Tendemos a pensar, bien es cierto que porque nos dan motivos para ello, que los políticos ya salieron políticos del vientre de sus madres. Como solo los conocemos en esa faceta —y a muchos, desde tiempo inmemorial—, se diría que forman parte de una especie diferente a la del resto de los mortales, con sus propias leyes, determinismos genéticos, y pautas de comportamiento. Y no es así, sino exactamente al contrario. Para lo bueno, lo malo y lo regular, son humanos. Bajo la cubierta de Armani o Elena Benarroch hay seres de carne y hueso con las mismas o parecidas pulsiones, virtudes y miserias que acarreamos los demás. Es ahí donde tenemos que acudir para entender (o tratar de entender) sus tantas veces peculiares conductas.
La actualidad nos regala un ejemplar perfecto para el profundizar en esta teoría. Sea lo que sea lo que ha acabado con una carrera tan prometedora como la de Santiago Cervera, la razón última, o quizá la primera, está en el factor humano. Quedaría por establecer, lógicamente, la naturaleza de ese factor. Los que se pasan la presunción de inocencia por el forro de sus conveniencias y juzgan y condenan en el mismo viaje dan por hecho que al expresidente del PP navarro le perdió la codicia, que es cien por ciento humana. No es una hipótesis inverosímil del todo, habida cuenta de los abundantes precedentes, pero a mi, supongo que por el conocimiento previo que tengo del personaje, me cuesta creerla.
Como, al fin y al cabo, esto va de especulaciones, aventuro la mía. A falta de más datos, creo que Cervera ha sido víctima de un cierto narcisismo bañado en quintales de ingenuidad. Se creyó el prota de una de esas series negras de las que tanto hablaba en Twitter y se pilló los dedos en la famosa rendija de la muralla. Con gorro de lana y bufanda de doble vuelta, para más recochineo y automortificación. No hay nada más humano que ir a por lana y salir trasquilado.
Cervera me recuerda un poco a Michael Jackson, que le acusaron de cosas terribles (finalmente falsas) pero desde el principio dabaq más pena que otra cosa.
Por cierto ¿nadie va a investigar lo de la CAN? ¿Será que sino les quitan los abrigos de la Benarroch?. Los políticos son una gran decepción, sí muy humanos…demasiado humanos para lo que se espera de ellos. Bildu me ha decepcionado muchísimo, ellos tb se quejaban de los políticos y ahora van y son los mismo ¿dónde quedó lo de hacer referenda para preguntar al pueblo temas importantes????.
Caso aparte es el PP que va acabar con su pueblo y con el mío. Tanto hablar de democracia pero lo suyo es el fascismo aunque camuflado. Quieren un estado nacional con catalanes y vascos desaparecidos (los gallegos ya están), una clase dirigente que estudia y los pringados que curran. Al final volverán los grupos armados: Todo parecía que GRAPO,Brigadas Rojas,ETA etc eran historia pero tb creíamos que el franquismo había muerto y no. Está muy vivito con piel de oveja de la Benarroch pero ya se sabe lo que hay dentro.
Perdón, era «si no» o no sino. Voy a tener que volver a la escuela.
A mí me recuerda a Dominique Straush Kahn,su repetitivo «factor humano» acabó con él.Más de una vez y dos, taparon otros affaires del susodicho y adviertieron, que le pasará factura, y al final así fue.
Santiago Cervera, estoy de acuerdo contigo Javi, es el prototipo de narcicismo, brillantez a costa de todo, y subir sin límites, hasta que se topó con el muro.
Quizá, fuese trampa, o no pero su factor humano estaba desde lejos con lucecitas rojas, y no de Navidad precisamente.
Pues ahora mismo deberia estart pidiendo disculpas por mis mordaces palabras del otro dia, puesto que no conocía de nada al interfecto y sólo después de leer lo que se publicó wn Deia acefrca de su curriculm politico, y a la luz de los últimos descubrimientos, parece que cobra fuerza el argumento de la conspiración.
Lo cual no convierte al presunto necesariamente en inocente, pues aún no sabemos quién demonios ha orquestado el affaire y es probable que no lo sepamos nunca.
Es decir, que la autoria «intelestual» de este entretenimiento sigue sin ser concluyente y por lo tanto «en habiendo dudas», nadie pierde toda la partida, aunque no sabemos quién y por qué ha organizado (exactamente) qué, y mientras no se entre a saco en las actividades de Asiain e hijos
(y toda UPN, en realidad)…siempre nos quedará James Ellroy.