lo que hasta ayer sólo te costaba una.

La película “In Time” no podía haber llegado en mejor momento para que la ciudadanía tome conciencia de lo que ocurre en esta crisis y sobre todo, nota de las acciones justas y perfectas que realiza la pareja protagonista, fiel calco iconográfico de los cabecillas de la Banda Bader Mainhof.

Atendo: Entre la atención social y la desatención personal

En los saberes humanos, es habitual que aparezca el dilema de qué fue antes, si el huevo o la gallina, verbigracia, todavía desconocemos si somos humanos porque gozamos de libertad o gozamos de libertad porque somos humanos. Esta pescadilla que se muerde la cola, toma forma al observar la proliferación de empresas que ofrecen servicios, que hasta hace bien poco, eran prestados altruistamente primero por la familia, luego por los amigos y finalmente por los vecinos y conciudadanos, no pudiendo esquivar por más tiempo la cuestión de, si estas empresas responden a una necesidad real, en cuyo caso la degradación del comportamiento individual para con los semejantes resultaría evidenciado, bien su emergimiento, a priori innecesario, genera a la postre, habida cuenta la inclinación al vicio de nuestra humanidad, su reclamo. Para ser más claros: Una empresa como “Atendo” que se ha especializado en la Atención y Asistencia a viajeros con discapacidad o movilidad reducida que RENFE pone a disposición de los clientes para su mayor comodidad a la hora de orientarse, informarse, acceder o transitar en sus estaciones, responde únicamente a la voluntad del Ministerio de Fomento por mejorar la igualdad de derechos y oportunidades en el uso de los servicios públicos de transporte, o por el contrario, sucede que en nuestra sociedad, como no te ayude una Oenegé, una institución o el mismo Estado, ya ni dios lo hace, por no haber para el sujeto más incentivo que el que pueda reportar la alegría que se experimenta al hacer el bien, de modo que, se antoja imprescindible la especialización subvencionada, nómina mediante, para garantizarnos lo mismo que hasta hace unos años se lograba principalmente por la educación y el ejemplo.
No quisiera con esta reflexión mancillar la buena imagen debida a la excelente labor que esta empresa está realizando. Sólo deseo llamar la atención sobre un fenómeno que debería empezar a alarmarnos, cuál es, el de que por haber una entidad especializada en atender a las personas con alguna discapacidad o problema puntual, el resto nos despreocupamos de la situación, dándose la paradoja de que entidades como esta que deberían hablar bien de una comunidad que cada vez se ocupa más estructuralmente de la asistencia social, en verdad esconde el drama palmario de que a pasos agigantados palpita la cruel realidad de una mayor desasistencia personal y un nada disimulado desmarque por parte de todos a la hora de echar una mano a quienes necesitan de nosotros en la inmediatez de la vida.
Lo que está sucediendo en la red de transporte público, es una réplica exacta de lo que ya ha pasado a nivel social, a saber: que por haber organismos oficiales, instituciones, Oenegés, Concejalias de Bienestar Social, Cáritas…los ciudadanos desatendemos nuestras obligaciones morales inmediatas, aquellas que se aprendían por osmosis desde pequeñitos y que se han transmitido de generación en generación desde antes de que nos irguiéramos en la sabana africana, al contemplarlo en ejercicio cotidiano entre cuantos nos rodean. De este modo, si vemos un incendio, damos por sentado que es responsabilidad de los bomberos apagarlo, si contemplamos a una señora desmayada en mitad de una acera, esperamos a que llegue alguien autorizado para socorrerle y un largo etcétera de casos que rápidamente nos vienen a la memoria. Con ello, poco a poco, la cadena de transmisión de ayuda mutua que nos caracteriza como especie que se valía de la acción directa y de su continuo ejercicio de parte de los individuos antes que del grupo, se va diluyendo en favor de la más frágil transmisión institucional, que a fin de cuentas, depende de aquellos y no subiste sin ellos, por mucha EpC que se les imponga académicamente, si bien, si contribuye a deformarlos, ordenarlos, controlarlos e incluso desmovilizarlos para hacerles dependientes de su modelo, porque el objetivo de toda Institución, no es velar por la supervivencia de los individuos que la integran, sino precisamente por ser ella la que les sobreviva. De ahí, que exclamemos aún en medio del estupor de cuantos todavía confían en “Papa Estado” aquello de ¡Muerte al Estado! Y ¡Viva la Anarquía!
Porque la Anarquía, lejos de lo que se afanan en propagar las malas lenguas al servicio del Poder establecido, no es sinónimo de “Caos” sino todo lo contrario, apunta a la autogestión, al sincero compromiso personal para con tu gente y la sociedad en la que vives, que traducido al caso que nos ocupa, vendría a establecer la máxima de “No dejes para otros lo que puedes hacer tú”. Cierto es, que las personas que conviven, han de ceder un poco de su libertad personal en beneficio del colectivo y a caso suceda que la libertad personal no exista fuera del grupo; Pero por muy compleja que sea una cultura, esta no debería suplantar, menos desactivar y por supuesto, nunca poner en riesgo lo más valioso que posee el colectivo humano, que es, la ayuda espontánea que sus miembros se prestan sin que medie otro interés que el saberse parte de un todo y que se necesitan mutuamente.
Hemos llegado a una situación tal, en la que preferimos pedir dinero a un banco que a la familia o amigos, porque son los bancos los especializados en dicha tarea; nos parece mejor que un administrador nos lleve las cuentas de la Comunidad de vecinos, antes que rotarnos el derecho y obligación de ser Presidentes de Escalera o portal; Tenemos hijos que son llevados con meses a las guarderías para que se ocupen de ellos personal con estudios en puericultura; Y padres que están mejor asistidos por especialistas en geriatría; De seguir así, dentro de poco, contrataremos a trabajadores del sexo para que cumplan con nuestra pareja, sólo que se dará el absurdo de que se follarán entre si los del citado gremio, cosa parecida a lo que le ocurriera a aquel profesor que en lugar de acudir al aula para impartir clase, enviaba a un adjunto con la lección grabada en una cinta magnetofónica, que un buen día se encontró decenas de grabadoras en los pupitres en lugar del alumnado.
Evidentemente, la civilización requiere especialización, al menos en aquellas tareas donde la misma solventa más problemas de los que crea, como puede ser la instrucción académica que no la educación integral del futuro ciudadano, el cuidado de enfermedades que requieren hospitalización y no todo achaque o resfriado, la regulación del trabajo asalariado y no si se fuma o se deja de fumar, juzgar un asesinato pero no si fulanito me ha insultado…porque de atomizarse y burocratizarse en exceso toda actividad humana, los individuos desconectados entre si, dependientes de un centro tractor heterónomo, dejan de aportar lo más valioso que tienen, su propia capacidad gestora, autoreguladora, pérdida irreparable que finalmente supondrá el colapso del sistema.
Las personas han de colaborar entre si, sin esperar a que intervenga mediador alguno que resuelva la situación, porque si dejamos la ciencia en manos de los científicos, la política a solas con los políticos, la religión entre los sacerdotes, el arte decidido por los artistas, que hagan deporte los deportistas, que canten los cantantes y ayuden a bajar del tren a las personas mayores los trabajadores de Atendo ¡Que para eso les pagan! estaremos muertos como individuos y como sociedad y no sabría decirles que ha sido antes…Lo que tengo claro, es que si nacer nacemos siempre acompañados, morir, morimos completamente solos, y eso si que nadie puede hacerlo por nosotros.

