Confieso mi fascinación por Isabel Díaz Ayuso. No como persona, ojo, sino como personaje. O si afino más, como fenómeno. Un fenónemo que, por demás, ha construido prácticamente ella sola. Y sí, ya sé que tiene como consejero áulico al inefable Miguel Ángel Rodríguez, tipo con acreditada falta de escrúpulos al que se atribuye la conversión de Aznar de mindundi en líder carismático de la derecha. Sin embargo, no creo que el influjo del pretendido gurú en el carrerón de la supernova madrileña vaya más allá de cuatro toquecitos de manual de asesoría política. Otra cosa es que el pelo de la dehesa machista haga ver incluso a los que van de feministas del copón que tras los logros de una mujer solo puede haber un hombre.
Ahí damos, precisamente, con una de las claves del éxito de Ayuso. Es tratada como tonta y loca por los más progresistas del lugar y ella consigue revertir los ataques a su favor como el judoca que aprovecha la fuerza del rival para derribarlo. En ese sentido, podríamos considerar que —¡toma paradoja!— sigue uno de los principios básicos del marxismo: pone al enemigo frente a sus contradicciones. Así es como va consiguiendo ganarse el favor no solo de ricachos sino de camareros con sueldos insultantes. Pero los que aspiran a derrotarla en las urnas el 4 de mayo parece que no se enteran.
Se puede ver en el estado español una inclinación cada vez mayor hacia el trumpismo y toda la porquería moral asociada a esa «ideologia» artificial y violenta
También el trumpismo hispánico está basado en la presunta libertad individual para machacar la libertad de los otros con el fin de poder desarrollar lo que ellos entienden como «su libertad».
Esa libertad contrapuesta al socialismo, al comunismo, al separatismo, al otro nacionalismo y por resumir, a todo lo que no sea «su verdad»
Díaz Ayuso ha cogido sin vacilación esa ola y más que inteligencia, que también, denota falta de escrúpulo alguno para sintonizar con los millones de madrileños que le adoran cual Evita Perón Revisited.
A propósito del nombramiento de otra trumpista, Bea Fanjul, como jefa de las NNGG del partido corrupto, su jefe Casado ha justificado el mismo para «potenciar la lucha contra ETA».
Lo preocupante de todo esto no es tanto la inmoralidad política dominante sino la buena acogida de la misma por el invariable nacionalismo español.
El eslogan España Grande Otra Vez parafraseado del trumpismo, sustituye al amortizado ESPAÑA UNA, GRANDE Y LIBRE que tanta sangre y sufrimiento ha traído.
Formas distintas en épocas distintas pero con parecida base social a la que toleró o aprobó un golpe de estado y 40 años de dictadura terrorista. Inasequibles al desaliento.
Todo ello con la colaboración, incapacidad o miedo por parte de una izquierda virtual, un holograma, la nada. Una ideología sin convencimiento que no convence.
Cuando alguien hace algo para lo cual no le considerabamos capaz, solemos decir… ¡Y parecía tonto!
Pues si, parecía tonto, pero mira, lo ha conseguido.
¿Pasará lo mismo con Isabel Diaz Ayuso ?
La nueva clase política ha mostrado sin pudor alguno sus vergüenzas.
Ha quedado demostrado que cualquier individuo e individua mediocre, puede llegar a lo más alto, a nada que el poder financiero y el de comunicación, pongan un poco de ganas.
Por la derecha, nos ha deleitado I. Gonzalez, Cifuentes, Gallardon. Casado, Rivera, Arrimadas etc, y ahora la tutora y twitera del Pecas, y admiradora de los atascos en las radiales madrileñas, efigie viviente de la virgen milagrosa, llamada Isabel Díaz Ayuso (IDA)
«Política de profesión». Posiblemente el 4 de mayo ganará en las urnas, a profetas izquierdistas como Iglesias, o mentes privilegiadas como Gabilondo.
Cuando John F. Kennedy ganó las elecciones de EEUU. Su padre Joseph exclamó: Con los millones de dólares gastados, hasta el perro de la casa hubiese sido elegido-
LIBERTAD ¿qué es la LIBERTAD? Pues lo que vd. quiera. Es una palabra, motivante sí, muy motivante, pero en última instancia un SIGNIFICANTE VACÍO. Cada cual lo puede rellenar como le plazca y claro, utilizarlo como pancarta. ¿Tiene algo que que ver la LIBERTAD de la que habla Isabel Díaz Ayuso con la que pregona Pablo Iglesias Turrion? Pues claramente NO. Ojo con las grandes palabras: LIBERTAD, JUSTICIA, IGUALDAD, FEMINISMO, REPUBLICA,… todos nos sentimos concerniros por ellas pero los SIGNIFICADOS con los que son “rellenadas” pueden ser muy contradictorios. Y ahí claro, se mezcla mucha mercancía averiada.
Por otra parte, creo que Isabel Díaz Ayuso puede “morir de éxito”. No sería descartarle en Madrid un triunfo arrollador del PP y una clara ventaja del voto de derechas, bastante más del 50%, que proporcionase un gobierno encabezado por Ángel Gabilondo, no sé si con “este Iglesias” o con algún otro.
Y claro, el problema de la “superioridad moral”. Recomiendo leer el artículo de Daniel Innenarity hoy en DEIA. Si solo los ricos y “fachas” votasen a IDA, la izquierda no tendría un problema.
Es como el jardinero de Kosinski
Mister Gardiner ..