Algo huele a podrido en el giro copernicano que ha dado el caso Contador. De la noche a la mañana, Pedro J. Ramírez acoge en su regazo al candidato a casi seguro juguete roto, le quita la roña en dos o tres portadas de El Mundo con editorial adosado, lo presenta como mártir en el Marca (que también es suyo), le regala una presencia estelar en su canal de la TDT, y las afiladas lanzas se van volviendo inofensivas cañas. Hasta el presidente del Gobierno español y -para no ser menos- Mariano Rajoy claman públicamente por su inocencia y, como si no hubiera problemas más sangrantes, se explayan sobre la injusticia presuntamente cometida con el pedaleador. En esas llega la Federación española de ciclismo, se hace un puro con la sanción de dos años propuesta por la que creíamos todopoderosa UCI, y el de Pinto se vuelve a subir a la bici tan ricamente, previa nueva entrevista exclusiva en Cope, actual aliada mediática de su padrino con tirantes.
Querrán luego que no criminalicemos -también en este ámbito se emplea el dichoso verbo- el ciclismo y que confiemos con los ojos cerrados en la lucha de sus estamentos por la limpieza del deporte. Eso, los caciquillos (chupópteros, diría García) que viven como marajás de clásica en clásica y de criterium en criterium. Los otros, los políticos y los prohombres de la comunicación, pretenderán hacernos tragar que no ha habido trato de favor con el gladiador que con sus triunfos ha engordado el patrioterismo cañí. Habrían actuado igual con un pobre globero de los que quedan a siete horas en la general. Tararí. Nos han venido a decir, en realidad, que se pasan al Barón de Coubertain por la axila y que les importa media higa que las medallas que se cuelgan cual si ellos también hubieran subido el Tourmalet se hayan conseguido de forma más que sospechosa.
Que legalicen el dopaje
Después de esto, creo que la actitud más honesta sería legalizar y hasta promover el dopaje como sana práctica competitiva que, de propina, redundaría en beneficio del espectáculo. Además de ver a los txirridularis coronar los puertos como sputniks, cada media docena de etapas habría alguno que palmaría entre espasmos porque a su médico se le había ido la mano con la EPO. Y para el avituallamiento, claro, chuletones de Irun bien inyectados de clembuterol. Esto último, lo sé, no tiene ninguna gracia, pero no se me ocurre otra forma de no tomarme a la tremenda lo que los que han absuelto a Contador han dado por bueno: las carnicerías de por aquí arriba son como los coffeshops de Amsterdam.
Coincidimos en tema de blog hoy, Javier. No creas, lo de legalizar el dopaje debiera ser valorado en el deporte profesional. Sólo le veo un problema, y no menor: el del efecto que tal cosa tendría sobre el deporte aficionado y sobre todo, sobre los chiquillos que practican deporte escolar o extraescolar. Y sobre todo, temo a sus progenitores. No he visto cosa más forofa que un padre (o una madre, claro está).
Una página más de la España de chichinabo. El país donde hay más capullos por metro cuadrado de Europa. El patriotismo español es vomitivo y sin duda alguna «es el refugio de los canallas». Pero no engañan a nadie. Todo el mundo y parte del Espacio Sideral conocido saben con quien se están midiendo los cuartos. Sabemos que no hay Justicia Ordinaria: En Euskal Herria tenemos sobresaliente Cum Laude, ISO 9001 y 9002, AENOR, etc. de eso; sabemos que no hay Justicia Militar: hay ejemplos obscenos de ello; y ahora sabemos que tampoco hay Justicia Deportiva: ¡Cuidadín con las chuletas de Irún! Pero estos patriotas españoles que no se pongan muy cómodos, ya que la historia no ha terminado. Es de risa. Garcias a Dios y a mis padres me siento orgulloso de que por mis venas no corra ni una pu… gota de sangre española.
Me hace gracia tu comentario; solo recordar lo que pasaba por aqui cuando se le pillo a Gurpegui con un chute de nandrolona como para batir el record del mundo de los 100 mts. lisos…
Y no me vale eso de que lo generaba naturalmente; eso es la misma excusa que la del chuleton.
Hasta pulseritas se hicieron, jejeje.
Que rapido se nos olvidan las cosas, ¿eh?
Recuerdo el tour del 88 con Perico………………..
Lo que no entiendo es lo de..»gladiador que con sus triunfos ha engordado el patrioterismo cañí»
Habrá que entender que Indurain (cuyos triunfos hemos hecho los vascos nuestros, hasta Mikel Indurain le llamaban en eitb) Olano y cualquier deportista vasco que ha obtenido algún triunfo ha engordado el patrioterismo «jarorra» «koxkero» «borono?? (o cómo sería la versión vasca de «cañí»?).
Porque la exaltación patria vasca cuando alguno de los nuestros gana algo deja muy chiquita, muy chiquita, a la hispana.
Eres tan demagogo como los que criticas. Aprovechas su demagogia para hacer la tuya. Y eso que creo que en bastantes aspectos (medios de comunicación, políticos, etc.:9 estoy de acuerdo contigo.
PD: Infórmate correctamente. La sanción que la RFEC le había puesto a Contador era de 1 año, y no de 2.