Quiroga: valió la pena

Rivales, enemigos… y compañeros de partido. Capri c’est fini, game over para Arantza Quiroga, enésima víctima de los cuchillos aleados en la propia forja y empuñados por las mismas manos que no hace tanto le regalaban —ella no podía saber que era a crédito— caricias, guiños dizque cómplices y otras cucamonas de aluvión. Demasiados Brutos como para reprocharles la deslealtad de uno en uno. Como espectador del psicodrama, confieso mi sorpresa ante la gelidez de algunas actitudes. ¿Era necesaria semejante crueldad con quien ya se debía de saber tocada y a punto de hundir? Porque… se sabía, ¿verdad? ¿O será, acaso, que aquel jueves de dolores, nadie salvo una que lleva ese nombre, marcó su teléfono para echarle una gota de árnica a la herida o, siquiera, para preguntarle cómo llevaba la digestión del sapo? Vi el otro día en un documental que el olor a escualo muerto ponía en fuga a manadas de tiburones. Pues tal cual, oigan.

Daría una peseta con la efigie de Franco joven por los pensamientos mejicanos de Antonio Basagoiti, cuyo dedo invistió a la ahora caída en desgracia. Y añado a la puja un duro como los de los tanguillos de Cádiz por las cavilaciones de la propia interesada, aunque puedo imaginarme que se parecen un potosí a la letra de Yira-Yira: Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor. Por si sirve de consuelo, y aun sabiendo que quizá un futuro giro de puerta haga innecesarias mis palabras, le diré que lo que ha provocado estas horas amargas merecía la pena. Me alegra oír de sus labios que una y mil veces volvería a hacerlo.

Un comentario en «Quiroga: valió la pena»

  1. Solo decir, que aún estando en las antípodas en muchos aspectos con Arantxa Quiroga, le digo: Bravo.
    Viendo la foto del DEIA digital, con la «Banda de los 5» , demuestra esta mujer que los arrestos, como en otras muchas ocasiones, no se producen por la testosterona.
    Han cambiado, el PP, en su posición con el matrimonio homosexual, incluso con el aborto en ciertos supuestos, pero dar un paso para acercar posturas y pacificar, imposible.
    Lo dicho, Bravo Arantxa.

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