Son la última moda importada de Alemania, que siempre fue tierra de promisión para los subdesarrollados de entre África y los Pirineos. Uno esperaría, pues, que tuvieran un impronunciable nombre en la lengua de Goethe, pero no; la intercesión de algún sabio en marketing ha querido hacerlos más digeribles bautizándolos en inglés, la jerga franca, y nos han llegado como “Mini jobs”. Hace un par de semanas sólo los conocían cuatro que se habían subido con la mochila al Berlín alternativo o a pegarse un Erasmus. Ahora, sin embargo, están en boca de todos porque Juan Rosell, baranda de la patronal española y creador de tendencias, los puso encima del atril en una de sus largadas requeteliberales.
Sostiene el que ha hecho bueno a Díaz Ferrán que el invento es el bálsamo de Fierabrás que vaciará las listas del paro. Sin esforzarse mucho, se nota un congo cómo saliva al decirlo. Es normal: no hay capataz al norte de Louisiana que no sueñe con la restauración de la esclavitud, y esta fórmula es lo más cerca que se ha llegado hasta la fecha. Mejor, incluso, que ese contrato de aprendizaje que proporciona sangre joven por el salario mínimo raspado. Por cuatrocientos euros, casi sin burocracia y extramuros de la cargante legislación laboral, los mini jobs procuran fuerza de trabajo a discreción y sin compromiso. ¿Como esos becarios eternos? Exacto. ¿Algo parecido al trabajo en negro de toda la vida pero blanqueado con un par de firmas? Tal cual.
Lógicamente, eso no se puede contar así y se ha construido una bonita teórica que pretende que la cosa está pensada como excepción y no como norma. Un parche para ir tirando. Lo que no hacen es cortarse a la hora de señalar a quiénes van dirigidos estos sucedáneos de empleo: jóvenes, mujeres y parados de larga duración. “Que son los colectivos que tragan con lo que les echen porque no les quedan más narices que hacerlo”, podían haber añadido.
Digame ahora Javier qué puede hacerse con 400€. Espera, te lo digo yo: sacarse el bono mensual de tren -lo de tener un coche y pagar la gasolina es de ricos-, vivir con tus padres y darles un poco para la comida, quedarse en casa y bajarse el ocio de forma gratuita, y ya, si eso, ahorrar un poco.
¿Pero es qué no se dan cuenta de qué con eso tampoco vamos a poder pagar lo que ellos produzcan? ¿Qué con 400€ una persona no puede vivir? O es que pretenden que trabajemos en muchos de estos MiniJobs. Ah, espera, entonces tampoco acabamos con el paro. Esto es una locura.
Y encima se cortan lo mínimo a la hora de expeler semejante excremencia mental (perdón por el palabro, pero la otra opción sería una retahila de tacos que avergonzarian a un legionario).
¿A quienes va dirigida esta genialidad?. Exacto, a esos colectivos que, como los «negritos» de las pelis de Tarzán constituyen el paisanaje -típico -necesario para que los prohombres verdaderamente importantes saquen adelante el pais, su pais.
Que los ciudadanos, cada vez mas súbditos y menos ciudadanos agachemos la cabeza también en ésta ocasión porque el gobierno que acabamos deestrenar hará el trabajo de marketing para colocarnos esta nueva parida.
Por cierto, se supone que los miunidonuts estos, al ser su carácter temporal y situarse fuera del ámbito regular de las relaciones laborales, tendrian que estar EXCEPCIONALMENTE BIEN PAGADOS, como todo trabajo ocasional, al carecer de un elemento imprescindible en los trabajos convencionales como es la seguridad de que mañana también vas a tener trabajo.
Se me ocurren varios posibles minijobs, asi a vuelo pluma cuando me he enterado, pero seguro que en unos dias será ilegal hasta pensarlo.
Pienso lo mismo que tu Javier. En el fondo buscan la esclavitud, les da vergüenza decirlo y al fin de al cabo es lo mismo. Caminamos hacia el estilo asiático: 18 horas, bocadillo y duermes en la factoría.