Extranjero rico; Extranjero pobre

Ya pueden decir lo que quieran las tradiciones judeocristianas o sus herederas hegelianomarxistas sobre el signo positivo del final de los tiempos o de la historia en el que prevalecerá el Bien sobre el Mal, que de momento, lo único de lo que tenemos constancia es de lo contrario; sirva de prueba que pese a reconocerles como los malos malísimos de la escena, desde Caín, hasta el Dr. House, los personajes más despreciables o reconocidos como tales en la imaginaria vulgar, son en cambio, los mejor recordados que de ahí a admirarlos sólo hay un paso, por ejemplo Calígula y Nerón entre las decenas de Emperadores Romanos, Barrabás frente al buen ladrón, Hitler entre los gobernantes alemanes o Falconetti de la célebre serie “Hombre rico; Hombre pobre” que inspira estas líneas.

Este verano a nuestras playas como de costumbre llegan en vuelo charter turistas a tomar el Sol, gentes en patera a las que broncearse no les hace falta y por ello se ponen a trabajar como esclavos y traídos por la marea, algunos cuerpos subsaharianos que esperamos den algún servicio a las facultades de medicina para cubrir los gastos que genera su continua recogida y almacenaje. También durante estos meses comprobamos como quienes vienen ilegalmente, apenas causan problemas de orden público – para eso tenemos a los perroflautas del 15-M que deseaban atentar contra el Papa con un coctel Molotov – mientras aquellos a los que hemos dejado entrar con todas las de la Ley se lo pasan bien haciendo el gamberro como ha ocurrido en Lloret de Mar o causando alborotos en Madrid – ¡Perdón! El del coctel Molotov era un exaltado de la JMJ – y sin embargo los primeros acaban en los Centros de Internamiento para Extranjeros y los otros se les permite continuar con la fiesta, cuando en sus países de origen como podemos observar ocurre en Londres se les hubiera juzgado y encarcelado por vía sumarísima.

