Nacionalistas, ya lo sabrán a estas alturas, son siempre los otros. Lo escribo, creo que por septuagésima vez en estas líneas, sin haberme recuperado aún de la hemorragia cañí del último 12 de octubre, día que para algunos nunca ha dejado de ser el de la raza. Y el de la caspa por toneladas. Qué manera, óiganme ustedes, de dar el cante con lo más rancio del repertorio de los tiempos de la sección de coros y danzas. ¿Exagero? Busquen por ahí —sin ir más lejos, en la página de Facebook de Euskadi Hoy de Onda Vasca— la portada que se cascó el domingo el diario monárquico por excelencia, el mismo, oh sí, que fletó el Dragon Rapide para que Paca la culona se llegara a la península a hacer una escabechina de rojo-separatistas.
Consistía la cosa en la reproducción de un sello de correos, naturalmente de España, con cincuenta mujeres (el toque machirulo, que no falte) ataviadas con el traje característico o así de las otras tantas provincias de la tierra de María, martillo de herejes, y me llevo una. Para redondear la bacanal de tipismo, se restauraban las demarcaciones y, por supuesto, la grafía de la enciclopedia Álvarez. O sea, que renacían como provincia Logroño, Santander, Oviedo y, cómo no, Navarra, con la nomenclatura fetén, igual que Álava, Vizcaya, Guipúzcoa o Lérida.
Fíjense qué tremendo autorretrato. De entre los miles de motivos completamente legítimos y respetables para sentirse y declararse orgullosos de España, se esgrimen, no ya los de trazo más grueso y los que inciden en una homogeneización burda, que también, sino además, aquellos que remiten sin disimulos a la dictadura franquista.
Lo dije en otra ocasión citando a Ortega y Gasset y su “España invertebrada”: algunos han confundido España y lo español consigo mismos: sus deseos políticos sus ideologías o sus vesanias. Y venimos, cuando menos, padeciendo este sometimiento más de 80 años. De tal modo que “ser español” es ser nazionalcatolico y rojigualdo o no se es. No puede ser español un ateo, un anti taurino, uno que prefiere leer a ver futbol….. Tal es así que al instante se le cataloga de “rojo”, “separatistas” o “maricón” porque ya no es español sino eso mismo. Esto me retrotrae –y ahora que en el PP vascongado está en horas bajas- a los tiempos de los lacitos azules y de “los demócratas contra los violentos”, en los que los arietes peperos y foreros de ermua y demás “libertadores” de la pretendida tiranía nacionalista vasca, nos platicaban, ere que erre y a destajo, acerca de cómo se habían apropiado del ser vasco, de lo vasco, algunos y que ser vasco, también, no tenía nada que ver con ser del PNV o abertzale. Parece mentira que tuvieran tanta clarividencia para con esto y ninguna para lo otro, para cuando en vez de hablar de lo vasco se habla de lo español: si en el primer caso era tan vasco un no hablante de euskera e incluso detractor de su uso, un no independentista y conforme con la actual división del pueblo vasco –la parte administrada por España- en dos autonomías y un no votante de partidos definidos o entendidos como nacionalistas vascos, cuando pasamos a lo español jamás se les ocurría decir lo mismo: que un buen español también era quien odiara el castellano, quien no le importara si España era dividida y quien votara a partidos no españolistas. No, nunca nos dijeron que un tipo así era un buen español pero si era un buen vasco o tan vasco como los llamados nacionalistas vascos, ese mismo tipo si la referencia en vez de España era Euskadi.
Cada día que pasa resulta más nítido ver que el gran problema de España nunca fueron ni los nacionalismos periféricos ni el separatismo, sino eso que se ha venido llamando centralismo y que no es otra cosa que fascismo o nacionalcatolicismo disfrazado de España y español. En España, intuyo, viviríamos muy felices y contentos los vascos, catalanes gallegos y españoles sin no estuvieran de por medio los biliosos rojigualdos que son quienes, como no entienden nada ni de nada, se dedican a incordiar y hacernos la vida imposible al resto imponiéndonos sus estupideces racistas, religiosas e ideológicas y exacerbando su miope visión de la realidad española y haciendo exacerbar la de los demás, o sea, el conflicto perenne que padecemos.
