Entre 20 y 26 días para ser atendido en una consulta especializada. Sobre 40 para pruebas o análisis con cierta complejidad. 60 antes de pasar por el quirófano. Cuarto de hora arriba o abajo, las cifras son similares en Osakidetza u Osasunbidea y, una vez más, son medias, o sea, mentiras difrazadas de verdad. Sólo hay que poner la antena en la cola de cualquier ambulatorio para comprobar cómo hay volantes que se dan para dentro de dos, cuatro o seis meses, y no son precisamente para revisiones rutinarias. Ya ni siquiera nos asombramos. Anotamos la lejana fecha con resignación y, tirando de humor negro, nos preguntamos si seguiremos vivos cuando nos toque. Muchos llegan. Es un alivio saberlo.
Tampoco parece que Rafael Bengoa o María Kutz, responsables de la cosa sanitaria en la CAV y la Comunidad Foral, respectivamente, pierdan muchas horas de sueño por esas espadas de Damocles con que conviven sus administrados. Primero, porque ambos son médicos y, como tales, han aprendido a poner distancia con el sufrimiento del paciente que, en su ignorancia, no sabe si ese bultito es un inocente acúmulo de grasa o un tumor en toda regla. Segundo, porque tienen la certeza de que si les pasa algo a ellos, no van a tener que ponerse los últimos de la fila para ser atendidos, y no necesariamente en el sector público. Y tercero, porque como he escrito tantas veces aquí, los seres humanos convertidos en estadísticas no provocan mayores problemas de conciencia. Reducidos a la condición de decimales somos muy manejables.
Morir de éxito
De todos modos, sería muy simplista cargar todo el mochuelo a los actuales titulares de nuestros sistemas sanitarios. En el caso de Bengoa, que es el que más conozco, basta con apuntar que en apenas año y medio ha pasado de gran esperanza blanca a mediano gestor gris, con sombra de sospecha incorporada, de propina. No recibió la mejor de las herencias, desde luego, pero es un hecho que bajo su bisturí el paciente a su cargo ha empeorado notablemente y se podrá dar con un canto en el fonendo si no tiene que firmar su certificado de defunción o, como poco, diagnosticarle el estado de coma vegetativo.
Insisto en que ni él ni Kutz son los únicos culpables. La Sanidad Pública camina al galope hacia la extrema unción. ¿Cómo es posible que eso ocurra, cuando hace tres días era nuestro gran orgullo? Pues, probablemente, por eso mismo. A Rocío Jurado se le rompió el amor de tanto usarlo, y a nosotros se nos ha hecho trizas el sistema común de salud de usarlo tanto y tan mal.
Magnífico artículo., particularmente al aludir a la condición profesional de los médicos y su particular visión de los clientes (en Inglaterra no pueden formar parte de los jurados por la razón que cita).
En lo del «cómo es posible que eso ocurra» debería preguntar a suveino de grato Blog sr. Anasagasti, que está muy orgulloso de la autonomía del Estatuto de la Moncloa de la LO 3/1979, de la que surge la sanidad pública actual en Vascongadas, que él llama «de Gernika» -encima con orgullo, no sé si con recochineo, a la vista de los resultados, claro que él tampoco se pone a la fila, al igual que Bengoa y Kutz.
Pero no proteja a Anasagasti y su partido, sr. Vizcaíno: estando Galán, o sea, el PNV, al mando del sistema regional de sanidad pública vascongado, el «sistema nacional de salud» (sic) en el que se integra aparecía en un estudio en el puesto vigésimo segundo de los de Europa, inmediatamente detrás del de la República de Hungría.
Pregunte en Sabin Etxea también, no solo al PP-SOE o al PP-SOE-CDN-UPN.
Todos tienen la culpa.Todos sin excepción.Menos la IA(i),por supuesto.La IA(i) lleva 30 años en cosas serias,no en zarandajas vacuas como gestionar la sanidad o la educación,30 años en el todo o nada y uno (de momento) disfrazando la rendición que está en puertas.La sanidad vasca lleva años en barrena,y esa barrena es estructural,de calado.Nada más hace falta saber sumar y restar para entender qué pasa en nuestra sanidad;O destinamos más recursos a ella o eliminamos prestaciones o restringimos el acceso universal.De donde se retraen más recursos para la sanidad?,de donde no?…..política pura,a ver quien le pone el cascabel al gato;Inclán no lo hizo,Bengoa vino (como todo el actual desgobierno) predicando «optimización normalizadora» pero nadie ve el trigo,al contrario,cada vez hay menos.
Vestir un santo para desvestir otro….claro que hablando de «sistema nacional de salud»(sic) también se pueden disolver los ejércitos,la monarquía,rebajar el número de coches oficiales,dietas de los parlamentarios,canapés, etc…..
PDT:Personalmente y aunque la pasta se dedicase a más canapés y a riojas decentillos,voto por disolver el ejército y la monarquía.
Sí, hay mal uso y abuso.
Hay ahora una medicina defensiva por parte de la atención médica tanto en Atención Primaria, como Especializada, basada en la imagen y en las pruebas diagnósticas Resonancias, Ecografías, análisis, etc..cada vez más la medicina ,quizá por su desarrollo actual, se basa más en la tecnología que en la historia clínica por mucho que se repita que la relación médico enfermo sigue siendo fundamental.
Si a eso se suma que hay ausencia de espcialistas, de cirujanos, traumatólogos, oncólogos, Gine…hasta pediatras, se puede comprender las listas.
