Como las arcas de la Autónoma Comunidad están a reventar y el que diga lo contrario es un antipatriota, al consejero Bengoa no le llegaba el estetoscopio al cuello y andaba viendo de dónde se podía rascar para que la ex-joya sanitaria no acabara definitivamente en bisutería chungalí. Descartada la opción de sacar a la venta camisetas, pins y llaveros con el lema “Yo (corazoncito) Osakidetza”, busca que te busca una solución, el Galeno Mayor de Patxinia fue a toparse con ella un día que estaba dando de beber a su (seguramente modesto) utilitario. Qué cosa, oye, las gasolineras, que encuentras de todo, desde una baguette escuchimizada a musicassettes de Los Chichos y Camela, pasando por la salvación del sistema público vasco de Salud.
Desde luego, la idea, que ya ha funcionado por ahí con desigual fortuna, es de Nobel de Economía o, como poco, de Veterinaria. Se trata de poner en práctica el legendario “tacita a tacita” de los anuncios de café de Carmen Maura o si lo prefieren, la sabiduría de mi abuela Onésima cuando se agachaba a recoger dos reales: un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Pues lo mismo, pero traducido a céntimos multiplicados por litros de carburante. ¿Al precio que va el caldo, qué más le da a usted, hombre o mujer de Dios, que le claven un euro y cincuenta que un euro y cincuenta y uno? Ni lo va a notar, y menos, si paga con tarjeta o si siempre echa, supongamos, diez o veinte euros. Está todo pensado.
¿Qué, ya le van a encontrar pegas? ¿Que al cabo del año es un pico y para transportistas, un sablazo del quince? ¿Que no acaban de ver por qué los que no conducen van a aportar menos a la hucha para boticas? No den ideas, que esto del céntimo adosado es muy flexible, y lo mismo se puede aplicar a las rondas de potes, las raciones de rabas, las llamadas de móvil o las entradas de fútbol, que de eso no se quejan tanto, so insolidarios. Aflojen el bolsillo.
Y así ha sido como algo dramático ha conseguido hacerme sonreir.
Creo que es evidente que los que vamos en coche a trabajar o a cualquier parte, tenemos más obesidad y otras enfermedades por lo que parece justo que paguemos más a osakidetza.