Brexit

De entrada, Brexit me suena, supongo que por proximidad fonética, a brasa. También a complejo vitamíco para vigoréxicos, producto de limpieza para devolver el brillo a las vitrocerámicas castigadas o chicle de a doblón el paquete. Eso, en cuanto al nombre. Si voy por la coreografía que he visto en este par de días de cumbre de barandas que se hacen selfies comiendo pizza, la cosa se me queda en un Gran Hermano VIP, una Isla de los famosos o un Bruselas Shore cualquiera.

Dirán que menuda profundidad de argumentación, y me harán reconocer que, efectivamente, ninguna. Si en otras ocasiones escribo en el filo de la navaja, en esta lo hago desde el más grosero desconocimiento de lo que implica o deja de implicar que (la) Gran Bretaña abandone la Unión Europea, que es lo que se supone que han conseguido evitar los superhéroes de barrio alto, incluido el que lleva un congo de semanas en funciones.

Desde mi osada ignorancia recién confesada, empiezo preguntando si eso es verdad. De entrada, el referéndum se va a celebrar, y ya hemos visto a media docena de ministros de Cameron —que solo llevó tres camisas a la cumbre, por cierto— torciendo el morro y diciendo que menuda mierda había aceptado su jefe. Al otro lado, sin embargo, contemplamos a Juncker y Tusk (excuso anotar sus cargos) dando a entender que habían cedido un riñón y medio hígado, pero que había merecido la pena. Y ahí llega mi (repito) indocumentada duda, y no me la mezclen con ya saben ustedes qué: cuál es el motivo de tanta insistencia en mantener en el club a quien, aparte de estar como si no estuviera, no parece muy interesado en seguir.

Un comentario en «Brexit»

  1. Las negociaciones entre el primer ministro británico, David Cameron y la Unión Europea, llevada a cabo bajo la presión de un referéndum sobre la UE que tendrá lugar pronto, revelan la validez del método de la consulta popular para toda decisión importante en una sociedad… cuando se pone la gente a la mesa a través de un referéndum en vez de que «nos decidan» las élites. Así, ha sido admitida por primera vez el problema asociado con la ayuda social pagada a los inmigrantes procedentes de Europa y que Europa puede tener múltiples monedas.
    Sin embargo lo obtenido por David Cameron parece poco. Ninguna de las palancas importantes para la soberanía nacional, la protección y la prosperidad se logran con este acuerdo. La UE tiene claramente un montón de problemas para deshacerse de su ideología, que es más religión que visión del mundo tal como lo que realmente es.
    Por lo tanto, es razonable imaginar que los británicos que desean recuperar su libertad por el Brexit no serán convencidos por este acuerdo y seguirán estando en contra del totalitarismo destructivo de la Unión Europea votando NO.

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