A falta de entretenederas de más fuste, y una vez que parece asumido que habrá indultos a los dirigentes soberanistas catalanes, al fondo a la derecha se han sacado de la sobaquera una nueva bronca de diseño. Va, precisamente, de si Felipe de Borbón debería negarse a firmar las medidas de gracia. Vendría a ser un remedo de la abdicación por un día del meapilas Balduino de Bélgica para evitar firmar la ley del aborto en su país. Eso, claro, en la versión más suave, pues no son pocos los ultramontanos que le están insinuando a su muy preparada majestad que debería ponerse farruco y romper los papeles cuando se los lleve a firmar Pedro Sánchez. Se correspondería tal actitud con la que mostró el hijo de Juan Carlos en el glorificado discurso del 3 de octubre de 2017. Pero pueden esperar sentados porque tal circunstancia no se va a dar.
Lo que más saborcillo le aporta a esta polémica de nada entre dos platos es que suspuestamente ha provocado el enfrentamoento entre el presidente del PP, Pablo Casado, y la pujante supernova de la derecha, Isabel Díaz Ayuso. Como ella misma ha dicho con su desparpajo habitual, su postura al respecto (la de la insumisión del monarca) es la misma que la de Casado. Otra cosa es que él, aspirante al principado del centroderecha, no se atreva a decirlo con la misma claridad. Y mucho menos, si los correveidiles del Palacio de la Zarzuela andan por ahí haciéndose los ofendidos porque la presidenta de Madrid ha puesto en evidencia a su señorito, al que, como digo arriba, nada le va a librar del trago de rubricar de su puño y letra la salida de prisión de los políticos a los que él mismo instó a perseguir.
Estamos tan entretenidos con las cosas de la corte borbónica y aledaños que nos han enchufado sin dolor unas subidas del carajo de la electricidad y de los combustibles, amén de próximas subidas de impuesto, para dos cosas. Una, que los que son ricos lo sigan siendo, no se vayan a cabrear, y dos para poder sostener malamente en pie un estado que gasta más de lo que genera, acumulando deudas como un mal jugador de póker. Ahora que no hay ETA, salvar la unidad de España y la corona dan mucho juego.
Que papelón el de «nuestro monarca» de turno. Y si no interviene en un tema como este de los incultos ¿para qué sirve?
El hacer de acompañante a la reina Letia, creo que es un trabajo que cuesta muy paso a los españoles.
Y su sueldo, por muy «preparao» que esté, no se corresponde con los salarios que la mayoría de los españoles reciben, por muy «preparaos» que también estén.
Osea, que ya que cobra bien, que se lo curre, y asuma su responsabilidad de árbitro de la política española.
Y es que, para hacer sólo lo que le mandan hacer, no necesitamos un Rey. Que «reinen» los que «mandan más que el propio Rey». Que haberlos hailos, como dicen los gallegos, cuando se refiere a las meigas. Y con esto no comparo al Rey con las brujas, que no se me interprete mal, aunque alguna relación igual si existe, para que por el simple hecho de nacer de determinados padres, ya tengan el derecho a ser Jefes de un Estado. Pocas profesiones requieren tan poco esfuerzo, y tan poca preparación, aunque en el caso de nuestro Rey se diga que está muy «preparao».
Nada es gratis. Todo al final tiene su precio, el discurso del Su Majestad el 3 de octubre del 2017, el indulto que tiene asumido Sanchez, la prepotencia y doble juego de los catalanes, la actitud del Díaz Ayuso y del PP… Ahora, habrá que ver quién paga ese precio, pero se pagará. No son temas baladíes. Gracias a Dios, o al Diablo, no sé, estamos en la UE en la OTAN y demás, porque si no esto pinta muy mal. Y lo malo es que todos esos actores no tienen mucha capacidad de maniobra, el papel que tienen reservado en esta tragicómica farsa les viene dado. Ellos mismos se han encasillado en ese papel. ¡Que no pare la música!
A mi me gustaria mas que siguiendo la linea Ayuso , no firmara y abdicara, para reunirse con su padre y repartirse el mucho dinero que sigue sin aflorar.