Aunque he tratado a muy pocos en persona, respeto a los monárquicos de convicción. Uno de ellos, el difunto Juan Balansó, que en los ochenta y noventa se hinchó a vender entretenidísimos libros sobre las trastiendas regias, me confesó que lo suyo era una cuestión que escapaba a la lógica y la razón. Entre el cinismo y la lucidez, me dijo que sabía de sobra que todo era una gran falacia y que a las puertas (entonces) del siglo XXI, no tenía ni medio pase la justificación intelectual y/o política de una institución que se asienta exactamente en lo contrario de lo que debe ser la base de una democracia. Y concluyó poco más o menos así: “Esto es un cuento, y si te lo crees, como es mi caso, tienes que hacerlo porque sí y hasta el final”.
Frente a esa honestidad —peculiar, seguramente, pero honestidad al fin y al cabo—, el hatajo de cortesanos que estos días se deshacen en genuflexiones se distingue, además de por la mentada querencia a la coba servil, por un argumentario trafullero y desvergonzado. Sin duda, los más indecorosos de ese ejército de chupacoronas son los que tienen el cuajo de presentarse como exactamente lo contrario a lo que manifiestan sus hechos y sus palabras. La prensa oficial está tapizada a esta hora de ese tipo de lubricante. Les cito como ejemplo (uno entre mil) el ditirambo que firmaba ayer Javier Cercas en El País. Después de tres párrafos de lisonja sin desbastar al Borbón abdicante bajo el título “Sin el Rey no habría democracia”, siente la necesidad de explicarse al comienzo del cuarto: “Aclaro que no soy monárquico”. Cierto, es algo que da más grima, un monarquicano.
El problema de los «monarquicanos», acertado palabro a mi entender, es que tratan de justificar la existencia de la monarquía añadiéndole el adjetivo parlamentaria, pretendiéndole dotarla de un pedigree democrático. Es imposible. No hay fuego helado, ni luz oscura, ni silencio estruendoso, salvo en la poesía. La monarquia se basa en un concepto autoritario del poder, con los privilegios otorgados por Dios, el destino, la herencia, para, en un sentido patrimonial del Estado, que el Rey aglutine la propiedad de personas y haciendas. En el siglo XIX los revolucionarios liberales contraponen el poder de la ciudadanía contra este poder desde arriba, e inventan «la nación», que es ese pueblo, o ciudadanía con concepto de serlo y con patrimonio y capacidad de gobernarse por sí mismo. Se gritaba: «abajo el rey, viva la Nación» Ahora se ha querido identificar la nación con el devenir histórico de una estirpe, consustanciando monarquía y nación. Chirría. No es verdad. Para ello, por ejemplo, deberían salvaguardarse el concepto de igualdad ante la Ley, que la propia constitución actual niega al conceder derecho de herencia en la Jefatura del Estado (concepto patrimonial del cargo), inviolabilidad del Rey, opacidad en sus cuentas…, derechos que no tienen los ciudadanos.
Y esto los socialistas lo saben. Están retorciendo el concepto de Monarquía para maridarlo con democracia, cuando son términos excluyentes. Oxímoron se llama esta figura. Y esto no lo hace un demócrata.
Además, ¿no hablan de que democracia es respetar la Ley?. Habría entonces que volver a la República, que era el régimen legítimo que Franco se cargó por la vía armada.
