La Audiencia Nacional ha hecho lo que tenía que hacer. Los actos convocados en Iruña y Arrasate no son perseguibles penalmente ni susceptibles de ser prohibidos porque no son ilegales. Otra cosa es que sean del punto a la cruz indecentes e inmorales desde muchos puntos de vista. El primero que cito, aunque quizá no sea el más obvio o el más sangrante, es que toman como excusa una causa no solo legítima sino noble como es la exigencia de una política penitenciaria justa para colar de rondón lo que de aquí a Lima no es siquiera un homenaje sino un acto de exaltación a algunos de los criminales más sanguinarios de nuestro tiempo. ¿O es que hay otra manera de nombrar a Henri Parot, autor probado de 39 asesinatos sin haber vertido hasta ahora nada remotamente parecido a una reflexión crítica?
La conversión en héroe y mártir de alguien con ese siniestro currículum es toda una declaración de intenciones. Lo mismo que lo fue haber impreso su nombre y retirarlo del cartel anunciador del evento de Arrasate solo cuando se montó la gresca. Nos conocemos los suficiente para saber de qué iba la convocatoria. Roza lo insultante que el máximo responsable de la entidad organizadora asegure que la marcha es “compatible con la solidaridad con las víctimas”. ¿Qué solidaridad hay en escoger como bandera de la denuncia de las políticas penitenciarias de excepción a un vulnerador sistemático y no arrepentido de los los Derechos Humanos? ¿Cuándo fue la última vez que el autor de esas palabras, Joseba Azkarraga, expresó no ya su cercanía a las víctimas sino su rechazo a la actuación de los victimarios? Ya les digo yo que ha pasado mucho tiempo.
Hay frases que no pierde actualidad: «Por sus obras les conocereis». «Las palabras se las lleva el viento». » Dime con quien andas y te diré quién eres». «Aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Etc. Etc.
Y todo esto es aplicable a lo que comenta Javier. Y es que no se puede pedir justicia desde la injusticia, como no se puede decir que se está con las víctimas , y al mismo tiempo homenajear a los victimarios, o cuando menos buscar justificación a sus crímenes.
Y es que si se hace así, se pierde toda la fuerza moral para pedir acercamiento de presos, eliminacion de excepcionalidades, etc., con lo cual muchos podemos estar de acuerdo, incluso aquellos que tantas veces, tantos días, situados tras la pancarta de Gestos por la Paz, tuvimos que aguantar insultos y amenazas, seguro, de quiénes hoy se ponen tras otras pancartas, en las que reclaman Derechos Humanos, que no está mal hacerlo, pero ojo, Derechos Humanos para todos y que quien los ha violado, no tenga sitio tras esas pancartas. Por dignidad de la entidad convocante y por respeto a quienes fueron sus víctimas.
Quizá el caso de Joseba Azkárraga, así como el de otros dirigentes de EA (Garaikoetxea, Larreina, Blanco, etc.), se estudie en un futuro no tanto en el campo de la ciencia política como en el de la siquiatría.
Quedan 182 miembros de ETA en las prisiones (datos del 24/12/21). 182 personas que se dedicaron a matar a hombres, mujeres, niños y niñas; o a colaborar con que eso ocurriese.
Este año 2022 que viene saldrán unos 20. Y quedarán unos 170 entre rejas. Y pasarán unos 9 años e irán saliendo a su ritmo… hasta que allá por 2032 venga el turno de los condenados por el Código Penal tras la reforma de 2003 (condenas íntegras, para entendernos). Y en esas estamos y estaremos.
No sé ustedes, pero pienso que una formación política que NECESITA volver una y otra vez sobre el tema de estos condenados por unos hechos tan horribles, está 1) padeciendo una carencia moral de origen realmente espeluznante; 2) proporcionando una imagen hiperlamentable de estar cogidos por los mismísimos testículos por el mundillo (¿el ‘serial killer’ Parot como símbolo de todos los presos?); 3) viendo como sus propuestas de todo tipo se ven condicionadas por su empecinamiento a ir de esta guisa por la vida.
Pongan 1), 2) y 3) en el orden que quieran; y consideren cuál es origen de otro, y cuál otro consecuencia. Al final, es lo mismo de siempre: toca restregarse a veces los ojos para ver si uno está soñando.
Pero no. No es un sueño. Pasa ahora y aquí. Joé si pasa.
PD Y sí, antes de que me pregunte alguien: desde que ETA no asesina a hombres, mujeres, niños y niñas la dispersión podría revocarse.