El único condenado por la muerte de Iñigo Cabacas no irá a la cárcel. Como ya sabrán, y seguro que les ha sorprendido tanto como a mi, la Audiencia de Bizkaia ha suspendido su pena en atención a dos circunstancias, una jurídica y otra personal. La primera es que fue condenado por un homicidio imprudente, por omisión y no doloso. Dicen los autores de la decisión que eso relativiza la intensidad del comportamiento criminal de cara a una hipotética reincidencia. En cuanto a lo personal, se indica que su estancia en prisión sería especialmente gravosa debido al reciente fallecimiento de su esposa y a que tiene un hijo. Como profano, desconozco si es habitual que se actúe con la misma comprensión con otros condenados. Estaría por jurar que no. Hay algunos casos que parecen indicar justamente lo contrario.
No entraré en si el agente debería pasar en una celda el tiempo que estipula la condena de la propia Audiencia de Bizkaia refrendada por el Supremo. Pero sí trato de buscar un porqué a una resolución que refuerza la idea de la impunidad que ha rodeado todo el proceso. Mi opinión absolutamente personal e intransferible es que tanto el fiscal como sus señorías han podido pensar, junto a otras personas entre las que me encuentro, que el ertzaina acabó cargando con un mochuelo que no era solamente suyo.
No me puedo poner en el pellejo de los padres del señor Cabacas, abatido no de sabe bien por quien ni por qué.
Como ciudadano vasco me siento asqueado por la falta de empatía de las instituciones y por el corporativismo de la policía vasca.
Al parecer eso tan manoseado de verdad, justicia y reparación, aquí no aplica.
Este despropósito mortal comenzó en tiempos de López y finaliza en los de Urkullu. ¿No dicen nada? Será que lo que sí aplica es lo del respeto a las decisiones judiciales.
Y al mismo tiempo la gente se alegra por la posible condena a 40 años de un poli bestia, pero en USA. Manda huevos.
El único que cargó con un mochuelo que no era suyo, fue Iñigo Cabacas.
También soy de los que creen que había más responsables en el trágico suceso.
Lo de la situación personal deja perplejos a muchos ciudadanos, aunque en los últimos tiempos nos estamos acostumbrando a ello con ciertas resoluciones judiciales.
Y personalmente creo que los sindicatos de La Erzaintza son lo suficiente poderosos para que esto haya quedado de momento así.
Mientras tanto, unos padres lleva años pidiendo el esclarecimiento de la muerte de su hijo sin hallar respuesta.
Algo, de lo que dijo Ares que lo iba a aclarar «ipso facto».
“ tanto el fiscal como sus señorías han podido pensar, junto a otras personas entre las que me encuentro, que el ertzaina acabó cargando con un mochuelo que no era solamente suyo.”
Pues sí, yo pienso lo mismo. Diría más: “no era mayormente suyo”. Hubo muchos verdaderos responsables, políticos y administrados por encima de este buen hombre que ni siquiera fueron imputados. Y luego está la impresentable actitud corporativa de la Ertzaintza en su conjunto y sus responsables políticos, también los de gobiernos posteriores. La “omerta” no es una virtud a cultivar en un cuerpo policial.
El corporativismo no es una característica exclusiva de la Ertzaintza, todos (dejémoslo en casi todos) lo practican/mos. Prueba a conseguir un informe de una negligencia médica, un expediente escolar, eclesial, judicial…., tenemos la sana costumbre de cerrar filas. ¿Conocéis algún caso de un@ profesor@ suspendid@ en prácticas? Se le aprueba justo justo y ya veremos, eso si luego hablaremos de calidad en la enseñanza.
Respecto a las declaraciones de la abogada de la familia, sobre reconocimiento, arrepentimiento,…. me recordaron las que suele hacer la AVT sobre acercamientos, derechos de presos, excarcelamientos…
Claro que es dificil de entender la decisión de la Audiencia de Bizkaia.
Y también es dificil entender que este caso siga durante tantos años sin ser cerrado adecuadamente, lo que me imagino que supone un gran sufrimiento añadido para los padres de la víctima.
Creo que el corporativismo de la Ertzaina tendría que haber servido para aceptar una responsabilidad institucional, y no, como dice Javier, cargar el mochuelo a un mandado, pues no tengo la menor duda que su intención no fue matar a Iñigo.
El mochuelo no era solamente suyo, evidentemente. Pero también era su mochuelo. Sino, ¿que hacia allí disparando con munición mortífera (como ha quedado demostrado) a una multitud?
Muchos dirán, «hacer su trabajo» pues si, puede ser. Pero eso no quita que no tenga responsabilidad o que el mochuelo no sea suyo.
Que cada uno responda por sus decisiones. Y este hombre, un día decidió disparar contra una multitud indefensa.
Yo creía, equivocadamente supongo, que el indulto era una prerrogativa del Gobierno.
Parece ser que no.