Para niños y no tan niños, los Monty Phyton nos ilustran desde hace décadas en esta gloriosa escena con la explicación de ¿Qué es un rey? Recomendable para súbditos de reyes cualesquiera, recomendándose sustituir mentalmente «bretones» por el gentilicio patrio de cada cual. Porque todos sabemos que la figura del rey la inventó una furcia natatoria que le dió una espada mojada a un iluminado allá en la Era Oscura . https://www.youtube.com/watch?v=5CGIUOj8kBM
Espero que ahora te quede claro, querido Javier, lo que es la «casta». Sociatas,porque de socialistas no tienen ni un pelo, que se agarran a lo establecido aunque sea injusto y antidemocrático con tal de seguir en la élite. Títeres que van de republicanos pero que acatan y adulan a la monarquía impuesta,para más inri, por un dictador y que incluso se atreven de apoderarse del sentir de sus bases, alevines del partido incluido ,por el bien del país…o de ellos mismos. Ejemplo claro, puro y conciso de lo que es la casta de la élite política, en este caso la del PSOE. Y lo mejor de todo ( o peor) es que ni siquiera se sonrojan, asumen con regocijo y placer su estatus político y los demás se la traen al pairo. Quizás la denominación «casta» sea bastante manida , yo les denominaría de otra forma; la «caspa». Esperemos que a no mucho tardar aparezca un buen «champú» que abra los ojos a la sociedad y acabe con esta «caspa».
Es esa idea, a forma de supositorio de 45 kg, que nos hace creer que Juan Carlos es una cosa y la MOnarquía otra.
Pero es que son 45 kg! oye! qué no hay quién se lo meta!.
Pues igual.
Quizás ahora, se comprenda mejor que es la social-democracia, y cómo esperamos ,muchas malas almas, que acaben con cero points.
PS:
Un gusto volver a verte surfeando en las ondas.
Por conocer; yo conozco hasta carlistas, que aún quedan.
La adhesión monárquica, legítima siempre que se admita que la institución se someta a refrendo ciudadano, hoy en día creo que tiene un punto fuera del raciocinio meramente político. Algo más de sentimiento, de tradición.
Incluso los monárquicos hoy en día ven que hay cosas que chirrían en el siglo XXI como la inimputabilidad, como eso de la sucesión dinástica en la Jefatura de un Estado democrático…incluso el lenguaje y protocolos propios de otras épocas (el trono, la corona, dinastía…). En la línea con lo que comentaba Julián en su comentario; que…incluso los monárquicos pueden estar de acuerdo con mucho de lo expuesto .
Uno oye…Felipe VI y empieza a pensar en torneos de caballeros y espadachines.
Pero debe haber algo que equilibre la balanza ya que personas muy cultas e inteligentes y ciudadanos de países con una cultura democrática de primer nivel (Holanda, Reino Unido, países Nórdicos…) son partidarios de esta forma de Estado y aceptan e incluso valoran muy positivamente la institución monárquica.
Supongo que la tradición monárquica, la historia…tienen su valor en sí mismos y conforman incluso una de las señas de identidad de un pueblo. No imagino a Inglaterra sin monarquía. Esa seña de identidad, esa historia y esa tradición que en esos países representa la monarquía tienen un valor que hace que sus ciudadanos abracen la fórmula.
No sé hasta cuándo incluso estos países de tradición y adhesión monárquica no controvertida (o muy minoritariamente discutida) podrán seguir con el sistema y resistiendo los evidentes anacronismos pero, de momento, siendo aceptado e incluso bien valorado por sus ciudadanías no veo que sean Estados con menos pedigrí democrático que otros que sean Repúblicas.
Además de ello, salvo excepciones, son monarquías que en su función en esos estados y en el desarrollo de su papel y de la jefatura del estado se han comportado de una forma que ha sido bien valorada por la ciudadanía. Incluso en el caso inglés, que la familia se ha desmadrado un poco (es curioso que el peor momento de popularidad de la reina haya sido el la muerte de ladydi) o en el que los gastos de la monarquía son ingentes, se reconoce su buena labor (o también la actitud de su padre durante la II Guerra Mundial, etc).
Sólo ese arraigo y esa aceptación popular justifican la continuidad de esas monarquías de una forma natural.
