Cómo cambia el cuento cuando te birlan una parte fundamental de los hechos. “Agur eta ohore, Igor”, rezaban con épica de todo a cien las pintadas que aparecieron en mi pueblo en la madrugada del sábado, apenas unas horas después de que trascendiera que el recluso Igor González Sola había aparecido muerto en su celda de la cárcel de Martutene. Para ese instante, el boletín oficial de la cosa se rasgaba las vestiduras sobre el sufrimiento evitable —manda pelotas; lo que hubiéramos evitado con una proclama así hace cuarenta, treinta, veinte o diez años— y, lo mismo que los portavoces de la abertzalidad fetén, devolvían al desgraciado finado la heroica condición de preso político.
¡Un momento! ¿Cómo que devolvían? Me alegra que me hagan esa pregunta, tanto como me cabrea que haya pasado desapercibida la noticia que publicaron el martes todas las cabeceras de este humilde grupo mediático. Resulta que el ahora mártir de la causa había sido repudiado por los guardianes de la ortodoxia después de que cometiera la osadía de aceptar la legalidad para progresar de grado. Las listas de los certificadores oficiales de hace quince días son inexorables. Ni el EPPK ni Sare lo citan como uno de los suyos. González Sola se quitó la vida en el puto ostracismo. Pero la culpa es del estado opresor en exclusiva, claro.
Desconocía ese dato.
Precisamente la semana pasada terminé de mandar al guano virtualmente (la simpleza de borrar de listado de amistades en rrss) a un conocido, muy exaltado últimamente, que reaccionó a la noticia con iconos de alegria y de aplausos.
Y eran muchos los que decían eso de «no me alegro de la muerte de nadie PERO le está bien empleado, sus víctimas le dieron igual…etc…etc».
Y eso no lo entiendo. Esa falta de humanidad…ese odio…esa crueldad.
Hoy gente rabiosa porque Sánchez ha lamentado esta muerte…en fin.
Un suicidio es una cosa muy dura. El que no lo sienta que no lo exprese. Pero esas muestras de alegría…
Eso no cambia por esto que describes pero sí retrata a algunos otros. Nadie sabrá que ha empujado a esta persona a quitarse la vida. Pero el vacío de los suyos no habrá ayudado.
Se ha hablado y escrito mucho, sobre la manipulación y el uso interesado y partidista del terrorismo (todos los terrosismos), y de las víctimas (todas las victimas).
Este caso que comentas en tu artículo, es una de las muchas pruebas de ello.
totalmente de acuerdo
Alegrarse de la muerte de alguien es directamente de una falta de humanidad absoluta .
En cuanto a lo de apuntarse al victimismo es más de lo mismo venga de donde venga
Yo me solidarizo con los que realmente sufren que son los seres queridos de todas las víctimas y a los demás solo nos queda respetar el dolor sin utilizarlo
Efectivamente, no hay que alegrarse de la muerte de nadie. Hay que respetar el dolor de cada persona y víctima.
IGOR, PERTENECIENTE AL COMANDO QUE SECUESTRÓ Y ASESINÓ A MIGUEL ÁNGEL BLANCO (PERDÓN POR LAS MAY)
Miguel Ángel no pudo elegir como morir. Igor se ha suicidado. Habría sido bonito que todas las hordas que ahora salen echando espuma por la boca a las calles, que habían pasado de Igor, comentasen sobre lo de Miguel Ángel Blanco.
Que DEP Igor. Repudiado por los supuestamente suyos. Y ahora utilizado. Creo que lamentablemente, engañado toda su vida y causando muertes, para nada. Pobre hombre.
Un pobre hombre, radicalizado y lleno de pdio hasta el punto de ayudar en el asesinato cobarde de un representante del pueblo. Un odio que, a la postre, se volvió contra sí mismo y lo empujó a matarse cuando se vio solo.
Por cierto. Muchos de los que ayer mismo montaban en cólera porque Sánchez lamentaba el suicidio de un ser humano y ellos lo celebraban con escalofriantes muestras de júbilo son los mismos que hoy apelan a la dignidad de la vida humana para oponerse a una ley que regule la eutanasia porque 24 horas después de brindar por un suicidio consideran que ayudar a alguien a acabar con su vida es atentar contra la naturaleza humana y que la vida es sagrada y no podemos disponer de ella.