Qué manía tiene la Historia en darle la razón a Marx y repetirse una y otra vez, ya como tragedia, ya como farsa, o ambas cosas al mismo tiempo. Lo de hoy, sin ir más lejos, es un remedo bufo de aquel 22 de noviembre de 1975, cuando un tipo que era todo ojeras juró por Dios y sobre los Santos Evangelios cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informaban el Movimiento Nacional. Cambia, si cabe, que todo ese armatoste jurídico-ideológico que invocaba Juan Carlos está convenientemente diluido —pero presente en lo básico, ojo— en la Constitución que citará su hijo y heredero. Habrá también este o aquel toque de modernidad y algún guiño ocurrente, pero lo esencial seguirá estando ahí, con la sangre de la dinastía ejerciendo de vehículo de continuidad y con un ejército de cortesanos vendiéndonos la moto de que el inmenso paripé obedece a la voluntad popular libremente expresada. Bien que se ocuparán de no preguntar por ello.
El resumen es que un Borbón sustituye a otro Borbón. Fin de la novedad. En el futuro no podremos declararnos sorprendidos ni, mucho menos, decepcionados. Lo que hace 38 años y medio eran incógnitas, en el día y hora de la proclamación de Felipe VI son certezas. Ya escribí que no hay lugar al beneficio de la duda. Nos aguarda una reedición corregida y aumentada de lo que ya conocemos. Quizá con otro tono, con otras formas. Allá donde al viejo le decían campechano, a este, que seguramente será menos propenso a las calaveradas, le dirán jovial. En todo lo demás no habrá grandes diferencias. Lo estamos comprobando ya.
Algo sí ha cambiado: la decepción quimicamente pura de un partido y unos cortesanos que llevaban el republicanismo como seña de identidad y 39 años después de aquella puesta en escena con el progenitor del protagonista de hoy podemos esperar de ellos una genuflexión dialéctica que se distingue poco o nada de los palmeros monárquicos oficiosos.
En fin, aupa Chile!
Ya se tuvo que ir un Borbón el siglo pasado y con este hay que hacer lo mismo. Nadie debe ser más que nadie en derechos y obligaciones. La humanidad no puede dividirse en reyes y vasallos. Hay que ver qué rápido quieren aforar al viejo para que no le pongan querellas ni demandas (alguna de paternidad). Él, que decía que todos somos iguales ante la ley refiriéndose a su yerno el chorizo, corre a buscar protección en un tribunal puesto por el Gobierno de turno.
INDEPENDENTZIA ORAIN!!!
Hoy, en este día tan……triste no, canalla, casi mejor escribir algo teniendo muy presente los tweets tan graciosos que se han ido recopilando como única forma de protesta “permitida” –pero porque no la pueden prohibir todavía, que si no- desde aquel que nos recordaba retrasar el reloj a la edad media, pasando por “la monarquía es tan moderna que como saques una tricolor o grites vivas a la República, la Policía va a explicarte lo modernísima que es” y siguiendo por quien nos recordaba los mundos de Yupi «España es un país en el que cabemos todos», dicho en el discurso de Felipe VI (mientras la policía apalea, tira al suelo, esposa y detiene a algunos de esos “todos”),o sea, que sí, caber cabemos, pero algunos solo en sus cárceles…… Y como muy bien dice nuestro moderador “con un ejército de cortesanos vendiéndonos la moto de que el inmenso paripé obedece a la voluntad popular libremente expresada. Bien que se ocuparán de no preguntar por ello”, exactamente igual que cuando el padre del ahora hijo y rey vino a Euskadi y fue justamente abroncado por lo de HB, que fueron puestos a caldo por muchos de los que ahora que se repite la farsa “democrática” protestan contra tanta “dictadura democrática”. Se puede ser republicano mientras no perjudique la perduración de la monarquía como separatista o independentista, mientras no se pretenda la desunión del Estado. Vamos, que no se puede, pero queda muy democrático decir lo contrario y eso es lo que importa, aparentar lo que no se es, y aquí, lo normal es eso, aparentar lo que no hay, no se es, no se tienen.
Por cierto, el Sr Urkijo ¿ha contado a los aproximadamente pocos miles de personas en Madrid?
No sé, digo si hay 46.000.000 millones de españoles…que haga cuentas.
PS
Froilán, el Quico Rivera de la aristocracia, refleja bien, la borbonez.
Dia triste.