Por enésimo día, cola para entrar a la ciudad hostil donde trabajo. Uno, dos, tres, cuatro carriles convertidos en procesión metálica que hace dudar del significado del verbo avanzar. En el horizonte, semáforos que cambian -rojo, verde, naranja, otra vez rojo- en un brindis al sol, inexistente, por cierto, en esta tarde de otoño. Nadie ni nada se mueve. Para conjurar el hastío, me entretengo haciendo un censo a ojo de los cautivos. Dos o tres furgonetas de reparto, un buen puñado de Audis, bastantes BMW, varios Mercedes. Y toda la gama de berlinas y cuatro por cuatros del resto de marcas. Dejo de fijarme en lo que parece la norma y busco las excepciones. Veo un fordfi y un 205 blasonado con una L blanca sobre fondo verde. Minoría absoluta. Curioso parque móvil para una crisis devastadora.
Algo no me cuadra. Es decir, sigue sin cuadrarme desde que hace ya tres años empezaron a decirnos que fuéramos arrepintiéndonos porque este mundo de la opulencia se acababa y caminábamos sin remisión al abismo de la miseria. Yo mismo he difundido esas profecías apocalípticas, acompañadas de datos dolorosamente reales que daban la impresión de confirmarlas. EREs sin cuento, brutales recortes de plantillas, congelaciones de salarios como mal menor, alarmantes aumentos de usuarios de comedores sociales, los sobradamente conocidos tajos de derechos y conquistas aplicados por los gobiernos… Pero luego, buscas una mesa en una terraza para tomarte un gintonic de seis euros y te encuentras con que no eres, ni mucho menos, el único al que todavía le llega para darse un capricho. Y a más de tres, hasta con una ración de ibéricos.
Realidades paralelas
¿Es esto una crisis? Cualquiera se atreve a rebatir a los que aseguran categóricamente que es la peor de todas las inventariadas desde la de 1929. Seguro que sí, que para muchísima gente lo es, y ahí están esas cifras que no son producto de ninguna calenturienta imaginación. Tiene toda la pinta de que la escoba social ha sabido barrer a todas esas víctimas y ocultarlas bajo la alfombra. Las sacamos, sí, de vez en cuando para ilustrar reportajes y poner rostro a esa debacle económica que decimos estar padeciendo.
Y mientras, en la realidad paralela, es imposible reservar en un restaurante de sesenta euros el cubierto, las pantallas de plasma vuelan de las estanterías, hay lista de espera de semanas para adquirir un Iphone y los coches más viejos que pisan el asfalto tienen un par de años. Vuelvo a preguntar: ¿Es esto, de verdad, una crisis? ¿Para quiénes?
Todo depende de la mirada, nos lo hemos dicho muchas veces. Mi mirada dice que hay crisis, las situaciones son cada vez peores, pero si se va bien por el río ni nos enteramos de las aguas vivas que nos esperan. Desprecio el miedo, el egoísmo, el oportunismo, el chantaje personal y grupal, el ya todo vale si antes ya tenía carta blanca y ahora me lo ponen en bandeja. Como al principio dije y lo digo ahora en la cuesta que va a comenzar aún más pendiente (y también como siempre los más de siempre seguirán sufriendo más) mi abrazo a todos y cada uno/a.
Kaixo,
Creo que esto si es una crisis. Crisis para los parados. Crisis para los que somos autónomos y hemos facturado 3.000 € el año pasado, lo justo para pagar la cuota de autónomos (lo comido por lo servido). La brecha que separa los que tienen trabajo y los que no es más grande que nunca…
Ahora bien, de acuerdo con tu artículo ; el que tiene trabajo es el propietario de los 4X4, comensal en mesa a 60€, … y que no quiere ver al amigo o familiar sin trabajo, que poco a poco desaparece de la vida social, no quiere molestar, no hace ruido, siente vergüenza, …
¿ Conocéis a gente así ?
¿ Qué sociedad estamos haciendo ?