Bastaría que reflexionaran un poquito y se dieran cuenta de que los españoles (los alemanes, los franceses, los vascos, los catalanes) no nacen si no que se hace, se crían: un bebe nacido de dos españoles puesto en china jamás será español por espontánea condición: se criará chino, hablara chino y le gustará el arroz tres delicias. Jamás echará de menos los toros, la paella, la semanasanta ni al real Madrid. Esa “España” y ese “ser español” que pretenden es un invento como todo y todos los demás y entender y aceptar esto es imprescindible para empezar a asumir a los otros y a uno mismo, quitando importancia a lo que no lo tiene. Pero si se sigue envenenando a las masas mediante la mentira de que “España” y “lo español” es así por divina intercesión, el odio y el deseo de hacer realidad tal designio nos condenará –nos condena- a la situación actual.
Que sea español quien quiera serlo y que sea español como él quiera serlo y así será vasco o catalán también quien quiera y como quiera serlo, pues es la forma de entender que no somos de ninguna nacionalidad porque podemos ser de todas: somos terrícolas, peatones… con la única pretensión de encontrar nuestro hueco y ser felices y eso es lo importante. ¿Dónde está el problema?
https://en.wikipedia.org/wiki/Cecil_Bebb
Tirando un poco del hilo… me he vuelto conspiranoico. ¿Y si fueron los servicios británicos quienes promovieron y sostuvieron al militar golpista y dictador F. Franco? Su implicación en el vuelo parece más que clara.
Pero eso no tiene nada que ver con ninguna «conspiranoia». No con servicios secretos. Y lo del Dragon Rapide, pues sí, pero mera anécdota.
Es evidente que a las «democracias» occidentales les daba pánico que en la península ibérica, con control del estrecho de Gibraltar, con puente al norte de Africa, a tiro de piedra no sólo de Francia sino también de Inglaterra., se instaurase un régimen stalinista promovido por la URSS, que es en lo que se temían iba a acabar la II República con los gobiernos del Frene Popular.
¿Promover el golpe de Franco? No sé si tanto. Además, no hacía falta; los golpistas y las derechas ya se organizaban solitos. Pero así como Franco tuvo el apoyo del eje (Alemania, Italia), los posteriores aliados dejaron hacer, no se implicaron.
Y terminada la II Guerra Mundial, entrando los aliados a saco en Alemania a Italia a barrer al nazismo y fascismo e «implantar» democracias al uso…dejaron a Franco (que había intentado, viendo la derrota de Hitler y Mussolini, maquillar su parafernalia fascista pero no colaba) subsistir por miedo a que una democracia durara en España dos telediarios ante una nueva oleada revolucionaria impulsada por Moscú. Trumann y Churchill lo tuvieron claro; y como años más tarde formuló Kissinger…»es un H.P. pero es nuestro H.P.»
Larry, larri-larri jarri nauzu. En romance, ergo manu militari se solucionaron los problemas “eternos” de la patria, el nacionalismo separatista, el sindicalismo revolucionario y la guerra de África (ahora llamado emigración). Primero con Dictablanda, luego Dictadura y espero que sigamos confiando en la Democracia, aunque sea con dos reyes, el primo de Rivera e Iglesias jr. ¡Mus! El ateísmo ya no es problema gracias a la Obra y a pesar de un argentino. Nada, pequeñas anécdotas, un golpe de estado y dictadores ensalzados… ¡son de los nuestros!. Right or wrong, (Portugal, Grecia, España e Irlanda) it’s my country! Eskerrik asko Larry.