Nuevo modelo policial

Ya decía el torero que hay gente pa tó. Unos buscan unicornios, el arca de la Alianza o planetas habitados en el extrarradio de Alfa Centauri. Otros, sin duda más ilusos que los anteriores, pretenden dar con un nuevo modelo policial. Supongo que no es casualidad que en los últimos días me esté encontrando con tan idílica formulación en el encabezado de varias convocatorias de prensa firmadas por entidades de distinta finalidad social, obediencia ideológica y/o adscripción profesional. Si fuera tan mal pensado como los que sí lo son creen que soy, diría incluso que estos actos en pos del maderamen del futuro son contraprogramaciones recíprocas o intentos de sacar la cabeza en una carrera que, por lo visto, ya ha empezado. Quien enseña antes la burra o la moto, la vende mejor.

No es mi intención desanimar a los organizadores de estos encuentros, jornadas o sanedrines —gentes, por otra parte, inasequibles al desaliento—, pero debo manifestar mi escepticismo ante su empeño. Me temo que hay poco que rascar en lo que Max Weber [vaya columnista más pedante] bautizó como “monopolio legítimo de la violencia”. De Patagonia a Groenlandia, el asunto este de las porras funciona por un patrón muy similar, con una diferencia mínima, si cabe, en grados de urbanidad. Conste que no lo apunto como proclama antisistema, sino como pura constatación a fuerza de tragarme telediarios o películas, series y novelas del gremio.

Yo, que hace años agité frenéticamente mis rizos difuntos coreando con Eskorbuto “Mucha policía, poca diversión”, he alcanzado la convicción —dolorosa, no crean— de que es imposible prescindir de las fuerzas de seguridad. Asumido eso, me queda el derecho a reclamar que me den motivos para respetarlas en lugar de para temerlas. Lo que no puedo pedirles es que si me pillan robando el bolso a una ancianita, me saluden con una sonrisa y cambien de acera, según alguno de los nuevos modelos.

5 comentarios en «Nuevo modelo policial»

  1. Creo que esos «granos de urbanidad» a los que aludes en uno de tus párrafos pueden ser la diferencia entre que respetes a tu policía, y la temas.
    Ya se que a muchos uniformados o trajeados les pone mas lo segundo, necesitados como estarán de reforzar una autoestima que nunca nos sobra a nadie, pero es que no hay color. ni olor, ni sabor, entre una policía respetuosa con los ciudadan@s (en este estado, súbdit@s) y otra que se parece encarnar a la perfección aquellas palabras que le atribuían al emperador Tiberio cuando aún no lo era: «que me teman, siempre que me respeten», y que cambió sutilmente años después a «que me odien, siempre que me teman» (Robert Graves dixit).
    Para quitarme de encima la posible pelusilla pedante y tal diré que esas frases las leí hace siglos en Yo, Claudio.
    Imagino que mas de uno se acordará de la novela que regaló la antigüa Caja de Ahorros Vizcaina…

  2. Si es posible ese otro modelo policial, que no esté formado mayoritariamente por fascistas y gorilas de gimnasio con complejo de minipene, plis.

  3. ese otro modelo es posible y existe, pero no se ve. Lo tenemos delante todos los dias, y no nos damos cuenta, porque no son citas de noticiarios. La policia sigue estando, aunque no de noticias de abusos o de excentricidades.

  4. A mí me gustaría una policía que defendiera al pueblo, que no pegará a los desahuciados por ejemplo.
    Sí, vale me voy en el unicornio.

  5. La policía es la de siempre; franquista/represora/autonómica…cuando le toca lidiar.
    Cada «cuadrilla política» sabrá dilucidar cual será el papel de dicha policía. Y cada ciudadano sabrá elegir mediante sus votos, qué política quiere «tener encima de su mesa».

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