Y es que, sin que se diga en el Tontodiario, si los esquimales como en un anuncio de detergente saben distinguir una docena de tonalidades de blancura, nosotros en España no nos quedamos cortos a la hora de discriminar entre extranjeros, siendo la primera diferencia la que establecemos por su nivel adquisitivo entre extranjero rico y extranjero pobre; Porque no somos un país racista, sino clasista. El racismo sólo lo usamos para diferenciar en un segundo nivel. Por ejemplo, un eslavo rico ha de gastar más que un Yankee para ser atendido con la misma simpatía, como un árabe ha de derrochar el doble que un eslavo para obtener el mismo reconocimiento; Más difícil lo tienen los asiáticos y los negros ni os cuento, estos como mínimo además de derrochar, han de ser muy educados, superlimpios, con carrera, elegantes al vestir, y aún así, ya lo dejaron claro en “Adivina quien viene a cenar esta noche” siguen sin ser aceptado como uno más de nosotros aunque se alisen el pelo y digan que les gusta Elvis.

La verdad, es que lo tenemos mejor montado que el Apartheid en Sur África, que de visible que era, resultó ineficaz para el mismo propósito que aquí todos perseguimos: la felicidad sostenible de los seres humanos. Nuestras Leyes democráticas dignas de Nuremberg, dividen a la población en nacionales y extranjeros; a los extranjeros en Comunitarios o extracomunitarios, los extracomunitarios en turistas e inmigrantes y finalmente, los inmigrantes en legales e ilegales. Pero como digo, al final, esta clasificación del personal se supedita al poder adquisitivo del sujeto a clasificar, cosa que sin pensarlo bien repugna a mucha gente pero que de meditarlo un poco más, es evidente que eso es mejor a que sea por asuntos tan subjetivos como la belleza, nivel cultural o capacidad para jugar al ajedrez, lo que no quita para que en ocasiones así suceda en casos aislados con modelos, escritores o deportistas que entran por la puerta grande a gran velocidad. Lo cierto, es que no se hace nada distinto a cómo dividimos a los nacionales y en consecuencia no le podemos reprochar a la sociedad española aplicar a los demás una medicina distinta a la que toma ella misma.

Sin embargo, hemos de reconocer que tratamos mejor a nuestros gitanos quienes ya llevan tanto tiempo entre nosotros que toleramos – que bella palabra “tolerancia” que nos sitúa por encima de lo tolerado en lugar de emplear esa mierda del “respeto” – su afición por vivir en el extra-radio en campamentos chabolistas, cuando a los rumanos pronto les hostigamos para que levanten sus improvisados asentamientos, auténticos focos de infección moral-sanitaria. Por eso la reciente irrupción en un pinar junto al Pantano de La cuerda del pozo en Soria, de dos millares de franceses y holandeses sin el permiso correspondiente, va a poner a prueba una vez más nuestra capacidad para distinguir entre pueblos y gentes.

De entrada ¡Ya vamos mal! Si se han percatado, el único fallo de los medios de comunicación en el caso de Lloret de Mar, fue dar a conocer los hechos, cosa que se pudo haber evitado para no dañar la imagen del turista como se ha hecho; No obstante, fíjense en que se tuvo la precaución de no tratar la noticia como suele hacerse con los casos de rumanos o subsaharianos cuyas nacionalidades pronto salen a la luz para incriminar a todo su grupo étnico, racial o nacional; en el caso de Lloret, no se citó ninguna de las nacionalidades implicadas, aunque todos tenemos muy claro que eran la mayoría ingleses…¡Así se debía haber hecho en el caso actual de Soria! Pero no…en la primera noticia, ¡ale! a comentar a los cuatro vientos que son franceses y holandeses…¿Por qué? ¿Por qué esta diferencia de trato?

Es difícil dar con la respuesta de guiarse por la raza, tanto los de Lloret como los de Soria son caucásicos, tampoco sirve la religión mayoritaria que será la cristiana, menos nos ayuda su condición Comunitaria y dudo mucho que su pertenencia o no al euro sirva para contestar. Lo que resuelve la cuestión, es ni más ni menos que mientras extranjeros blancos cristianos comunitarios turistas de Lloret de Mar vinieron en avión, ocupando hoteles para dejarse la pasta en discotecas y comercios, estos otros de Soria, han venido en caravanas, acampando al aire libre sin dejarse un duro en nuestros hoteles, Campins, cafeterías o restaurantes.