Cómo la historia siempre se repite, volveremos a ver revoluciones. Al tiempo.
Como siempre han cogido el rábano por las hojas. Los minijobs alemanes tienen una triple componente, por la cual son tan exitosos y yo los apoyaría si aquí se importasen en toda su condición, y no como pretenden hacerlo aquí:
-1: Allí se establecieron como una medida coyuntural y tanto empleado como empleador lo tienen regulado en el tiempo y condiciones de aplicación.
-2: Acceder a un minijob allí provoca que no se pierden prestaciones adquiridas tras períodos como Hartz IV (regulación de parados de larga duración) como puede ser la subvención al alquiler de vivienda y calefacción.
-3: La masa laboral alemana tiene una componente de dignidad partiótica (y no patrioterismo carpetovetónico de vía estrecha) y han aceptado la medida por el bien del país, con una capcidad de sacrificio impensable al sur de los pirineos. Gracias a ese sustrato de gente Alemania ha salido de su gran crisis laboral de la primera mitad de la década pasada, cuando llegaron a bordear los 6,5 millones de parados (Ahora son 2,7, con una población de 86 Millones de personas. Igualito que España). Gracias a esos minijobs la Bundesagentur für Arbeit (el Lanbide de allí, y que funciona como oficina de empleo, y no de paro como aquí) ha evitado el tener la sangría de pagar miles de millones de euros en fomentar la vagancia de las personas.
Yendo al tema de la BA (Lanbide alemán), cabe reseñar que en Alemania es OBLIGATORIO que todas las ofertas de empleo pasen por la BA, dado que la BA tiene total facultad de presentar candidatos que crea adecuados a los procesos de selección de las empresas. Es decir, que en la BA se dedican a buscarte empleo, siendo una eficaz herramienta de manera proactiva para ese fin, dado que además tienen un cuerpo de asesores que te ayudan a redactar currículums, etc. Es decir, que en la BA se esfuerzan en que la gente trabaje y prospere. No que se dediquen a rascarse el ombligo. por cierto, la recaudación fiscal de Alemania, sin haber tocado los tipos impositivos, en Noviembre de 2011 ha sido un 7,6% mayor que la de Noviembre de 2010, lo cual nos tiene que dar una idea de que ciudadanos prósperos hacen países prósperos, y socializar la miseria provoca más miseria. Sólo hay que ver la ruina que tenemos con Patxi I de Coscojales.
De todas maneras, también digo una cosa como constato otra: no hay trabajadores de calidad en el mercado laboral. Los parados son un colectivo de gente mediocre, poco preparada, etc. El que es bueno tiene trabajo y progresa, a pesar de la que está cayendo. Y hablo con conocimiento de causa. estamos buscando un empleado con un par de características concretas (una es un idioma europeo hablado por 100 millones de personas, y la otra es formación técnica a nivel de FP II mínimo. Aceptamos hasta sin experiencia laboral) y de 70 currículums que hemos leído, sólo 2 merecen una primera entrevista. Lo que no da ni un 3% de éxito.
Perdón por la perorata.
Un saludo y felices fiestas a todos… y todas, como diría el último Lehendakari que hemos tenido.
Bueno, Javier, el alemán moderno ha incorporado muchos anglicismos (como «Job») y también palabras de raíces latinas, por lo que se da el caso de que para muchos conceptos existe el vocablo «alemán» y el vocablo «internacional». En el caso de los Minijobs, la página de la Arbeitsagentur da como expresión alemana «Geringfügige Beschäftigungen», que significa literalmente «Ocupaciones insignificantes»… curioso, ¿no?
