A cualquiera que tenga dudas sobre si hay que destinar recursos públicos para acoger refugiados le invito a echar un vistazo a las decenas de fotografías de niños embarcando en el puerto de Santurtzi entre abril y junio de 1937. Si tarda más de tres segundos en comprender que, en nombre de nuestros mayores —los pocos que nos quedan y los muchísimos que nos han ido dejando—, ni deberíamos plantearnos algo tan meridianamente claro, concluiré que mi interlocutor no tiene corazón ni, desde luego, memoria.
No, el debate no está ahí. Un pueblo que ha sufrido —¡apenas ayer!— lejanos y desgarradores exilios debe prestarse a recibir a la mayor cantidad posible de personas que huyen del horror. Sin racanear un céntimo y, por descontado, para alojarlos en unas condiciones dignas, es decir, no despachándolos a los amontonaderos de carne humana habituales, allá donde no molesten a los solidarios de pitiminí ni a los gobernantes que quieren pasar por la recaraba del altruismo.
Nombro a unos y otros, no lo niego, a mala baba, porque lo que quiero decir en el fondo es que cuando se trata simplemente de hacer lo correcto, sobran los juegos florales y las competiciones para ver quién es más espléndido. La tremenda foto del cadáver del pequeño Aylan despertó sentimientos muy nobles, es cierto, pero también ha inaugurado una indecente y morbosa subasta. ¿Solo a mi me parece que buena parte de los pomposos ofrecimientos de administradores públicos varios (algunos de ellos, ridículos hasta la náusea) apestan a oportunismo ramplón, a que no se diga y a no vamos a ser menos que el vecino o que los del otro partido?
Otro punto de vista (Corto y pego)
¿Alerta de falsa bandera en la crisis de los refugiados?
FALSA BANDERApor Ron Paul – “Durante la pasada semana, la oleada de inmigrantes sin papeles procedentes de África y Oriente Medio hacia la Unión Europea ha devenido en una avalancha. El punto álgido de la marea humana se ha localizado en Hungría, lo cual no es un resultado lógico a pesar de la posición geográfica del país en el centro de Europa. Entender el por qué es la clave para entender que está ocurriéndole a Europa.
Después de permitir a los inmigrantes sin papeles tomar trenes desde el este con destino a Viena y Múnich, Hungría cerró repentinamente el martes la Estación de Ferrocarril Grand Keleti de Budapest a los inmigrantes que buscaban transporte hacia Alemania a través de Austria y la República Checa. Cientos están ahora acampados fuera de la estación rodeados por la policía húngara y agentes de las redes de traficantes de personas. Hasta ser registrados y en espera de un visado Schengen, los inmigrantes están abandonados y es probable que la mayoría con el tiempo sean devueltos por donde han llegado. (La temprana relajación de las leyes de inmigración alemanas, fue el origen de la confusión del lunes).
La multitud desplazada crece a cada hora en forma de oleadas de migrantes que siguen llegando desde la frontera sur del país limitando con Serbia después de haber transitado primero Macedonia, a cuya frontera sur los griegos envían autobuses llenos de migrantes afortunados, un alarmante número de los cuales han sido rescatados del mar por barcos de rescate europeos antes de ser dejados en tierra en la misma Grecia.
Pero ¿por qué la diminuta Macedonia, la cual ni siquiera es miembro de la Unión Europea o de la OTAN? ¿Por qué no las igualmente accesibles Albania o Bulgaria? ¿Cuáles son las instrucciones dadas por la Unión Europea a sus siervos griegos? O, como se pregunta el colaborador de Oriental Review, Andrew Korybko, “¿…por qué los migrantes no utilizan simplemente Grecia como plataforma para un viaje final en barco hacia Italia?”
Alemania está conectada directamente con el norte de Italia, y llegar hasta allí desde el norte de Italia sólo requeriría el tránsito a través de una estrecha franja del este de Austria, evitando de esta forma el gran trayecto multinacional que la actual ruta requiere.
