No sé si será cuestión de días, semanas o meses, pero algo me dice que durante un tiempo vamos a tener motivos para añorar el (supuesto) inmovilismo del Gobierno español respecto a la superación de la(s) violencia(s). Tiene toda la pinta de que el perezoso Rajoy está saliendo del desesperante letargo y va a comenzar a dar pasos. Pero no en el sentido de la marcha que esperamos y llevamos demandándole desde que se aupó a Moncloa, sino exactamente en el contrario. Es probable que su voluntad fuera, según su costumbre, seguir mareando perdices y silbando a la vía hasta que el calendario solucionara el asunto, aunque fuera pudriéndolo del todo. Sin embargo, se han cruzado en su camino las asociaciones que se arrogan el monopolio de la representación de las víctimas —de las ETA, que son las únicas y verdaderas— y al cachazudo presidente no le va a quedar más remedio que saciar la sed de venganza de la bestia que él y los suyos alimentaron.
Por de pronto, después de dejarse echar una bronca de espanto por una señora que vive de prostituir el dolor genuino en rencor ególatra, el que nominalmente manda en el ejecutivo y en el PP tuvo que adherirse a la manifestación del domingo en Colón. Otra cosa es que él no vaya a tener el cuajo de presentarse en carne mortal para que, encima, le calienten las orejas por blandengue, pero el sello de la gaviota ha quedado a pie de página de la convocatoria. ¿Qué opinarán los pop vascos de la claudicación?
Y luego está ese Estatuto de la Víctima que hoy mismo aprobará el Consejo de Ministros, con pestazo a fraude de ley y a futuro nuevo varapalo desde Estrasburgo. Otra concesión para aplacar al monstruo, que seguirá pidiendo más… y obteniéndolo. ¿La venda antes de la herida? Ojalá pueda decirles dentro de equis que me precipité en el pronóstico, pero creo que es mejor disponer el ánimo para una recaída o una vuelta a las andadas. Por si acaso, más que nada.
Pues si, parece que el diagnóstico va por ahí, con un expulsión tóxica de gonadotropina bélica, de las que quedan muy toscas en la fria Europa (yo tb creo que les tumbarán unas cuantas leyes, pero no antes de hacer todo el daño que puedan).
En cierto sentido me recuerda aquellas épocas no tan lejanas de las manifestaciones multitudinarias de los sábados en Madrid; las manifestaciones de los obispos, las de los retrofatxas de bigotillo, fusil y mantilla, y tantas otras que colapsaban los manifestódromos de la capital del reino.
Creo tb que a estas hay que tenerles mas miedo debido, fundamentalmente, a la pasividad o incompetencia de la leal oposición (¿la que? y a la inevitable mezcla de sentimientos contrapuestos entre muchas familiares de víctimas que han visto repetidas veces cómo una red incomprensible de leyes otorgaba al parecer mas derechos al verdugo que a su victima.
Esa incomprensión es y ha sido un error de todos nosotros, no solo de los políticos y legisladores profesionales.
También de las personas que de una manera u otra han tenido la oportunidad de hacerles ver que la ley es otra cosa, y que sus derechos políticos no alcanzan a decidir por encima de nada ni de nadie, que el concepto de sociedad civil es el resultado de un larguísimo camino al que se ha llegado tras mucha sangre y miseria provocada, mira tu por dónde, por toda esa caterva que está en el poder, el institucional y el fáctico.
Entre las asociaciones de damnificados por los malisimos tiene que haber, aunque sólo sea por estadísticas, gentes verdaderamente honestas que harian muy bien en despegarse del enorme buitre en el que se ha convertido la gaviota a ojos de cualquiera.
Pero, quien soy yo pare decirle a nadie que no se deje mangonear por oscuros intereses de poder, si no se lo que es ser víctima de nada.
Desde el derecho romano, se ha considerado un avance de la sociedad el separar a la víctima de un crimen de la administración de justicia, que quedará en manos del Estado, que mediante la aplicación de la Ley (justa o injusta) pero proporcionada por todos, administra merecidos. Esta cesión del ámbito privado al público es el precio de que a todos nos proteja ese mismo estado. Con el ascenso político de las Asociaciones de víctimas a niveles de partidos políticos se está cruzando una raya roja peligrosa en la administración de justicia. Una cosa es lo que le haríamos al asesino de nuestro familiar o amigo, y otra cosa es lo que el Estado, a través del poder judicial, y con su deseada (no sé si conseguida) ausencia de emociones e ideologías partidistas, juzgue qué merece mi agresor. Donde hay emociones no hay justicia (tampoco injusticia necesariamente). Donde hay ley, su aplicación honesta y ecuanime puede generar justicia.
No estoy de acuerdo contigo, Julián. Es verdad que muchas víctimas de crímenes son partidarias de la ley del Talión pero en nuestro caso se las deja más que solas, si has tenido alguna vez algún contacto con tribunales sabrás que las víctimas que se lo pueden costear, pagan a un abogado como acusación particular porque el fiscal defiende sólo las leyes y mira si ha habido delito o no, pero la víctima allá cuidados y ellas se ven desasistidas. Algo habrá que hacer para que las personas normales no nos encontremos como animalillos perdidos en la selva y teatrillo de los juzgados, donde sólo importan los procedimientos y las banalidades. No digo que las víctimas impartan justicia pero que no estén como un convidado de piedra.
Tb quiero recordar que no todas las víctimas quieren matar a su verdugo, me estoy acordando de la chiquilla de la que abusó Roman Polansky, que lo que más quiere es que la olviden y la dejen tranquila (pero ni de coña, la ley es la ley y la víctima hor konpon) o por ejemplo aquella mujer española que se casó con un marine y al de años se volvió a su país con la hija de ambos….pues la tía está cumpliendo sentencia a pesar de que el ex marido la perdonó….ridiculeces. las víctimas no importan a no ser que se hagan lobby, como las del terrorismo.Hoy viene algo de que le han echado a una chica por no ir al trabajo el día de su deshaucio (no lo he leído todavía) pero no te quepa duda que si va a los juzgados le darán por el flis a no ser que haya una campaña a su favor…como aquel tío riojano que mató a un chaval que iba en bici y luego quiso que la familia le pagara los daños del coche….y seguro que era legal y tenía posibilidades de ganar el juicio, menos mal que la familia hizo ruido, formaron una asociación etc…Total, que me lío, que los tribunales de justicia no saben nada, saben de leyes y procedimientos.