Por supuesto el caso español es distinto tanto porque no existe esa tradición monárquica arraigada en demasiada gente como porque hay un vicio de origen, no subsanado suficientemente, en la reinstauración monárquica del 75 y por tanto, ante esa duda más que fundada sobre la aceptación no controvertida de la institución por la mayoría de la ciudadanía y ese vicio de origen de la situación actual, se hace necesario someter a la monarquía en España al refrendo popular bien para dar lugar a otro sistema (republicano) o bien para legitimar la continuidad de una institución que supone que la jefatura del estado y muchos otros privilegios pasen de padres a hijos; eso requiere una pronunciamiento favorable expreso y específico (no en el mismo saco con otros muchos temas) de la ciudadanía.
(No descarto, aunque sea mera intuición sin base en ningún dato, que Felipe lo acabe propiciando algún día; es de otra generación, ha tenido otra formación…y es más “Grecia” que Borbón).
Y en ese pronunciamiento de los ciudadanos se expresarían los monárquicos, los republicanos y los que no son ni lo uno ni lo otro.
Si uno es Republicano; creo que es algo más que no ser monárquico. Hay un plus. Si se es republicano no sólo no es que no se quiera la monarquía sino que se quiere la república. O sea; que llamarse republicano y aceptar sin más la continuidad de la monarquía sin un horizonte de referéndum o similar, pues como que no.
Pero, hombre, creo que se puede hacer lo que ha hecho Cercas…sin zumbarle ese hachazo. Entiendo que alguien diga “no soy monárquico” y a la vez defienda la continuidad de la institución porque valora el papel que ha jugado o ve inconvenientes en una República (trasladar la lucha partidaria-que es en España bastante guarra-a la Jefatura del Estado…) o lo que sea.
Perfecto que no lo veas como él y le contradigas pero el leñazo es como si el hombre hubiera dicho algo malo o si fuera no sé qué. Pues, hombre, es opinar, hacer su articulillo y posicionarse en un sentido como otros muchos lo hacen (hacéis) en otro sentido. O sea, que viene a hacer lo mismo que tú, dar su opinión sobre el tema de la semana y exponer sus razones y su posición, entiendo que sin faltar a nadie; la verdad, me sobra lo de la grima y demás.
Me toca entrar ahora en esa valoración del papel que ha jugado en España desde el 75 pero si ya me he enrollado como una persiana sólo para el preámbulo…
Por resumir, diré que en unos años se ha pasado de la moda de decir que fue una transición de matrícula de honor, fabuloso, milagroso, de premio Nobel…a un cero, muy deficiente, un fraude, un apaño, un engaño.
Y ni lo uno ni lo otro. Como todos nos equivocamos y a todos nos conviene que nos den otras perspectivas y nos abran los ojos pues admitiré que yo durante años le hubiera puesto una nota de un notable y ahora me quedo en un aprobadillo…raspado.
Pero le apruebo (ya sé que me voy quedar sólo en lo postura aquí, pero bueno).
Por supuesto que los últimos años han destapado muchas cosas y conviene no sólo ser crítico con esta etapa sino hacer una relectura crítica de lo que pensábamos crédulamente de las etapas anteriores. Pero las cosas no son blancas o negras.
Y si miro a esos años finales de los 70…pues hay que recordar que franco palma ya a finales del 75, con todo el entramado y sistema de la dictadura intactos y unos poderes absolutos que heredó el Borbón y que en el 77 hay elecciones generales con sufragio universal y todos los partidos legalizados, la Pasionaria se sienta en las hasta entonces cortes franquistas, hay una amnistía, en el 78 hay una constitución homologable a las de los países democráticos (más que nada porque se copió, sobre todo de la Ley Fundamental de Bonn), que, además, despoja de prácticamente todos los poderes reales al impulsor del proceso, en el 79 (creo) tenemos aquí un estatuto que en ese momento supone un reconocimiento de identidad, cultura y autogobierno…
En tres años escasos, todo eso.
No me parece mal comienzo; no veo ahí eso de “atado y bien atado” y menos un pacto con el franquismo, atendiendo además al odio que los más franquistas sintieron y sienten por el Borbón (el perjuro y el traidor, que le llaman).