Para finalizar esta divagación, traigo a la memoria la observación que me hiciera en la terraza de un hotel de cinco estrellas en Fuengirola mi amigo Tavo de profesión mecánico de la economía sobre la ausencia de pedigüeños en las zonas turísticas; lo más que se consiente cerca de los giris son vendedores ambulantes que no espantan el negocio hotelero aunque hunda al pequeño comercio. ¿Cómo debe ser! La miseria debe hacer competencia a la miseria y la escoria ha de vivir junto a la escoria. Por eso, las clases bajas son mucho más racistas y xenófobas que las personas pertenecientes a la clase alta de la sociedad que desde la distancia gozamos de una perspectiva más objetiva del problema pudiéndonos permitir ser tolerantes y sobre todo generosos con su prójimo y toda la humanidad, siempre y cuando se queden en sus lugares de origen y no vengan a abusar de nuestra caridad.

Los ricos viven más. Lo dice un estudio

Según un estudio del CIES de Lisboa, dirigido por Ricardo Altunes, las personas con mayor poder adquisitivo de las sociedades avanzadas, gozan de una esperanza de vida más prolongada respecto a quienes viven en la miseria o en el umbral de la pobreza; Concretamente, de media viven una década más. Para llegar a esta conclusión, los investigadores, aparte de cuantiosas subvenciones europeas pagadas gracias al IVA, han requerido la colaboración de todos los hospitales públicos lusos al objeto de poder contrastar los datos de más de 2.000 historiales clínicos de la generación nacida entre 1920 y 1930.

No sé a ustedes, pero a mi, estudios como el referido me parecen del todo superfluos y hasta peligrosos, pues si las encuestas tan publicitadas por los medios en lugar de recoger la opinión popular, buscan precisamente influenciarla, estas publicaciones no hacen sino confirmar empíricamente la evidencia experiencial del sujeto, cosa que sería de agradecer si a cambio no se pagara el tributo de que mientras la experiencia vital de muchos no puede revocarse por la afortunada excepción de pocos, no así sucede con las investigaciones científicas, de modo que, tarde o temprano, cualquier otro estudio bien patrocinado, puede mantener lo contrario y ya sabemos que mientras la mentira vuela, la verdad se arrastra, siendo las más de las veces que la ensoñación cuenta con una corte de padrinos mientras la ingrata realidad es huérfana, ocurriendo entonces que la verdad padece, aunque no parece.

Como botón de muestra de cuanto les comento, bastará atender a la información difundida por todos los medios europeos; Entre el batiburrillo de la jerigonza científica, el estudio viene a descubrir que las clases altas velan más por una alimentación sana, se preocupan por su salud, tiene hábitos más sanos y moderan más el consumo de tabaco e ingesta de bebidas alcohólicas, motivos estos entre otros, que contribuyen a incrementar considerablemente su longevidad, en comparación con las clases bajas de la sociedad…Y yo que pensaba que ello era debido a que su alimentación era mejor porque pueden adquirir productos sin contaminar, como hortalizas sin fertilizantes, carne sin hormonas, aceite de oliva virgen, pescado sin mercurio, beber agua mineral, zumos naturales en vez de Coca Cola…a que su salud era mejor porque podían pagarse mejores médicos, operarse cuando es preciso sin pasar listas de espera, tener los tratamientos más avanzados, tiempo y dinero para realizarse chequeos periódicos y coger las enfermedades en sus primeras fases…a que viven en lugares saludables, rodeados de vegetación, sin ruidos ni contaminación, sin tráfico, con espacios limpios y amplios donde circula el aire…a que se mueven en automóviles de alta gama de esos que de estrellare a 200km/ sales ileso mientras los hijos de obrero circulan en ataúdes de hojalata donde fallecen los cuatro ocupantes del utilitario yendo a 40Km/hora por chocar contra una farola… y sobre todo porque disimulan en actividades poco nocivas mientras otros trabajan en la mina, en contacto con basura, amianto, todo el día en la carretera…¡Qué cosas tiene la Sociología!

Les auguro que el mencionado Organismo como su autor, dentro de poco anunciarán otra investigación que demuestra que los ricos son más guapos y felices debido a que saben afrontar la vida tal y como les viene dada, aunque de vez en cuando, también lloren.