Korybko argumenta (como yo) que las redes de traficantes están siendo “influenciadas por los servicios de inteligencia occidentales” (en la diplomática fraseología de Korybko) y están haciendo creer que la ruta más larga desde el norte de Grecia hasta Budapest a través de los Balcanes es la más segura para tener éxito. (También es posible que el viaje de los refugiados sea financiado directamente por un ISIS enriquecido gracias al petróleo siguiendo las órdenes de Estados Unidos.)
La verdad es que la ruta más larga deja a Bulgaria, miembro de la UE y de la OTAN, y a Albania, aliada clave de Estados Unidos, relativamente tranquilas mientras que envían un potente flujo a aquellas naciones (y, en el caso de Macedonia y Serbia, con poblaciones mayoritariamente Ortodoxas) que han rechazado participar o que han criticado las sanciones (la Católica Hungría) contra Rusia, y todas aquellas que desean participar en el proyecto de gaseoducto ruso a través de los Balcanes.
Una vez que la desgracia americana en Ucrania se volvió bochornosa y fue interpretada como un fracaso en el hostigamiento hacia Rusia, los Estados Unidos instigaron el “Plan C” (Locura Migrante), que siguió al temprano fracaso del “plan B”, el cual consistía en organizar en Macedonia una revolución “coloreada”.
Los norteamericanos, en general, no son conscientes de los acontecimientos de mayo porque el país desvió la atención exitosamente del criminal golpe de los matones terroristas a los que Zoran Zaev preparó el terreno, un agente de los Estados Unidos y de George Soros, a través de una empresa llamada Canvas, la heredera comercial del proyecto Optor cuyas engañosas acciones tuvieron éxito para desestabilizar Serbia con una revolución “coloreada” quince años atrás.
El montaje es verdaderamente diabólico. Macedonia, una nación de poco más de dos millones de habitantes que disfruta de una significativa y mayormente pacífica minoría musulmana y que limita por el norte con un Kosovo bajo control albanés, está en riesgo de fractura por Albania y Bulgaria, a las que les gustaría mucho aumentar sus territorios a expensas de la existencia de Macedonia. Si los musulmanes macedonios pueden ser azuzados, la división es una posibilidad.
Ahora sabemos, por cortesía del anterior jefe de la DIA (Defense Intelligence Agency) Michael Flynn, que la aparición del ISIS fue predicha en un comunicado ampliamente difundido en 2012 que la Casa Blanca tomó la decisión premeditada de ignorar. El brutal ISIS es, de hecho, un activo militar de creación norteamericana creado para distraer a una crédula población norteamericana, y cuya violencia inherente puede ser dirigida para llevar a cabo en política exterior objetivos de desestabilización en Medio Oriente, Norte de África y ahora el sureste de Europa, por parte de los Estados Unidos.
Lo que Macedonia y Serbia temen es que los terroristas del ISIS sean intencionadamente incorporados a la horda de migrantes destinada al Kosovo bajo control albanés, una base ideal para llevar a cabo su encargo de desestabilización de los Balcanes. Bulgaria, un país Ortodoxo, no tiene interés en favorecer un alentamiento de terroristas del ISIS, y se encuentra atrapada a sí misma por su pertenencia a la OTAN y a la UE.
El lunes dejó pruebas del dilema compartido por Bulgaria y Macedonia cuando los guardias fronterizos búlgaros atraparon una célula de cinco terroristas camuflados como refugiados que llevaban consigo videos de decapitaciones y propaganda del ISIS. (En febrero los servicios de inteligencia turcos advirtieron a la policía en un comunicado interno que más de 3.000 yihadistas entrenados estaban intentando llegar a Turquía a través de Siria e Irak.)