Por supuesto que hubo cesiones, componendas, cálculos. Pero veníamos de donde veníamos y es imposible no dejar pelos en la gatera ni convertir en perfecta una situación ya viciada de origen y con mucha tela detrás.
Estamos tb aquí tratando de salir de nuestro “conflicto” y la salida no va a poder ser inmaculada porque tb venimos de dónde venimos. Y habrá pactos y componendas y mucha gente que en ambas trincheras se sentirá herida y traicionada porque no se ha investigado la muerte de su ser querido, porque tal asesino ha salido de la cárcel pronto, porque no se ha conseguido esto o lo otro…pero hay que salir y tirar para adelante.
Y recordando aquellos tiempos (muy vagos porque era muy niño pero por lo que he visto y leído) fueron tiempos muy duros, con barbaridades cada dos días, con violencia atroz en todas direcciones, con situaciones difícilmente controlables, con la sensación de que cualquier día se iba todo al garete y se volvía hacia atrás….vamos, no creo que todo eso obedeciera a un diseño o amaño. Todo aquello fue la manera de intentar sacar adelante desde la sombras a un país en una situación muy jodida. Y con mucha gente tratando de hacerlo fracasar a base de sangre (hoy me da algo de rabia ver a quienes hicieron todo lo posible-matar, sobre todo- por hacer fracasar aquello, cómo critican ese fracaso; haber ayudado en lugar de boicoteado, leches).
Y con todo ello, pues era muy difícil que saliera algo perfecto, sin fallos, sin lacras.
Sin embargo, con todo y con eso, mi opinión es que se hizo mucho y que se hizo bien. Y para mí el problema no estuvo en esos primeros años en los que se hizo lo que se pudo (y creo que el papel del Borbón fue positivo estando la cosa como estaba y viniendo tb él de dónde venía) sino más tarde.
Las bases sentadas en los últimos 70 y primeros 80 no eran malas del todo (insisto; en aquel contexto). El ordenamiento que sale del 78 permitía muchísimas cosas, disponía de las herramientas para desarrollar una democracia plena, para avanzar en la buena dirección.
El problema es que aquello se paró, la transición no se acabó o nos creíamos que estaba terminada (y en un momento dato; se empezó a retroceder).
Y creo que el gran culpable fue Felipe Gonzalez: que, con 10 millones de votos y varias legislaturas seguidas sobrado, no sólo no hizo lo que podía y debía hacer sino que corrompió el país, creó círculos de nuevo poder financiero, amiguismos, etc y deterioró la cultura democrática del país. Creo que había más cultura democrática ciudadana en España en los 80, con una situación más dura en todos los sentidos, que después.
Menos mal que iba a resumir:
O sea; que a su papel le doy un 5, que creo que el Felipe nos puede dar una grata sorpresa en el futuro y que, con todo, sí es exigible someter a la monarquía a referéndum.
Perdón por la chapa.
Sorpresas ,Felipe?
Ninguna.
Va hoy a Nafarroa, y dice que en sus primeras palabras.. «en esta tierra tan querida de Navarra uno de los solares originarios de nuestra patria española»…»mi empeño, y convicción, para emplear todas mis fuerzas, a la tarea apasionante de seguir sirviendo a los españoles, a nuestra queirda españa, una nación, una comunidad social y política UNIDA, diversa que hunde sus raíces en una historia milenaria»
Sí, derecho a decidir,
y un jamón con chorreras!
PS
SE habla de las monarquías en europa, que si tal que si cual, en la mayoría de ellas se opusieron al fascismo,lucharon contra eñ nazismo.
España, no .Justo todo lo contrario,y Franco y etc..que es que ya cansamos hasta a las ovejas.
La República es nuestra.
Por eso digo que se trataría de «sorpresa»; porque no es lo que inicialmente se puede esperar. Pero yo no lo descartaría.
Sobre este tipo de discursos, ante los auditorios que son…¿qué esperas?
Es como un titular que leí en Gara el lunes:
«Felipe de Borbón ya dejó claro en su anterior visita a Iruñea su postura sobre la monarquía»
Joder; pues qué postura va a tener sobre la monarquía!