Los Neandertales cantaban rap

http://www.youtube.com/watch?v=sLnihJGsBeA

Cuando accedí a sugerencia de mi amigo Jesús Peláez a leer la obra de Steven Mithen, no sospeché el uso inmediato que haría tanto de su título como de las enseñanzas que en el se recogen, cosa que, sin embargo, ha sucedido, al entremezclarse en mi mente las agudas observaciones que dicho autor realiza sobre nuestro querido lenguaje y la olvidada capacidad musical, con las noticias que me llegan a través de los medios de comunicación, del deplorable comportamiento diplomático mostrado por el Gobierno Español ante lo que está aconteciendo en el Sahara.

Steven Mithen, es de la opinión de que, las distintas especies Homo desde Ergaster hace más de un millón de años, ya contaban con un protolenguaje al que denomina Hmmmm acrónimo de Holístico, manipulador, multimodal, mimético y musical, capacidad que fue heredada por los Neandertales europeos a través del Homo Heidelbergensis, por supuesto en su forma más evolucionada, lo que le permitió sobrevivir a las glaciaciones y conservar casi intacta su desarrollada cultura y tecnología durante más de 200.000 años hasta su extinción, hacia el 35.000 antes de nuestra era.
La asociación de palabras que permite el rap y su primitivismo rítmico pueden ser claves ancestrales que explicarían su enorme éxito en el mundo musical contemporáneo. Claro que, hacer rap no es tan fácil como parece: las afinidades silábicas van mucho más allá del simple ripio, las relaciones internas vocálicas, la oposición de contrarios, las cadenas secuenciales, los giros previstos e imprevistos, modulan en nuestro inconsciente, la aparente lineal comprensión léxica del discurso superficial cuyos pliegues y repliegues, denotativos y connotativos, icónico-simbólicos interactúan libremente en nuestra psique sin necesidad de una gramática cromañón a la que estamos acostumbrados el Homo Sapiens que permitiría a los Neandertales cantar rap para transmitir milimétricamente los conocimientos adquiridos de generación en generación sin contar con otros artificios semánticos, morfológicos y sintácticos propios de las lenguas modernas que favorecen descubrir mediante traducción los distintos mensajes que se desea comunicar.

Para probar su teoría, he ideado el siguiente experimento mental en el que yo, sólo deseo participar con unas mínimas indicaciones, dejando a sus capacidades artísticas e intelectuales, el problemático resultado de los mismos, así como las consecuencias jurídicas que se pudieran derivar. El experimento mental, consiste en componer un rap Neandertal para denunciar el comportamiento del Gobierno Español respecto a lo que está ocurriendo en el Sahara Occidental. Sería bueno empezar por tomar en consideración, a parte de las habituales terminaciones silábicas que contribuyan en propiciar rimas asonantes y consonantes, el número de sílabas que constituyen los nombres y las palabras que deseamos casar. Así, si a Aznar en su día le correspondían adjetivos bisílabos como malo, feo, tonto, soso, lento, a Jiménez le ha de corresponder cómplice, traidora, cobarde, como a Rubalcaba y Zapatero es fácil acoplarles sinvergüenzas o hipócritas, para que haya una concordancia armónica interna entre el tiempo dedicado a un nombre y el adjetivo que le acompaña. Ciertamente es una técnica muy arbitraria, pues mientras a los trisílabos Marruecos o Mohamed, les puede corresponder los trisílabos invasor, criminal y canalla, al también trisílabo Sahara, en cambio, le puede acompañar con mayor propiedad exilio, auxilio, hartazgo etc. Hecha la selección de nombres implicados en esta ignominia y los calificativos que mejor se adaptan al significado y significante de cada caso, bastaría con hacer tres o cuatro oraciones y un poco de chumba chumba, para decirle al Gobierno entero ¡Hmmmm! por su despreciable comportamiento, cogerle a Trinidad Jiménez y hacerla ¡Hmmmm! por no llamar a consultas al embajador, mostrarle nuestro más enérgico ¡Hmmmm! a González Sinde por mandar callar a los artistas para que no denuncien lo que está ocurriendo como cuando en su día salieron contra Aznar, demostrarle las ganas que le tenemos ¡Hmmmm! a Rubalcaba por dar cobertura internacional a la desinformación alauí, mientras nuestro ¡Hmmmm! de Zapatero sigue sin condenar su actuación sanguinaria en El Aiún. ¡Hmmmm! les…¡Hmmmm! Si con todo no acertais a saber cómo hacerlo, os dejo con Frank-T y su «Gran obra maestra» donde el ¡Hmmmm! se intercala en el mensaje de modo Neandertal.