Ikusi arte
La pobreza siempre se encuentra escondida en las ciudades. Y aunque le digamos Gran, Bilbao es un pieblo grande.
Hoy dia Bilbao es un escaparate. Y si, estamos pasando un fuerte crisis, en la cual una parte de la población, probablemente la trabajadora, no ha cambiado de coche en 10 años (el que suscribe).
Y si, yo este año alguna vez me he sentado en una terraza y he consumido una copa de seis euros. Pero no espereis que ese negocio funcione con lo que pueda invertir el resto del año. Y si, los restaurantes de 60 euros el menu no tienen sitio, pero a mi no se me ocurre ni llamar.
Quien tiene suele ser el que mas llora, pero el que no tiene, no suele tener ni voz y como alguna otra vez has comentado, esta oculto. A la sociedad no le gusta mostrarlo.
Y todo esto ganando 1.300 euros al mes. ¿Y los que ganan 700 y 800? No me lo puedo ni imaginar!
En el anterior post, Bego comentaba que el sistema actual a reedirigido parte del dinero del trabajador a los beneficios del patrón. Y llevamos 20 años haciendolo.
Hoy por ejemplo, un empresario «x» comenta que no quiere coger un empleado porque le supone 4.000euro, pero esta comprando una lonja para ampliar el negocio. Las referencias en esta vida son muy importantes, y por eso espero, Javier, que no las pierdas. Ya que en este pais de Belenes Estebanes, tu eres una de nuestras mejores referencias vitales. Antes entretenias (hoy dia tambien), pero hoy dia te necesitamos.
Yo veo la crisis a mi alrededor.
Veo cada día en la zona donde vivo, más lonjas con :se alquila, lonjas que apenas un año «vendían » algo.
La cola de la zapatera, aumenta: arreglos, remiendos, tapas, tacones.
En las tiendas hay «rebajas ocultas» y la gente revolotea constantemente.En los supermercados, hay marcas blancas de marcas blancas, no voy a dar publicidad pero me imegino que pensais en lo mismo.
En mi anterior , mi barrio de siempre BIlbao la Vieja, se ve aún más esa crisis, comercos que empezaron hace tres años intentando sacar esas calles «palante» han cerrado, apenas resiste una libreria intercultural, y un taller de arte junto a Trakabarraca.
Veo a las señoras comprar en el super, y eso que es barrio de Abando ahora, se ve como dice Carlos los dos extremos, la mayoría compra para sobrevivir, y una minoría llena el carro y después acude a las tiendas de delicatessen…jamón, manzanas de caserío ecológico, etc…
UN inciso, y esto es grave, cada vez se come peor en tiempos de crisis, los productos más baratos son los llenos de pesticidas, los pollos de granja al por mayor, y las carnes que las fries y sueltan toda el agua….los productos bio, los pollos de garnja los euskadis okelas no son posibles para un sueldo de 1.000 euros.
La fruta, es mucho más cara que el bollycao, o las magdalenas y pasiegos…
Comer «limpio» no digo ya sano, es caro también.
Y Carlos tiene razón, andar de rondas, de copas, irse tres personas a tomarse unos míseros cafés te supone media compra de ese día.
En todo caso para la gente que tiene dinero, es la gloria, rebajas, y superrebajas…y estancamiento de los productos caros, que no hay un Dios que los compre.
Kaixo Javier: Muy enjundioso el artículo que escribes así como las distintas respuestas de los post.
Teniendo en cuenta que hasta en las guerras más cruentas, hay quienes se hacen ricos y desean que siga el conflicto eternamente, en las crisis económicas, también hay quien gana muchísmo dinero. No hay más que ver La Bolsa: Sube, baja, baja, sube. ¿ Cuantos con muchísmo dinero, habrán aumentado su capital con la ruina de los que han tenido que vender a la baja…?. Con esos benefios ya tienen para comprarse audis, 4×4, chalets, ropa de última moda etc. etc.
Un saludo