Lo de tantas veces: se acaban los caracteres y parte de lo que se quería decir emigra al limbo. En ocasiones, lo más importante. No sin razón, varios lectores dieron con uno de los puntos flacos de mi columna de ayer y como hay confianza, me lo hicieron saber con esa amabilidad crítica que nunca agradeceré lo suficiente. Quedaba claro desde la obviedad del título que doy por hecho que el camino emprendido por ETA es irreversible. Sin otros argumentos que los pobremente expuestos, el pronóstico parecía más una corazonada que una idea basada en hechos firmemente cimentados.
Pues la primera en la frente, porque carezco de datos incontrovertibles e inequívocamente fidedignos sobre lo que pueda estar ocurriendo en el núcleo duro de la banda. Es más, ni siquiera sé por aproximación los nombres, los alias ni la adscripción de quienes componen tal entelequia. Pero en eso, me temo que no soy el único que anda pez. Otra cosa es que mole un rato ir de entendido y liarse a llenar páginas o minutos con fantasías que por su propia naturaleza nadie va a salir a desmentir. Cuando tomemos la suficiente distancia y alguien pase seriamente por el cedazo estos años, veremos que la inmensa mayoría de las cosas que nos han contado son ficciones, cuando no puras intoxicaciones.
¿Y sin saber a ciencia cierta cómo respiran los que en última instancia han de tomar la decisión se puede aventurar que no hay marcha atrás? Estoy firmemente convencido de ello porque esa decisión será, en todo caso, la suya, y se quedará en menudencia anecdótica al lado de la importante, que es la que ha tomado por aplastante mayoría la sociedad vasca. Esa es la que es irreversible e incontestable y, lo fundamental, la que ha marcado y va a seguir marcando el curso de los acontecimientos. Le pese a quien le pese y le duela a quien le duela, hemos cambiado de página y no tenemos la menor intención de regresar a la anterior.
Pues yo creo que te equivocas. Creo que tienes la suficiente edad y experiencia para saber que nunca sabremos la verdad, ni nosotros ni las generaciones que vengan.
Abarkada bat.
Pues yo creo que no te equivocas, y no estoy polemizando por polemizar, como diria aquel, con Jou de que nunca sabremos toda la verdad sobre el asunto.
Pero ello no es incompatible con el hecho incuestionable de que ·esto» se ha acabado, independientemente de que en el futuro pueda haber algún repunte puntual de violencia, quién sabe si hasta interesada.
Pero lo fundamental es que en la calle, en la sociedad vasca en general, que es lo que importa existe «esa» sensación de que ahora todo va a ser diferente PORQUE TIENE QUE SERLO, de que ETA se ha ido o la han echado y no nos importa una mierda quién se ponga los laureles.
Hasta que se de el siguiente paso importante en este largo proceso creo que no deberíamos caer en las previsibles trampas de la vanidad, de la humillación al contrario y otras emociones que son tan humanas y a la vez tan peligrosas para la sociedad.
Tendriamos que aprender de los que han hecho este recorrido antes que nosotros, ¿no?.