Hay sinembrago, unas listas que van «rápido» la de los pacientes oncológicos, desde el diágnostico hasta la puesta en tratamiento puede pasar 3 semanas, si tres semanas es poco cuando tenemos cáncer.
No sé cómo se podría solucionar, el «ente» como se llama a Osakidetza, un ente de servicio público pero gestionado en base al derecho privado (ésto lo institucionalizó el Sr Azkuna) es poliédric, el Consejero actual en contraposición al anterio más afín a métodos faraónicos, se ha vlcado, parece ser, en la atención a los crónicos, esperemos que tanto a ellos como a los enfermos domicilarios crónicos y paliaticos se de la importancia y el presupuesto adecuado.
Queda por lo demás, la revaloración de la Atención Primaria, la figura del Médico de Familia, que sigue siendo desvalorada frente al especialista, cuando un Médico de Familia se pasa 4 años de guardias y formación hospitalaria, hay una falta de relación entre especializada y primaria..y esto crea la derivación en muchos casos no necesaria, pero es que la medician hoy está basada en diagnósticos hospitalarios las pruebas antes mencionadas.
No sé cuál será la solución ¿co-pago? ¿unas tasas mínimas por servicio sanitario? ¿seguirán los presupuestos generales cubriendo (hasta cuando) las grandes sumas que necesita Osakidetza?
Yo empezaría a intentar crear un servicio donde la privada y la pública se irían mezclando, no se puede mantener dos servicio potentes con gasto y más gasto, por qué no un sólo servicio de Atención Sanitaria ,juntar recuersos y dar servicio a la población?
Después una mayor educación sanitaria, un ejemplarizante recuerdo de uso de los servicios y sanciones con retrasos o pago de servicios en caso de acudir a servicios como en urgencias, cuando no es necesario, (atender a un chico o chica de 15 años por embriaguez que sea pagado por los padres por poner un ejemplo.)
No sé, y eso que casi ni hemos empezado con el tema.
Sin olvidar como lo hacen en Cuba, con la mitad de la mitad de los recursos y una salud y atención a el mejor nivel.
Dime, Xabier Intza,
De verdad es mejor el servicio de la sanidad pública de ahora que la que había en 1978?
Lo dudo, lo dudo, lo duuuu….doooo…
Debo reconocer que en el 78 mi máxima preocupación y la mayoría de mis energías estaban enfocadas a zumbar al máximo número de gorriones,a la fabricación de «tirabiques» (ya les hubiera gustado a los de la kale borroka un tirabique de aquellos….) y al «hurto» en la obra más próxima de diversos «materiales de construcción» para levantar (al fín) la enésima «txabola» en la que quemar algún que otro «celtas sin boquilla» o algún puro «tirapichonero» con boquilla de plástico.Todo ello mientras nos «deleitábamos» ojeando alguna revista o baraja de cartas xxx robada a algún hermano mayor o adquirida previa tirada perdigonera en el mismo tirapichón que los puros con boquilla de plástico.En fin,chocolate entre pan y pan, «prao» y poco más.
Mi relación con el sistema sanitario de la época se limitaba a alguna visita al ambulatorio con alguna herida o golpe más o menos importante tras acceder a la obra (en aquellos tiempos todavía se podía entrar a las obras sin casco y en «playeras»).Mi recuerdo de aquel ambulatorio,poco o nada tiene que ver con el ambulatorio actual,ni en medios ni en instalaciones.Mejor el de ahora,por supuesto,Donatien.Pero sí que hubo una experiencia,anterior al 78,que marcó mi relación con el servicio sanitario de la época,y no fué otra que una operación de anginas.Recuerdo una silla que tranquilamente se podría confundir con la típica silla eléctrica que podemos ver en cualquier documental actual,con correas y todo.Me recuerdo en aquella silla,pataleando, literalmente atado con las correas,recuerdo hasta el nombre del médico y recuerdo,también,que aquel médico falleció al poco tiempo en un accidente de tráfico.Recuerdo,finalmente,que no sentí especialmente aquella noticia (Dios me perdone).
Añadiendo a esto que mis posteriores y mucho más actuales experiencias con el sistema público de salud han sido(cuando menos en mi caso y el de mi familia)mucho más gratificantes y que mis mayores siempre han apreciado esa mejora de la sanidad (por mera comparación),concluyo que en mi humilde opinión,la actual sanidad pública vasca es mucho mejor que la del 78 sin perjuicio de que estemos en un momento clave y muy delicado para su futuro,y que como no se acierte en estos momentos,podemos volver al 78.
Yo también tiraba de txinbera por entonces (o más bien de tiratxinas aún), pero no tuve tu suerte y fui asiduo a hospitales y médicos del sistema público -incluso del dentista (sí, público)- y no tengo recuerdos de que fuera peor que el actual -que también he usado, y eso que fue hace más de esos 3 annos de los que habla el articulista. De hecho tengo buenos recuerdos de cómo fui atendido, aunque fuera un nino.
Ya adulto me tuve que operar en 2003,m cuando naaaaadie discutía que Osakidetza era una sanidad pública ejemplar del mundo internacional. No era una operación urgente, pero desde marzo hasta agosto (mes de vacaciones) hay 5 y medio meses (no uno y medio o dos como me adelantó el médico habría de ser). La operación fue en el hospital de Galdakao y muy exitosa en su resultado -todo hay que decirlo.