Aquí estamos, otra vez con cara de pasmo viendo cómo la curva se da la vuelta de nuevo y emprende la subida que no esperábamos. O que no queríamos esperar. ¿Cómo ha sido posible? Vistos los peledengues al bicho con cuernos, toro. Vamos, que no hace falta tener un máster en epidemiología para intuir que todo viene, una vez más, de haber querido correr más de la cuenta, del exceso de confianza y, en fin, de la condición humana, que tiende al autoengaño. Creo que nadie lo ha explicado mejor que el exconsejero de Salud de Navarra Fernando Domínguez. Decía el doctor en un tuit memorable que se han cancelado las fiestas patronales, pero que el gobierno foral permite comidas populares de hasta 150 personas, prolonga el horario de cierre de las discotecas hasta la cuatro de la madrugada y deja que se celebren encierros y suelta de vaquillas. ¿Quién se va a creer que no son fiestas? Ah, no claro, que dicen los doctores Tragacanto citando estudios de conveniencia que el peligro no está en las farras, sino en el laburo. Supongo que por eso se ha dado el brutal reventón de positivos de Hernani, cuyo alcalde reclama ahora un cribado masivo.
Por lo demás, poniendo la lupa a los datos (y esto también desmiente a los listillos), resulta que mientras los del babyboom a los que el ministro Escrivá nos va a crucificar ofrecemos cifras razonables, los menores de cuarenta y no digamos los de veinte muestran incidencias de escándalo. Esto nos confirma la importancia de las vacunas y nos revela el colectivo sobre el que hay que centrar los esfuerzos de contención. Ahora, si el ejemplo es Mallorca, apaga y vámonos.
Madrid, la Ciudad de la Libertad, presumia por boca de la IDA de que alli, verdadero paraiso divino, la vacunación iba como un tiro.
Pues ahora tienen 800.000 vacunas almacenadas y sin administrar, lo que demuestra una vez más que en el edén ultra la verdad virtual o sea la mentira, vende mucho.
Supongo que el virus con sus diferentes variantes, tantas como corrientes hay en PODEMOS, ha encontrado en el estado español un lugar cojonudo para instalarse cómodamente a la espera de peores tiempos. Empeño hay en que asi sea.
Yo creo que habría que tomar acciones legales contra algunos de nuestros iluminados representantes públicos. No puede haber mas ineptitud en algunas de las tomas de decisiones suicidas que se han tomado y se siguen llevando a cabo. El problema es que tenemos unos togados que ….velan….. por el derecho inalienable de contagiar, provocar el contagio o ser contagiado.
Aquello del «ser o no ser» ha cambiado. Ahora el dilema es «economía o salud». Esta sí que es la cuestión. Ya me gustaría saber, por poner un ejemplo, cuántos euros pensaba ganar la hostelería de Mallorca, y en cambio cuántos euros ha costado cada contagio. Pero claro, los primeros euros van al bolsillo de hosteleros y agencias de viajes, y los otros salen del bolsillo de los contribuyentes. Y no es lo mismo. Por eso los beneficiados están calladitos, no sea que se fijen en ellos, y los otros, los responsables políticos de Mallorca, que yo sepa, tampoco dicen nada, y cuando menos, tendrían de reconcer su mala gestión y pedir perdón por ello.
Eso si, hemos salvado la temporada de borracheras juveniles, aunque nos cueste retroceder en la lucha contra el virus. Pero eso para algunos no es importante.
Viendo el espectáculo de las chavalas de Górliz pegándose multitudinariamente pues las grandes borracheras ya no son sólo cosa de machotes, sería cosa de plantearse el consumo desaforado de alcohol, algo que han copiado de los mayores.
El alcohol más barato de la UE, falta de control parental y nadie le hinca el diente a los impuestos como sucedió con el tabaco. Mucha hipocresía, manda el lobby de la hostelería, y gran futuro para la siquiatría. Bonita rima.
El año pasado teníamos a empresarios de la fruta negando que el origen de la oleada eran los temporeros en condiciones subhumanas. Ahora tenemos a gente negando que las macrocelebraciones tengan que ver.
Y yo lo entiendo. Quien tiene un pedazo negocio montado así, preferiría que el coste de hacer frente a la pandemia lo asuman otros. Quien sea joven y quiera desfasar, además, se dice que no le va a pasar nada (aunque el covid persistente y variedades posibles esten ahí).
A mí, personalmente, me hacen un pan con unas tortas, porque, para inmunizar a esta gentecilla que se cree por encima de todo, precisamente van a ralentizar la vacunación en mi franja de edad.
PD: Y ya tienen nueva excusa para el desfase, que los colectivos vulnerables ya están vacunados… y si se ven afectados, pues la culpa del gobierno vasco, que no les pone vacunas súper milagrosas.
Son el reverso de los empresaurios y ni se dan cuenta.
La juventud está pasota y desafiante con la pandemia, y eso ya no hay quien lo remedie
Esperemos que no se vuelvan a llenar los hospitales o lo que es peor que el bicho mute y se convierta en un arma de destrucción masiva . Es decepcionante la sociedad tan egoísta y tontuna que hemos creado