Como el chiste del cura y el pecado pero al revés; era partidario; ¿a que sí?
Pero habida cuenta de que tal y como está la cosa no parece viable pensar en una revolución o similar o un movimiento político de tal enjundia que le haga abandonar el país a la carrera…pues tal vez haya que mirar la sustitución de unos por otro como efectivamente un cambio, que puede que no suponga, o puede que sorprenda haciendo las cosas de otra forma.
Ha nacido en otro tiempo y vive en otro tiempo (aunque sea un tema menor pues su propio matrimonio no es lo que muchos hubiesen esperado, creo), tal vez lea el partido de otra forma; aunque sólo sea por su propia conveniencia.
En este análisis, por ejemplo, interpreto la abstención del PNV. Y quizás tb como muestra de cortesía ante el recién llegado.
Quecaro me has quitado mi comentario a Larry. Me permito insistir sobre tu último PS: Me duelen ya los oídos de oir hablar de monarquías nórdicas, del Reino Unido… A nadie de ellos les nombró un dictador. A Juan Carlos Borbón, sí. Y, además, en España no habido una restauración de una monarquía. Ha habido una «designación de Jefe de Estado a título de Rey», trasformado después en una opción irrenunciable dentro una constitución con contenido ciertamente democrático. Las monarquías de referencia siguen vigentes porque encarnan una evolución democrática, porque ellas mismas son la Nación. En España el concepto burgués de la Nación iba contra la monarquía, porque, además de que surgieron varios sentimientos legítimos de nación, la Monarquía había logrado una distancia con la sociedad tan enorme que ésta decidió imitar la Revolución francesa, o la americana, como naciones recién nacidas entorno a un conjunto de ideas de soberanía popular.
Se podría hablar de transición ejemplar (acabando en democracia) si se lograra eliminar, democráticamente, sin necesidad de guerras como la II europea, esa designación franquista, volviendo legítimamente al régimen anterior a la usurpación cruenta del ferrolano. Y la pista de aterrizaje republicana debe incluir, en mi opinión esas aspiraciones de Nación (España, Euskadi, Catalunya) que surgieron como concepto liberador en el XIX. Por supuesto que hay más facetas de este proceso de tipo social y reparto de riqueza más importantes, para mí, que el concepto de Nación, pero éste, entendido como ciudadanía libre y dueña de su historia y futuro frente al poder basado en la estirpe , debe ser punto de partida para la consecución de la verdadera democracia.
Julian; pues es que estoy de acuerdo prácticamente en todo. Lo que me extraña es que parece que me respondéis a mi cuando decís que nada tiene que ver una monarquía inglesa (por ejemplo) con la española.
Y digo que me extraña porque creo que lo he dicho yo así muy claramente en lo que he escrito (que a lo mejor era tan largo que se ha perdido la idea).
Pero literalmente he dicho que «Por supuesto el caso español es distinto tanto porque no existe esa tradición monárquica arraigada en demasiada gente como porque hay un vicio de origen…ese vicio de origen de la situación actual, se hace necesario someter a la monarquía en España al refrendo popular bien para dar lugar a otro sistema (republicano) o bien para legitimar la continuidad de una institución»
Y si he mencionado inicialmente los casos de esas monarquías europeas ha sido porque me ha parecido que en tu escrito inicial, en lo primeros párrafos, hablabas en general de la monarquía, que conceptualmente calificabas de incompatible con una concepción democrática.
Incluso en eso estaba de acuerdo en parte, solo que poniendo esos ejemplos de estados, en los que, siendo monarquías, el funcionamiento democrático es indiscutiblemente de los más desarrollados.
De acuerdo contigo Julian.
SE estáen un momento de decisión de Esatado, no d epartidos políticos.
Debiera de pasar por un Referendum, y ahora serían los políticos del Congreso y Senado,los que debieran de estar currelando en prepararlo, y no en votar que sí al traspase de Padre a Hijo.