Más en detalle, un minijob puede ser, o bien un trabajo donde se paga un salario máximo de 400 € (salarios superiores pasan por la Fiscalía), o bien un trabajo que dura un máximo de 50 días laborables. Si bien no hay límites legales sobre la duración de la jornada, lo habitual es que las ocupaciones no lleven más de 4 o 5 horas diarias, por lo que la gente puede tener varios o bien compatibilizarlos con sus estudios. No hay ningún tipo de seguro previsto. Algunos de los trabajos que se ofertan como Minijobs son: conserje, empleado de seguridad o dependiente en una panadería de la estación (y diciendo «panadería» debe entenderse algo más parecido a un Pans & Company con autoservicio que a una panadería tradicional); reponedor de estanterías en un supermercado, peluquero, mozo de almacén…
Dicho esto: ¿la economía alemana funciona bien gracias a la existencia de los minijobs? ¿Importarlos a España -me temo que sólo el nombre; ya hay demasiados trabajos con condiciones iguales o peores- será la varita mágica que resuelva todos los problemas? Rotundamente, NO.
Salvo deshonrosas excepciones, la mentalidad de las empresas alemanas es que el jefe es uno más, que si tiene que echar más horas, las echa, que si hay una redistribución interna de los despachos, está ahí llevando cajas y muebles con los demás; y que los empleados -especialmente los cualificados- son el mayor activo de la empresa, y no unos parásitos que se interponen inevitablemente entre el «esforzado empresario» y su crucero por el Caribe. Mientras el jefe de la patronal española mire a Alemania para ver lo más precario, y no la mentalidad de equipo y de confianza mutua, no hay nada que hacer.
Un último apunte: tampoco nos creamos demasiado el tópico de los alemanes grises y sosos que sólo piensan en el trabajo. A los trabajadores alemanes les gusta la fiesta igual que a los españoles o más. Y sin necesidad de salir de su país.
Para Lothar.
Lo que describes que ocurre en Alemania, aquí es sencillamente imposible.
Tenemos sindicatos financiados de la teta pública (principalmente los señores de CCOO y UGT, con secretarios generales que viven como Pachás). Búsqueda continua del chantaje (los salarios de tramitación, las bajas vergonzantes (total, los médicos te firman lo que sea con tal de no enfrentarse a un trabajador que puede tranquilamente amenzaarlos si no le dan la baja…..), los 45 días de indemnización como única vía real de despido (otras alternativas, aunque el Sr. Trabajador insulte al empresario en público o realmente no haga nada) son imposibles, cuando en nuestro entorno son menos de la mitad los días. Autolesiones varias (si, no os rasguéis las vestiduras, 100% cierto) para tener la baja, etc etc que hacen que una salida de la crisis sea imposible. Para no hablar de la Administración pública, ya que montar una empresa es un sinfín de trámites inútiles, montados para dar de comer al notario de turno y al resto de mangantes varios extendidos por la geografía.
«Bastante ganan» , «ya se forraron con las vacas gordas, ahora que apechuguen» (se olvidan de que eso fue hace mucho y en un sector concreto) , «ahora me toca a mi», «tengo derecho» , «que meta horas extras su padre», ….. Además de una cualificación nula y vergonzosa, que lleva a que un porcentaje muy elevado de la fuerza laboral sea prácticamente incapaz de cubrir la demanda (cualquiera que sea) y lo que es peor , sin ganas de aprender con esfuerzo, únicamente «si me lo dan, que yo lo merezco».
Así que no me cuenten películas. No se preocupen que no habrá minijobs. Y pronto, ni siquiera «jobs». A ver entonces. Quizá una buen república (bananera) y progresista, solidaria con el mundo y llena de tocapelotas.
Las cosas deben estar fáciles para quien se quiere arriesgar a abrir una empresa, metiendo horas sin parar. Y no al revés. Porque si no hay empresas, el resto da igual.
Pero siempre, claro, los responsables son «ellos», que «ganan mucho» y «mira que bien viven»…….. Una sociedad construída para los «vagos-listos-con licencia de supersolidarios», esos son los que medran. Recuerdo una entrevista, a un candidato que para empezar parecía un macarrilla, cuyas primeras palabras, antes de presentarse en vez de ser lo mínimo esperable («Hola, soy XXXX, …» lo básico, vamos) fueron: «Y aquí, ¿qué me vais a dar?». Apaga y vámonos.