Ahora, ¿cómo encaja la Católica Hungría, miembro de la UE y de la OTAN, en este rompecabezas? Muy sencillo. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, lanzó un desafío en junio en una entrevista con el diario Napi Gazdasag, diciendo, “el multiculturalismo significa la coexistencia del Islam, religiones asiáticas y el Cristianismo. Haremos todo lo posible por librar a Hungría de eso… Damos la bienvenida a inversores, artistas, científicos no cristianos, pero no queremos una mezcla a gran escala.”
Después de rechazar la propuesta de la UE para que cada país miembro aceptara una cuota de refugiados, Orbán continuó con la construcción de una valla de 3,5 metros a lo largo de la frontera de Hungría con Serbia, lo que le acarreó fuertes declaraciones de condena de Francia y Alemania. Hoy esas críticas han cesado y el proyecto de Bulgaria de vallar su frontera con Turquía pasa inadvertido.
Europa estará feliz de reprimir a los refugiados en las zonas balcánicas y turcas de esas vallas sin importarles el daño que sufran Hungría y Bulgaria por hacerles el trabajo sucio. Una vez colocados, los refugiados simplemente pueden pudrirse esperando la aprobación de sus solicitudes para entrar en Europa, que nunca llegarán hasta que la mayoría sean declarados refugiados económicos y no refugiados políticos (como les ocurrirá a los refugiados bloqueados ahora en Hungría).
Toda lo que Europa ha de hacer es enviar fondos suficientes a Grecia, Italia, Hungría, Macedonia y Bulgaria para administrar las solicitudes de los refugiados y para la construcción y mantenimiento de campamentos para alojarlos. Barato. Problema paralizado.
No tan rápido, dice la académica e historiadora rusa Jelena Guskova. Su investigación la ha llevado a la conclusión de que lo que se está preparando para tener un efecto inmediato es el establecimiento de un “Corredor Verde”, un ESTADO MUSULMÁN en la Europa Cristiana. Ella cita el crecimiento del radicalismo islámico en los Balkanes a través de las células “wahabitas” y “rosas rojas” de Serbia, el “Tarikat” en Macedonia, y las células de Al Qaeda en Kosovo y el norte de Albania, los cuales crearán el “Corredor Verde” en cooperación con Bosnia Herzegovina.
Guskova predice que la policía de Serbia y Macedonia comenzará operaciones contra pelotones terroristas armados, durante los que civiles albaneses serán asesinados en los choques resultantes, y entonces los islamistas de Serbia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina se rebelarán para salvar a sus “hermanos en peligro”, dejando de esta manera la puerta abierta para que la OTAN intervenga por la fuerza.
El desarrollo del anterior escenario (especialmente conveniente durante un colapso de los mercados en curso) permitirá a los Estados Unidos conseguir por fin el control total de los ferozmente independientes Balcanes, a la vez que inflige una herida gigantesca al continente Europeo, a la cual los Estados Unidos pueden echarle sal siempre que sea necesario, para frenar cualquier iniciativa europea de acción independiente y establecer una OTAN mucho más fortalecida. Y, por supuesto, el premio gordo: la continuación de las sanciones contra Rusia y la eliminación del gasoducto de los Balcanes. Este programa privará al mundo de una vibrante y útil Europa a la vez que impide una Rusia constructiva, son consecuencias que Washington considera intrascendentes cuando se contraponen a la intención de los Estados Unidos de restregar su bota colectiva en la cara de la humanidad para siempre.
Sólo los Balcanes y Rusia son fuertemente conscientes de que los planes de los Estados Unidos son una tragedia y una irresponsabilidad, y medios de información occidentales comprometidos lo han avanzado. Para apreciar lo poco preparada que está Europa para estos sucesos, un artículo ruso interno de ayer informa de prominentes llamamientos alemanes de más bombardeos y mayor intervención en Oriente Medio con la finalidad de resolver la crisis de los refugiados. Esto revela la triste realidad de una Europa en proceso de suicidio a las órdenes de su amo y señor norteamericano.”
(Traducción de Leo PB)
Fuente: Ron Paul Institute.