En una decisión de Estado, debe de ser la ciudadanía ahora, no la que votó hace tres o cuatro años.
Es por eso, que Juan Carlos, antes de abdicar(es mi opinión, claro) debiera de haber dejado eso preparado, que la ciudadanía, podría tener el derecho a decidir qué tipo de organización de Estado quiere, y no ir a los toros, o ir a entregar premios a los empresarios, o cosas de este estilo con lágrimas en los ojos.
No Larry, no hay sorpresa lo más aberrante que he oido es de hacer: una República coronada.
Pues vale, pues bien…estamos ya acostumbrados a tantas paradojas!
Si no hace falta revolución, estamos pidiendo un derecho que se usurpó a los españoles hace más de 80 años, que ya hemos dejado claro que no hay revolución: que nos pregunten monarquía o república, ¿por qué si preguntan sale república, y si votan en el Parlamento sale monarquía?
¿qué tenemos, a Fernado VII, el despostismo ilustrado?
¿o qué?
Que sí, pero que estoy de acuerdo. Lo que digo es que esta reforma, ese referéndum no se va a dar ahora. No se va a dar. La clase dominante no quiere ese escenario. Punto.
Y a lo mejor lo que se tendría que dar para cambiar eso ahora…es, pues eso, una revolución. Y a lo mejor es lo que tenía que pasar. Pero NO va a pasar.
O sea, que la cosa está jodida y nos comemos al Felipe.
Lo que trato de explicar (muy torpemente) es que no estamos en este tema peor que ayer. No hemos perdido más. Había un Borbón sostenido por una clase política dominante. Y va a haber otro Borbón sostenido por los mismos.
Estamos igual y peor no creo que vaya a ser.
Y me atrevo a decir, quizás ingenuamente, que es posible que el mero cambio de persona, el mero hecho de que sea otra persona, de que sea una persona más joven…pueda abrir una rendija a que se hagan las cosas de otra forma.
O sea, si antes podíamos decir que las posibilidades de cambios y reformas eran 0,00000 sólo por el cambio de persona a lo mejor hoy hay 0,00001.
Y no sólo por esta sucesión sino por otros cambios sociales, la irrupción de otras fuerzas políticas…a los que estoy prácticamente seguro que el padre se hubiera enrocado…y el hijo pero seguramente también pero…no estoy tan seguro.
Visto desde USA, que es desde donde contemplo estupefacto este vaudeville espanol, es esa capacidad que tienen algunos por tildar como ideologico el intento de recuperar un sistema politico como la republica. Y es que, como algunos -pocos- han apuntado, se podria perfectamente sentirse muy espanol y muy de derechas, pero a la vez muy republicano. O es que todos los paises republicanos estan gobernados por regimenes socialistas? Aqui, sin ir mas lejos, los denominados republicanos son gentes de la derecha mas rancia.
Pasare por alto la injusticia que una familia tenga privilegios heredados. Pero es que otro de los asuntos que mas llama la atencion en pleno siglo XXI es que a ninguna de esas mentes tan preclaras que propugnan -de boquilla- la meritocracia, se les haya ocurrido pensar que Felipe va a ser proclamado rey por delante de sus hermanas mayores. Coinciden en la necesidad de reformar esta ley, aunque solo a partir de la siguiente generacion. Me sobrepasa esa capacidad de reconocer una injusticia sin animo de repararla inmediatamente.
Finalmente, de los monarquicos tambien me fascina esa capacidad de creer en los mitos y leyendas sin bucar pruebas. Basta recordar ese mantra que circula proclamando la mayor austeridad del gasto en una familia real frente al gasto que supone un presidente de la republica sin pedir a la vez mayor transparencia en las cuentas publicas, ni un trato igualitario frente a la ley.
Un comentario final al hilo de la censura impuesta por la propiedad a la revista El Jueves. ‘Censura’ y ‘Democracia’ son palabras que casan bastante mal.
Salud y republica.