Qué idea más inspirada e inspiradora, oigan, la del figurín figurón naranja. Dice Alberto Carlos de Todos los Santos que cuando él gobierne —Belcebú no lo quiera— implantará en los centros escolares hispanistaníes una asignatura llamada Constitución española. Y al cacarearlo, suelta en plan excusatio non petita que si a alguien no le gusta la ocurrencia es porque tiene un problema. Al gañán que se hacía el dormido para no cambiar los pañales de su hijo —les juro que lo confesó hace poco— apenas se le nota la intención de hacer un remedo de lo que en tiempos relativamente recientes fue la Formación del Espíritu Nacional, por sus siglas, FEN. No pocos oyentes que sufrieron tal cosa me lo están diciendo estos días entre risas y pasmo.
Pero, ¿saben?, si no me acongoja el fachirulo Abascal, menos me preocupa esta memez del chaval del Ibex. Le encuentro la pega de ubicar la vaina en los programas escolares, que ya no dan abasto. Me decía un amigo que se bate el cobre en las aulas que llegará el día en que se cepillen las mates, la fi-qui o la lite para hacer sitio a todas las propuestas sandungueras que listos diversos pretenden incorporar a los currículos.
Y luego está el temor más que fundado de que la materia se quede inconclusa. Vamos, que al alumnado le bastará para aprobar con saberse la unidad de España, la Corona, el ejército, el monopolio de la fuerza y el 155. Lo demás, es decir, la no discriminación por sexo, ideología o creencias, los derechos a trabajo, vivienda, libertad de expresión… será pura paja. De la mención a la nacionalidades en el artículo 2, ni hablamos. He ahí la Constitución de Rivera.
De acuerdo, salvo con el comienzo. Parece obvio que la idea no es de Rivera; simplemente se limita a repetirla.
¿Qué tal una vuelta por el Título 1, artículo 10/2?. Certifica que los acuerdos internacionales ratificados por España forman parte de su ordenamiento jurídico. Y España ha firmado entre otros, Los pactos de la ONU de 16 Dic 1964, Acta de Helsinki de 1 Ago 1975, Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos en Argel 4 Jul 1976. En todos ellos se hace referencia explícita al derecho de autodeterminación; sí, ese derecho que todos dicen que no se contempla en la Constitución, pero no es verdad, pues al haberse ratificado por España, automáticamente «La Consti» los incluye en sí misma.
Es evidente que Rivera «el spañoletto» no se ha leído bien la Constitución, no digo ya sabérsela.
Si no fuera así, no la exigiría como materia obligatoria en la enseñanza: A lo mejor los políticos tenían que empezar a cumplirla y no les iba a apetecer.
Lo mismo pasa con impartir conocimientos básicos de economía y derecho, qué es una hipoteca, cuales son y como se reclaman derechos laborales, la educación sexual y sobre la igualdad, etc..
No les conviene.
Ya puestos, TODOS deberíamos aprendernos el Art. 11.3 que dice:
«El Estado podrá concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoamericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con España (…)»
Desde luego, hoy no puede aplicarse a los Países que no son Estado (Catalunya y Euskadi), pero esa DOBLE NACIONALIDAD sería una solución intermedia que merece la pena estudiar.
Y está en la Constitución.